Antes de que La Voz informara este domingo que el radical Rodrigo de Loredo está negociando con encumbrados libertarios encabezar la propuesta de una eventual alianza en Córdoba de cara a los comicios legislativos de octubre, otros dos dirigentes cordobeses miran más lejos: el gobernador Martín Llaryora y el senador Luis Juez están pensando más en la lucha por el poder provincial, dentro de dos años, que en los próximos comicios legislativos.
No es que De Loredo no piense en 2027, pero el diputado radical tiene que pasar el duro examen de octubre para apuntar a la pulseada por el sillón principal del Centro Cívico.
Un llaryorista que interpreta fielmente el pensamiento del gobernador fue concreto. “En octubre nos conformamos con retener las dos bancas que ponemos en juego. A Martín (Llaryora) lo único que le importa es que en octubre no se consolide una alianza de toda la oposición provincial. Lo de las bancas es lo de menos; dos o tres no nos cambia la ecuación”, aseguró el funcionario con despacho en el Centro Cívico.
En la otra vereda, una fuente juecista también habló de lo que se juega en octubre el senador, que ya confirmó que en 2027 buscará ir por cuarta vez por la Gobernación.
“Luis (Juez) no está pendiente de lo que haga De Loredo en octubre. Lo único que puede amenazar su candidatura a gobernador opositora es que aparezca un nombre nuevo entre los libertarios que quede muy bien posicionado en octubre. Es lo único que lo puede incomodar. A Rodrigo (De Loredo), no lo ve como rival”, dijo el juecista días atrás, cuando aún no se conocía de los contactos de De Loredo con algunos influyentes libertarios.
Daniele, con otro período por delante, ya empezó a negociar con Passerini
El jueves por la noche, en el final del paro nacional, Rubén Daniele celebró como pocas veces su triunfo 13° en las elecciones del gremio de los municipales de la ciudad de Córdoba (Suoem). En su discurso de celebración, entre lágrimas de emoción, el veterano gremialista marcó que la “lucha contra la precarización laboral en el municipio” será una de las prioridades de su decimotercer mandato no consecutivo. Vale recordar que Daniele no pudo competir en los comicios de 2017 porque el entonces intendente Ramón Mestre intentó “jubilarlo”.
Daniele no demoró demasiado en poner manos a la obra en su nueva gestión al frente del gremio. El viernes a las 13 se reunió en el Palacio Municipal con el secretario de Administración Pública y Capital Humano, Sergio Lorenzatti, para iniciar una nueva negociación paritaria.
El líder de los municipales ganó con el 84% de los votos y prometió en los festejos que usará ese fuerte apoyo de las bases para reclamar con “más fuerza” que el personal municipal recupere lo que el gremio dice que perdió el año pasado contra la inflación.
Todo indica que Daniele se meterá en un tema poco discutido desde 2020, cuando el entonces intendente Martín Llaryora comenzó a incorporar becarios, monotributistas y los famosos “chalecos celestes”, que pululan por las calles de la Capital.
Según el gremio, son más seis mil los agentes en esa situación precarizada. El intendente Daniel Passerini repite que su gestión no aumentará “la planta permanente”. Se viene una fuerte pulseada en el municipio capitalino.
Quinteros entregó al gobernador una “presa codiciada”
No es novedad que el gran objetivo del gobernador Martín Llaryora es alimentar su pregonado “cordobesismo” con dirigentes radicales y del PRO disconformes con las conducciones de sus partidos.
Muchas de las medidas de la gestión llaryorista apuntan a tentar a intendentes radicales para que se acerquen al Centro Cívico. El programa de seguridad que se apoya en las guardias locales es uno de los más importantes en materia política.
En los últimos días, el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, ofrendó al gobernador “la presa política” más codiciada: el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, se sumó al programa provincial.

Ferrer, presidente del radicalismo provincial y mano derecha de Rodrigo de Loredo, firmó el acuerdo con una foto que fue difundida con esmero desde el Centro Cívico. “Sabemos que Ferrer no vendrá con nosotros, pero si lo tenemos cerca, otros radicales se animarán a cruzar el charco”, pronosticó un llaryorista, conforme con la gestión del ministro Quinteros, quien suma puntos con el gobernador.
De todos modos, el exjuecista sigue siendo mirado de reojo por muchos peronistas que no le perdonan su pasado de “denunciador serial” contra las gestiones delasotista y schiarettista.
Por otro lado, las repetidas fotos “de gestión” de Ferrer con Llaryora o sus ministros generan ruido en otros sectores internos del radicalismo. Precisamente, el oficialismo provincial se encarga –y se encargará– de alimentar esa interna en el centenario partido.