Pese a compartir la tribuna desde la que se anunció un refuerzo alimentario que alcanzará a dos millones de niños y niñas bonaerenses, las diferencias entre el albertismo y La Cámpora volvieron a quedar expuestas. “No podemos jugar a las escondidas y tener miedo a tocar intereses”, dijo Andrés “Cuervo” Larroque, funcionario del gobierno de Axel Kicillof. “Miren, no vamos a titubear en hacer lo que haya que hacer en materia de política, nunca lo vamos a hacer”, replicó el ministro nacional Juan Zabaleta, y recordó que le tocó ante el Fondo Monetario Internacional defender en tres oportunidades la políticas sociales del Gobierno.
El acto se desarrolló esta tarde en Florencio Varela, al sur del conurbano bonaerense, bastión electoral del Frente de Todos. El palco fue compartido por Kicillof, Larroque, Zabaleta y Máximo Kirchner, referente de La Cámpora y presidente del peronismo provincial y otros funcionarios bonaerenses. La foto de unidad, sin embargo, salió algo desenfocada.
El intendente Andrés Watson fue el primero en hablar. “Les pido humildemente que sigamos trabajando en el marco de la unidad del peronismo, unidos en este gobierno nacional y popular, con Alberto, con Cristina, con Sergio, con Axel, con Máximo”, exhortó el anfitrión.
Cuando todo indicaba que las apelaciones a la unidad del Frente de Todos dominarían los discursos, Larroque dejó en claro que persisten las diferencias con el manejo económico del Gobierno nacional. “Queremos remarcar algo que está en el nombre del programa alimentario, que es su carácter de ‘extraordinario’. Porque no queremos que estas políticas sean para siempre. La verdadera política de desarrollo social se hace en el Ministerio de Economía, con las políticas económicas a nivel nacional. Eso es lo que va a cambiar la ecuación“, dijo Larroque, en mensaje a Martín Guzmán.
El ministro de Kicillof siguió marcando la cancha. Recordó cómo en los gobiernos kirchneristas “año a año bajaban los que necesitaban el comedor o un plan social, porque recuperaron el trabajo y la plata te rendía. Es ahí donde queremos ir. Seguramente que es difícil y que hay que enfrentar intereses. Tenemos una doctrina que sabe que cuando por la vía del diálogo no se encuentran resultados, sabe bien dónde se tiene que parar y es junto al pueblo”. Zabaleta no aplaudió ese tramo del discurso.
Larroque dijo que el gobierno de Néstor Kirchner venció la anti-política “representando lo que hay que representar sin jugar a las escondidas, mirando a la gente de frente, peleándose con quien hay que pelearse”.
Sobre el final del corto discurso, envió una advertencia a la Casa Rosada: “No tengamos miedo; no hay cosa peor para un dirigente político que ser condenados al olvido de la historia”. Larroque fue una de las voces kirchneristas que sonaron más estridentes en la puja que se desató dentro del Frente de Todos, cuando Máximo Kirchner renunció a la jefatura del bloque en diputados, en abierto rechazo al acuerdo con el FMI impulsado por Guzmán con el respaldo de Alberto Fernández.
Zabaleta tomó el micrófono y buscó enderezar la discusión planteada por Larroque. “La noticia hoy tiene que ser todos juntos vamos a seguir trabajando para invertir en política sociales para los que menos tienen, y que vamos a seguir trabajando para redistribuir la riqueza en la Argentina, que ese es el camino; que lo que más tienen, con mucho respeto, entiendan que hay 17 millones de pobres y que vinimos a hacernos cargo”, dijo el ministro con tono enérgico.
Como ejemplo de redistribución de la riqueza, Zabaleta comentó que “más de cien mil familias están viendo urbanizar sus barrios y 160 mil mujeres mejoran su casa con el programa Mi Pieza”, a partir de fondos surgidos del aporte extraordinario a las grandes fortunas. “Eso es redistribuir, ese es el camino”, dijo en lo que pareció un retruco a Larroque.
El gobernador Kicillof no le tiró cascotes al Gobierno nacional (que aporta unos 16 mil millones de pesos al programa alimentario MESA) y aseguró que mientras el gobierno de María Eugenia Vidal destinaba “720 millones de pesos” a los programas alimentarios, en su gestión “se pasó a los 11 mil millones”. “Se multiplicó por 15 el servicio alimentario escolar; hay quienes no lo entienden o ideológicamente les duele que las escuelas bonaerenses son el centro de la comunidad y por eso ahí se acompaña y se crea ciudadanía”, dijo Kicillof.
Sobre el final, el gobernador tendió un puente a la Casa Rosada y terminó agradeciendo “a Juanchi (Zabaleta) y a través del él, al Presidente” porque “sin la asistencia y la ayuda del gobierno nacional no se podría llevar adelante el programa”.
Máximo Kirchner no habló en el acto en Varela.
