“Vamos a terminar bien, lo que será el peor año para nuestra gestión, por el contexto nacional. Lo que viene será mucho mejor”, le dijo el gobernador Martín Llaryora días pasados a su gabinete, con tono optimista por el futuro inmediato. Aunque admitió que termina un año que fue más complicado de lo esperado, por el fuerte ajuste a las provincias que impulsó el presidente Javier Milei.
Luego de un primer semestre muy complicado por los hachazos (según la definición de Juan Schiaretti) de la Nación a las partidas para las provincias, Llaryora pergeñó un plan para terminar “lo mejor posible, el peor año”, como describen sus funcionarios más cercanos.
Luego del triunfo ajustado en las comicios provinciales, donde el candidato opositor Luis Juez ganó en 10 departamentos, una de las prioridades del nuevo gobernador fue –precisamente– el interior.
Llaryora visitó casi todas las semanas varias localidades del interior. Cerrará este 2024 habiendo recorrido 190 ciudades y localidades. A varios lugares fue más de una vez.
Además de la gestión, hay una estrategia política del gobernador de priorizar el vínculo con los intendentes y jefes comunales de todos los espacios políticos.
Ante la decisión del presidente Milei de no tener ningún vínculo con los municipios, Llaryora busca aprovechar ese vacío, recostándose en la gestión de los intendentes.
También para tratar de alimentar su anhelo proyecto político-electoral de consolidar el “partido cordobés”.
A través del Ministerio de Gobierno que conduce Manuel Calvo, la Provincia implementó proyectos de obras mediante las Comunidades Regionales.
Estos organismo departamentales fueron creados en la segunda gestión (2003-2007) de José Manuel de la Sota, pero ahora Llaryora las fortaleció.
Desde la oposición cuestionan esta iniciativa, con el argumento que las obras que se ejecuten a través de las Comunidades Regionales no tienen el control del Tribunal de Cuentas Provincial hegemonizado por el juecismo.
Además, en el Presupuesto 2025, aprobado el jueves pasado por la Legislatura, la Provincia incrementó su aporte para el fondo de obras que comparte con los municipios, que aportan el 1% de su coparticipación.
En otra propuesta para ganar adhesión entre los intendentes, también a través del Ministerio de Gobierno se llegó a un acuerdo para saldar las deudas que los municipios tienen con la Provincia.
Hay más de 150 municipios que acumulaban deudas importantes con el Gobierno provincial, que fueron refinanciadas a 10 años.
“Es muy importante para cualquier intendente sacarse de encima el peso de la deuda para planificar su gestión”, manifestó Calvo, el ministro que más acompañó al gobernador en sus giras por el interior.
Con una mirada siempre optimista, en el Centro Cívico creen que la inauguración de dos tramos de las autovías Punilla (Costa Azul-Molinari) y Calamuchita (Alta Gracia-Villa Ciudad de América), con una inversión de más de 200 millones de dólares, es un mojón en este primer año de gestión.
También para contraponer el discurso de Milei, que descree de las inversiones del Estado en obras.
Bono, en análisis
Aunque el tema está aún bajo análisis, en los próximos días, el gobernador Llaryora podría anunciar un bono para los jubilados provinciales que menos ganan.
El tema se filtró y ante la consulta de La Voz, una alta fuente del Centro Cívico admitió “como probable” esa posibilidad.
El bono sería de alrededor de 80 mil pesos, para un universo de 70 mil jubilados provinciales que actualmente perciben un haber menor a los 900 mil pesos.
Los jubilados provinciales son un sector que sufrió un ajuste en lo que va del año, ante la decisión de la Anses de no enviar un peso para cubrir parte del déficit de la Caja de Jubilaciones.
El anuncio se daría la semana que viene. Teniendo en cuenta el universo y el monto, el costo fiscal del bono para jubilados sería de algo menos de 6.000 millones de pesos.
No espera fondos de la Nación
El gobernador Llaryora termina su primer año de gestión, y a diferencia de sus antecesores peronistas, José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, el Gobierno nacional no destinó durante este 2024 ni un peso para solventar el déficit de la Caja de Jubilaciones.
Los gobiernos nacionales anteriores, incluso las gestiones de Cristina Kirchner que tuvo un trato muy distante con Córdoba, siempre enviaron recursos a través de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses).
La anterior administración de Alberto Fernández y Cristina Kirchner cumplió con los giros mensuales, pero sin actualización.
Desde que el presidente Javier Milei llegó a la Casa Rosada, la Anses no giró un peso a la Caja de Jubilaciones de Córdoba, ni a las restantes 12 provincias que no transfirieron a la Nación sus sistemas previsionales.
En realidad, como en algún momento Osvaldo Giordano, expresidente de la Anses, le contó a La Voz, el ministro de Economía, Luis Caputo, fue quien dio la orden de “partidas cero” para las provincias.
El año pasado, el entonces gobernador Juan Schiaretti presentó dos demandas contra la Anses, reclamando fondos de los períodos 2020-2022 y 2023.
Con ese antecedente de dos juicios que están en la Corte Suprema de Justicia, Llaryora aún no presentó ningún reclamo judicial.
El gobernador tampoco espera recursos de la Nación para la Caja durante el año próximo.
Todo indica que el Gobierno nacional no negociará para tener un nuevo presupuesto para el 2025, por lo tanto, reconducirá el del año pasado (como hizo este año), sin giros a las cajas provinciales.
En el Centro Cívico también le bajan las expectativas al canje de deudas que promueve el Gobierno nacional.
“En el Presupuesto provincial incluimos esta posibilidad, pero no le veo chances concretas de realizarlo. Además, no sabemos qué tiene la Nación para ofrecernos a cambio de una deuda millonaria”, argumentó un funcionario llaryorista.