En la semana que pasó, la diputada nacional Laura Rodríguez Machado publicó una solicitada en la que instó al PRO a apoyar “orgánicamente” a La Libertad Avanza en las próximas elecciones legislativa.
“Hay un sector que se resiste”, dijo en Voz y Voto, y sembró dudas sobre un posible pacto con el exgobernador Juan Schiaretti.
–¿Por qué el pronunciamiento del PRO para cerrar un acuerdo orgánico con La Libertad Avanza?
–Porque hay un sector que se resiste a esto. Hasta hace unos días había una intervención impulsada por Mauricio Macri que, a mi entender, no correspondía. Esa intervención buscaba manejar las listas en Córdoba, pero no había habido reuniones partidarias ni contacto con los referentes históricos del territorio. No había forma de expresarse. Pedimos que quienes, como Macri y Patricia Bullrich, iniciaron en 2023 un camino hacia la libertad contra el populismo sigan por esa senda. La mejor forma de expresar nuestra posición es públicamente. Queremos un acuerdo orgánico con La Libertad Avanza, como ocurrió en la provincia de Buenos Aires, donde el presidente del PRO y jefe del bloque selló un acuerdo de ese tipo. Por eso publicamos la solicitada: para que la ciudadanía lo sepa, pero también dirigida a la intervención partidaria. Después, la Cámara Nacional Electoral anuló esa intervención. Ahora esperamos ver si Oscar Agost Carreño (el presidente) retoma la conducción del PRO. Faltan poco para el cierre de alianzas en Córdoba, así que son días clave.
–En su caso y el de su sector que firmó la solicitada: si no logran un acuerdo orgánico del partido, ¿podrían terminar en una lista de La Libertad Avanza sin acuerdo de partidos?
–Espero que se logre un acuerdo de partidos. No estamos amenazando ni imponiendo condiciones; creemos que este es el rumbo correcto. Algunos sectores plantean ir solos, como el intendente (de Viamonte) Facundo Manzoni, a quien respeto. Me preocupa porque el PRO siempre fue parte de frentes electorales. Si va solo, dudo que tenga la fuerza suficiente. Podría, incluso, terminar siendo funcional al schiarettismo, que busca ganarle a Milei en Córdoba para rearmar la “avenida del medio”. Incluso, se habló de contactos recientes entre (Mauricio) Macri y Schiaretti.
–¿Usted lo vincula con ese contacto?
–Me parece extraño que, tras esa reunión, un sector interno vinculado a Macri proponga que vayamos solos en las elecciones de octubre. Espero que haya sido solo una declaración desafortunada y que podamos seguir el camino que se está dando en Buenos Aires y, probablemente, también en Caba, porque Jorge Macri no descarta una alianza.
-¿Por qué Mauricio Macri impulsaría algo distinto en Córdoba?
–Probablemente porque siempre tuvo una buena relación con Schiaretti. Y porque cualquier merma de votos a La Libertad Avanza fortalecería esa “avenida del medio”, que para mí nunca dio resultados. Porque, o estás del lado de la libertad, de la propiedad privada y la libre iniciativa; o del lado del populismo. Hoy, la mayoría de los dirigentes y afiliados del PRO con los que hablo quieren acordar con La Libertad Avanza, como lo hizo Cristian Ritondo.
–¿Imagina un acuerdo similar al de Buenos Aires, considerando que La Libertad Avanza exige mantener cierta identidad propia? Se exigió sumisión.
–En un acuerdo, primero se cierra la alianza y después se discuten los cargos. Así se hizo cuando gobernaba Cambiemos. Primero el frente, luego los nombres. Pretender que todo se defina de antemano es una especulación que los argentinos no quieren. Esto no significa sumisión ni disolver la identidad del PRO. Buscamos un acuerdo honorable con La Libertad Avanza. Ir solos, restarle votos a Milei y beneficiar al schiarettismo no me parece lo correcto.
La negociación del PRO
–¿Qué puede ofrecer hoy el PRO Córdoba en la negociación con La Libertad Avanza?
–Vamos por el mismo camino, y tenemos una identidad política e ideológica clara. En el Congreso, los diputados del PRO Córdoba acompañaron los proyectos de cambio que La Libertad Avanza impulsó. Además, tenemos una importante estructura territorial, con dirigentes respetados en toda la provincia. Esa territorialidad suma con fiscales, presencia local, y respaldo de líderes comunitarios ¿Sirven? Suman ¿Cuál es el número que se suma hoy, cuando las redes sociales son un vehículo de comunicación? No lo sé. Pero suma fiscales, ayuda, territorialidad, antecedentes. En un pueblo no es lo mismo cuando un referente respetado dice por dónde ir. Existe mucho la palabra del líder. Es construir un camino conjunto para seguir sacando a la Argentina de la inflación y del populismo. Es un trabajo que nos tiene codo a codo, respetándonos.
–¿Y del lado de La Libertad Avanza hay receptividad? ¿Ha tenido contactos con dirigentes de Córdoba?
–Me baso en lo que ocurre en otros distritos. En Buenos Aires hubo acuerdo para las elecciones provinciales. En la Ciudad de Buenos Aires aún no, pero Jorge Macri ve con buenos ojos una alianza a nivel nacional. Como en cualquier frente electoral, debe haber voluntad recíproca.
–¿Patricia Bullrich espera un acuerdo en Córdoba?
–Sí, ella es mi referente y siempre dijo, desde que perdió su candidatura, que debemos acompañar este camino. No estamos diciendo nada nuevo.
Un acuerdo con el radicalismo
–¿Qué opina del radicalismo, y en particular de Rodrigo de Loredo, que quiere encabezar cualquier alianza? ¿Estaría de acuerdo en sumarlo así?
–Los acuerdos deben priorizar la unión de fuerzas para sacar al país adelante. Si se anteponen los personalismos, la conversación pierde sentido. Creo que si los objetivos son comunes, el resto se acomoda. No se trata de quién va primero o segundo, sino de qué camino quieren los argentinos.
–¿Al poner ese condicionamiento, De Loredo está buscando una excusa para no sumarse?
–No sé si no quiere... La Unión Cívica Radical le dio a Marcos Ferrer (su presidente) carta blanca para negociar alianzas. Y no le dijeron que no pueda ir con La Libertad Avanza.
–Pero De Loredo dijo “yo primero”.
–Eso no lo definió el congreso radical. Si Ferrer negocia, tiene esa libertad. Ahora, pretender encabezar sí o sí me recuerda a cuando Gustavo Santos quería ser primero en todo, y terminó tercero. En un frente no se trata de lo que quiere una sola persona, sino de cómo ayudamos a los argentinos a salir de la pobreza.
-Además, La Libertad Avanza es hoy el actor más fuerte, con el 75% de los votos de Milei en Córdoba en 2023.
–Cuando éramos Cambiemos, y después Juntos por el Cambio, la lista de diputados nacionales siempre se decidía en Casa Rosada. Recuerdo que se acercaban los nombres y se trataba de generar consenso, pero la decisión final, porque es un instrumento de negociación, es Casa Rosada. ¿Cuándo no fue así?
–¿Las negociaciones también se hacen con Karina Milei o hay un interlocutor local?
–En Córdoba el interlocutor principal es el diputado Gabriel Bornoroni, presidente de La Libertad Avanza en la provincia. Él construyó ese partido con esfuerzo y es la referencia local. Claro que la Casa Rosada tiene la última palabra. Porque con tan pocos diputados en el Congreso, hay que ser cuidadosos con las listas ya que se necesitan dirigentes que acompañen. Hoy, el Congreso está trabado y cuesta sacar leyes. A pesar de eso, logramos aprobar cuatro leyes importantes de seguridad. Pero es complicado cuando la oposición marca la agenda y no el oficialismo.
–¿Cómo se resuelve el conflicto interno del PRO en Córdoba? Oscar Agost Carreño sigue siendo presidente del partido, aunque tiene diferencias con su sector y otros.
–La Cámara Nacional Electoral anuló la intervención, así que todo lo que se hizo durante esa intervención quedó sin efecto. La Justicia Federal de Córdoba debe definir los próximos pasos. No sé si habrá tiempo para una reunión orgánica amplia, pero debemos escuchar a todas las voces. Es cierto que Agost Carreño no está inclinado hacia La Libertad Avanza, pero si la mayoría del partido quiere ir en esa dirección, no podría negarse. Habrá que trabajar políticamente, día a día, para generar consenso en Córdoba.
Proyecto de los gobernadores
–¿Qué pasará con los proyectos que impulsan los gobernadores en Diputados?
–Los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) se reparten de forma distinta a la coparticipación, lo que permitió enviar fondos inmediatos, por ejemplo, a Bahía Blanca. Ahora los gobernadores quieren que se reparta como la coparticipación, ampliándola. Pero muchos de ellos manejan fondos discrecionales en sus provincias y no los distribuyen equitativamente. No podemos predicar una cosa y hacer otra. Que el gobernador Llaryora reparta en Córdoba de forma más justa, como piden a Nación. Si no, es incoherente.