Rodeado por dificultades que le son propias y le representan grandes dilemas –en especial, la crisis en Seguridad, con la Policía bajo sospecha de complicidad con el delito–, Martín Llaryora sumó un problema más, aunque bastante ajeno a su gestión.
Es que, una semana después de que Córdoba fuese noticia nacional por la detención de un subjefe policial, la novedad de esta semana que se cierra fue la rebelión contra la AFA que lanzó el presidente de Talleres, Andrés Fassi.
Todo lo que siguió al escándalo del partido por Copa Argentina en la ciudad de Mendoza entre Boca y Talleres, el sábado a la noche, casi nada tuvo que ver con el fútbol y se instaló en el terreno de la política, de la lucha de poder y de los negocios.
Los jugadores están claros: el gobierno de Javier Milei, con su idea de las sociedades anónimas deportivas (SAD), contra el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, quien se aferra a que los clubes sigan siendo únicamente asociaciones civiles.
Fassi ya venía siendo uno de los pocos, si no el único, presidente de clubes a favor de las SAD. Después de lo de Mendoza, se transformó en una especie de punta de lanza de Milei y de Mauricio Macri, el otro gran impulsor.
El diputado nacional Rodrigo de Loredo, líder de la UCR cordobesa y cercano a Macri, posteó a favor de Fassi y relacionó directamente el escándalo mendocino con la pelea por las SAD. Antes, a pedido de Fassi, le había requerido al gobernador de Mendoza, el también radical Alfredo Cornejo, que garantizara la seguridad del plantel.
Fassi le pidió asistencia a un referente de la oposición poco cercano al fútbol y no a los funcionarios del Gobierno provincial.
Acto seguido, Macri y el secretario de Deportes de la Nación, Daniel Scioli (este, en nombre de Milei), respaldaron a Fassi mientras daba su larga invectiva contra Tapia.
El presidente de la AFA y los titulares de los otros clubes de Primera se quedaron callados, como una defensa que tira el off side ante un pelotazo rival.
Desde Estados Unidos, Llaryora consultó con su gente de confianza en materia de manejos de fútbol (que están fuera del Gobierno provincial) qué debía hacer. “Nada”, le aconsejaron.
Es que, si se enrolaba con Fassi, quedaba como un furgón de cola de Macri y de Milei. Si rechazaba su planteo, se ponía en contra de uno de los clubes más grandes de Córdoba y de lo que piensan muchos de sus votantes.
La neutralidad en ciertos casos también es un costo, aunque los acólitos de Llaryora estén acostumbrados a que cualquier hecho que ocurra es algo que favorece al sanfrancisqueño.
El gobernador quedó atrapado en una guerra que le es ajena pero que tiene en Córdoba uno de sus campos de batalla. La elección de la sede Córdoba para que juegue la selección o para partidos importantes es otro tema por considerar.
Fassi dejará en unos meses la presidencia de Talleres, al menos de manera formal, y lo sucederá alguien de su equipo. La AFA lo va a sancionar por lo ocurrido en los vestuarios del Malvinas Argentinas y sus colegas lo dejaron solo.
Tapia ya había tomado nota de la embestida de Macri-Milei por la SAD y adelantó para el emblemático 17 de octubre las elecciones de AFA que iban a ser en marzo. Necesita una ratificación lo antes posible, y esa ratificación será por una abrumadora mayoría.
Verde intervenido
Mientras, otro caso donde se mezclan la política, los negocios y el deporte es lo que está ocurriendo en la Asociación Deportiva Atenas, el club que fue orgullo cordobés y hoy pelea por la subsistencia.
Atenas tuvo una primera intervención desde el poder político el año pasado, cuando estaba en el fondo no sólo en lo basquetbolístico, sino también en lo económico e institucional.
Llegó la dupla del entonces ministro de Finanzas, Osvaldo Giordano, y el actual titular de la Lotería, David Urreta. Primero se fue Giordano y unos meses después, Urreta.
Llega ahora una segunda tanda de intervención política de la mano del secretario de Transporte de la Provincia, Marcelo Rodio. Antes de asumir, Rodio ya dejó claro ante los suyos y ante lo que queda del club de barrio General Bustos que quiere Atenas como una plataforma para insistir en su candidatura a intendente de la ciudad de Córdoba.
