Martín Llaryora tuvo este lunes su debut como candidato a gobernador oficialista. Con un discurso que mostró un fuerte componente emotivo para los militantes peronistas, habló de “continuidad con cambios”. Prometió ampliar la alianza Hacemos por Córdoba y fustigó a los eventuales candidatos opositores: “Son lo peor del pasado”, calificó, sin dar nombres.
El intendente capitalino se lanzó en lo que se convocó como un “plenario de Hacemos por Córdoba”.
En los hechos se transformó en un acto peronista “a la cordobesa”, por la presencia masiva de funcionarios, dirigentes y militantes oficialistas. Hace tiempo que el peronismo provincial abandonó la liturgia y los símbolos del movimiento que fundó Juan Domingo Perón.
Llaryora fue presentado y precedido en la palabra por el gobernador Juan Schiaretti, quien lo “propuso” como el candidato a gobernador de Hacemos por Córdoba.
La lista de oradores fue corta y con un intento de mensaje de unidad implícito. Arrancó con el vicegobernador Manuel Calvo, quien será el jefe de campaña, continuó el gobernador y cerró Llaryora, como para que no quedaran dudas sobre quién era el protagonista de la convocatoria, y para lo que viene en el oficialismo provincial.
La cantidad de gente desbordó la capacidad del salón para usos múltiples del hotel Quorum. La cuidada presentación -que arrancó con un spots sobre la obras de las gestiones peronistas- que preparó el nuevo publicista del Gobierno provincial, Toni Curtino, de la agencia HelloBrand, por momentos se vio empañada porque hubo muchos más asistentes de los que se esperaban.
Estaban dispuestas mil sillas, pero el lugar quedó chico. Más de mil personas quedaron afuera.
Hubo presencia perfecta del gabinete provincial y del municipal. La ausencia más notable fue la de Oscar González, involucrado en un trágico accidente. Como era previsible, no hubo ningún dirigente del Frente de Todos. Dijeron presente los líderes de la nueva conducción de la CGT Córdoba, Pablo Chacón (Comercio) y Rubén Urbano (UOM), que recientemente desplazaron a José “Pepe” Pihen, que no estuvo por problemas de salud.
Unidad oficialista
La presencia de los máximos referentes oficialistas fue un modo de mostrar la unidad del PJ, de cara a las elecciones del año próximo, que por primera vez, luego de 23 años, no tendrá los nombres de José Manuel de la Sota o de Schiaretti en la boleta oficialista.
Llaryora se mostró emocionado al comenzar su discurso. Recordó a su familia y se presentó como un militante peronista, apuntando a los sentimientos. “No soy un producto del marketing ni de las encuestas, soy un producto de la militancia. A mí me tocó estar allá (señaló al fondo del salón) y ahora estoy acá, en el escenario. Asumo el desafío y la responsabilidad como militante. Vamos a trabajar en conjunto. Y vamos a ganar la próxima elección para seguir llevando a Córdoba a lo más alto”, arrancó el proclamado candidato, en un mensaje de 24 minutos.
En su discurso de presentación, el intendente capitalino no habló de promesas ni de programa de gestión.
El estudiado mensaje apuntó a objetivos políticos: mostrarse como la continuidad de las gestiones peronistas, pero “con el coraje para encarar las reformas de segunda generación que estos nuevos tiempos exigen”, remarcó.
Elogió y rindió un fuerte reconocimiento al fallecido exgobernador José Manuel de la Sota y a Schiaretti, quien lo escuchaba desde la primera fila. Dijo que el país necesitaba un “Presidente como Juan”, e hizo entonar a la militancia el coro: “Se siente, se siente, Juan Presidente”.
Dejó claro que las palabras “continuidad”, “cambio”, “innovación” y “reformas” serán puntales de su propuesta para buscar llegar al Centro Cívico.
Ante una convocatoria mayoritariamente peronista, Llaryora mostró una señal de “apertura” : prometió “ampliar” la coalición gobernante.
“Vamos a ampliar la alianza Hacemos por Córdoba, convocando a representantes del sector productivo, el campo, la industria, el conocimiento, innovación, los sectores sociales y todos aquellos que nos ayuden a hacer cada día mejores”, expresó el intendente capitalino.
Entre los presentes que escucharon esa definición estaban la diputada nacional Natalia de la Sota y el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, dos peronistas que están anotados para ocupar el segundo lugar en la fórmula oficialista.
El candidato remarcó que está dispuesto a incorporar a extrapartidarios, que bien podrían ocupar ese lugar de privilegio al que aspiran algunos peronistas.
Llaryora también le dedicó un párrafo a la oposición, que aún no confirmó a un candidato.
“Como siempre dice Juan (Schiaretti), nosotros hablamos poco y hacemos mucho. Hay algunos que nos critican y dicen que llevamos muchos años en el gobierno. A esos que no pudieron gobernar ni siquiera ocho años, que son lo peor del pasado y que hablan mucho, la gente los va a mandar con el voto a sus casas y nosotros seguiremos gestionando”, exclamó, en uno de los párrafos más celebrada por la militancia.
Nadie tuvo duda que fue una referencia el senador Luis Juez, uno de los precandidatos a gobernador de Juntos por el Cambio, que gobernó por un período la ciudad de Córdoba.
Respaldo
Aunque le cedió el protagonismo al aspirante a sucederlo, el gobernador Schiaretti eligió un mensaje de defensa de su gestión, sin hacer casi mención a su aspiración de proyección nacional.
Sólo dijo una frase que puede interpretarse como un adelanto del lanzamiento nacional que haría en dos semanas: “Córdoba es un espejo donde mirarse para el país”.
Como lo viene reiterando, el mandatario provincial aseguró que el Gobierno provincial es “serio” y “previsible”.
El gobernador comenzará a caminar el escenario nacional en los próximos días, pero este lunes reiteró a todo el oficialismo que la prioridad es retener el poder en Córdoba. Todos los presentes, muchos del interior, se fueron convencidos de la vigencia de esa regla básica de más de dos décadas en el poder.
