Mientras busca financiamiento internacional que complemente la recaudación propia, el Gobierno provincial encara una agenda de obras de infraestructura que serán la carta de presentación frente a las elecciones provinciales de 2027, dado que la mayor parte de lo que se licite ahora recién estará listo para esa fecha.
Ese programa estimado en U$S 882 millones para este año –según adelantó el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos, Fabián López– entusiasma a las empresas del rubro de la construcción, ámbito donde se prevén dos años de actividad creciente y recuperación del empleo.
El movimiento, según destacan en la delegación Córdoba de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), ya comenzó con licitaciones que se han producido en diciembre, enero y febrero, llamados que alcanzan a unas 60 obras de distinto tamaño y finalidad.
El “modelo Córdoba” en materia de obras empieza a ser utilizado también como una bandera para contrastar contra la parálisis total que se registra en la jurisdicción nacional y que promete más polémica.
El propio López lo señaló en una entrevista con el programa Voz y Voto. Allí calificó a la ausencia del Estado nacional como “muy preocupante” porque “no invertir en infraestructura trae consecuencias que no se ven de manera inmediata, se ven más en el mediano y largo plazo”, indicó.
Modelos distintos
El ministro habló del freno en el crecimiento que implica la “motosierra” de Milei en la infraestructura, e inclusive del “costo en vidas” por la falta de mantenimiento de rutas.
Gabriel Bornoroni, diputado nacional de La Libertad Avanza, respondió a esa postura provincial: “La Nación frenó la obra pública para contener el gasto público y construir un equilibrio fiscal que haga que todos los argentinos, más que nada los que menos tienen, dejen de soportar la inflación que los destruyó”, subrayó.
Para el legislador, “si las provincias continúan con la obra pública pero aumentando impuestos, van a contramano de lo que quieren los argentinos: piden que les bajen los impuestos, subir tributos es una fórmula con la cual los argentinos, y menos todavía los cordobeses, están de acuerdo”. Aludía, obviamente, al llamado “impuestazo” provincial.
Armar el puzzle
Mientras tanto, el viernes pasado en el auditorio de la cartera de Infraestructura, López le presentó a los responsables de unas 100 empresas constructoras cordobesas y también aquellas que cuentan con presencia aquí, los trazos principales del plan de obras en ejecución y también las que vendrán, algunas de las cuales ya son conocidas pero otras se manejan con cautela.
“En ejecución hay 183 y tenemos en carpeta para anunciar 38 obras más, todas de alto impacto”, dijo López. Los U$S 882 millones son para este año, pero de cara a las elecciones de 2027 habrá que añadir los presupuestos de ese año y de 2026. Una torta de la cual ninguna empresa quiere quedar afuera.
Dos de las más señaladas son la Circunvalación a la Ciudad de Río Cuarto, el viaducto entre la Circunvalación de Córdoba y la Ruta 36 (presupuestado en U$S 45 millones con Caminos de las Sierras), además de 9 viales ya licitadas. La Provincia también le dará una mano a la gestión de Daniel Passerini con la ampliación de la planta potabilizadora de la zona sur.
El canal Los Molinos llega a ese punto con más del doble de volumen de agua que esa planta puede tratar. Con posterioridad habrá obras de nexo con presupuestos tan significativos como la planta misma.
Otras acaban de comenzar y redistribuyen la actividad de la construcción por el interior, como las sedes de las universidades provinciales en Capilla del Monte, Villa Dolores, Las Varillas y Mina Clavero, más una serie de nuevas escuelas.
“Esto es lo que la gente ve, pero también 24 conservaciones y mantenimientos de caminos son igualmente importantes a una ruta nueva porque ayudan a que no se caiga el capital invertido”, resaltó Horacio Berra, presidente de Camarco ante una consulta de La Voz.
“Claramente hay una idea que marca una diferencia conceptual, de fondo”, apuntó el empresario.
El ambiente de la construcción también se entusiasma con la idea de que Llaryora consiga fondos para avanzar en el menor tiempo posible en dos tramos más del acueducto del Paraná como para llegar con esa obra hasta San Francisco, y extender la autovía sobre la ruta 38 a La Cumbre. A esa aspiración se agrega el inicio de la pavimentación del segundo camino a las Altas Cumbres que se prevé finalizar en 2027 con una inversión de U$S 150 millones.
Si bien Infraestructura administra todo el presupuesto, una parte pasa por el Ministerio de Bioagroindustria. Alrededor de U$S 120 mil millones estarán destinados a la conservación de caminos rurales, en el marco de una agenda de prioridades que el miércoles será consensuada con la Mesa de Enlace del sector agropecuario.
A ese “paquete”, Camarco agrega las anunciadas el sábado por el intendente Daniel Passerini para Córdoba Capital. Cuentan la nueva escuela de Villa Inés, un hospital veterinario, 800 cuadras de pavimento, conexiones de agua y 10 mil luminarias led que le dan trabajo a Pyme y contratistas.
Esperar que vuelva
Entre las mismas constructoras también se contrasta la situación de Córdoba con la parálisis de la Nación. Un informe reservado que circula entre empresarios, puntualiza que el país cuenta con capital ejecutado en infraestructura equivalente a 2,6 puntos del PBI.
Para este año, el gobierno prevé una erogación en la materia de 0,6% del PBI, pero ello incluye los gastos de funcionamiento del área (por ejemplo los salarios), con lo cual a ese ritmo impreso por Milei se necesitarían 420 años para dar mantenimiento a dicha infraestructura. Inviable.
“La idea de no invertir en infraestructura es un error, ni siquiera mantener la infraestructura existente. Es grave. Los países que más invierten son los más desarrollados y con mayor calidad de vida. Y los privados no van a sustituir el rol del estado en los lugares donde no haya rentabilidad”, reflexionó Berra.
¿Cuándo podría volver la obra pública nacional a Córdoba? Nadie tiene una respuesta concreta ni en el oficialismo, ni en las provincias, menos las empresas. La curva de la inflación marca la velocidad con la que funciona la “motosierra” de Milei.
En su reciente discurso ante el Congreso, Javier Milei defendió esa parálisis y aseguró que no sirve para dinamizar la economía.