“No pasa nada. ¿Dónde van a ir? Los peronistas nunca abandonan al partido”. Así minimizan desde el entorno de Martín Llaryora el amague de rebeldía de intendentes peronistas del interior que amenazan con tomar decisiones “fuertes”.
Los jefes comunales de localidades de menos de cinco mil habitantes pusieron el grito en el cielo luego de que la Legislatura no trató la polémica modificación de la ley electoral para permitir la re-reelección a quienes transitan su segundo mandato consecutivo.
“Vamos a hablar con todos. No se irá ningún peronista y es probable que sumemos a varios radicales”, argumentan los llaryoristas, desbordantes de optimismo.
El plan de ensanchar la alianza Hacemos por Córdoba con radicales y macristas refractarios a Luis Juez se mantiene latente.
La aparente despreocupación por el fuerte reclamo de los intendentes del interior no se condice con las acciones. Llaryora armó rápido el jueves por la noche un encuentro con intendentes y legisladores del norte provincial. Hicieron los mismo los peronistas del valle de Traslasierra.
El candidato oficialista también envió mensajes para tratar de calmar a los más nerviosos. Síntomas de que existe preocupación por la molestía de los intendentes del interior.
“El de Martín será un Gobierno provincial de los intendentes. Es el único que puede mostrar que fue intendente de dos ciudades importantes como San Francisco y Córdoba. Mirá si no va a tener afinidad con los intendentes”, repitió un llaryorista de la primera hora.
La confianza de los llaryoristas no alcanza para tapar un dato inédito en los casi 23 años de gobiernos peronistas: nunca antes hubo revuelo interno en el arranque de la campaña electoral.
Si esto se traducirá luego en un efecto electoral negativo para el oficialismo, está por verse. Como está dicho, para llaryoristas y también para schiarettistas, no habrá desprendimientos en el PJ.
No obstante, el único que opositor que le restó votos al peronismo fue Luis Juez en 2007. En aquellos comicios que terminaron con polémica y denuncias de fraude, Schiaretti derrotó al entonces intendente de Córdoba por sólo 17 mil votos, en una reñida carrera por la sucesión de José Manuel de la Sota.
Estrategia opositora
Precisamente, Juez aspira a convertirse en el rival de Llaryora en los próximos comicios provinciales. El senador nacional no tiene garantizado ser el único candidato opositor, pero se mueve como tal.
“Luis ya se subió a la ambulancia”, aseguró uno de los colaboradores más cercanos, que tenía en sus manos un listado con los nombres (y los números de celular) de los intendentes peronistas que firmaron un documento con duros cuestionamientos al gobernador Schiaretti.
Por ahora, el senador evita hablar de propuestas, si finamente es el candidato de Juntos por el Cambio. Prefiere remarcar una definición política que lo acompaña desde hace varios meses. “Este ciclo del PJ está terminado. La gente ya le bajó el pulgar y las críticas internas tiene que ver con que muchos peronistas ya sienten el olor a cala de este Gobierno”, repite el precandidato opositor, con su particular sentido de humor.
Los juecistas dicen que hay reuniones programadas del senador con intendentes oficialistas del interior, aunque admiten que por ahora no habrá definiciones.
Serán encuentros para “escucharlos” y que lo “escuchen”, aclaran los juecistas, en relación con estas presuntas conversaciones entre el precandidato opositor y dirigentes oficialistas del interior.
Juez está en desventaja respecto de Llaryora, que ya recorre la provincia como candidato oficialista. El senador debe resolver la interna con el radical Rodrigo de Loredo, quien lo desafió por la candidatura a gobernador.
Hasta ahora, los dos dirigentes opositores se mostraron sonrientes en los brindis de fin de año. Pero no está garantizada la armonía en la negociación, y hasta una eventual interna, para encabezar la lista de la principal alianza opositora.
Los peronistas siguen de cerca la interna opositora. No creen que haya un quiebre, pero están convencidos de que habrá un desgaste en la pulseada entre Juez y De Loredo.
En el Centro Cívico y en el Palacio 6 de Julio ya no hacen más apuestas sobre quién será el candidato opositor al que deberá enfrentar Llaryora.
Los peronistas festejan por adelantado algo que no está confirmado: que De Loredo no será candidato a intendente de Córdoba.
De concretarse, la ausencia del radical en la pulseada por la sucesión de Llaryora abre un nuevo escenario: que el PJ decida pegar los comicios capitalinos con los provinciales. Una estrategia que Llaryora siempre sostuvo, aun con De Loredo como candidato en la Capital. Schiaretti era más cauto en este sentido.
Sin el diputado radical jugando por la Capital, se alimentaron las chances de votar un mismo día. Por ahora, el domingo 25 de junio aparece como la fecha más probable, pero no oficializada por el PJ.
El día de los comicios será un secreto bien guardado por Schiaretti y Llaryora hasta el final del verano.
Un verano que no tendrá descanso para los candidatos. Las movidas políticas y las especulaciones no se tomarán vacaciones.
