Muchas opciones en el cuarto oscuro; todas las que se puedan. Y un candidato principal enfrente, cuyo triunfo –por amplio que sea– no lo ponga en la carrera para la disputa del poder provincial en 2027.
Ese es el plan ideal que imaginan, y en el que ya trabajan en el Panal, para los siempre incómodos comicios legislativos nacionales que este año se desarrollarán el 26 de octubre. No hay un solo dirigente en Córdoba que no crea que La Libertad Avanza se alzará con el triunfo en esta provincia dentro de menos de cuatro meses. Ni siquiera quienes sueñan con que Juan Schiaretti termine decidiéndose a último momento por competir se animan a proyectar una celebración.
El primer objetivo de la estrategia es muy cumplible para el oficialismo provincial. La cantidad de opciones electorales podría ser récord para una contienda definitiva por las nueve bancas de las 18 que renueva el distrito Córdoba. La suspensión de las Paso, que el gobernador Martín Llaryora apoyó en el Congreso con decisión, dará sus primeros frutos.
La atomización vía fragmentación asoma irrefrenable sin el filtro que representaban las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias.
Sin Paso, proliferarán los sellos partidarios. Quienes tengan partidos políticos en regla podrán competir sin la restricción del 1,5%, que ha sido un duro tamiz en las elecciones pasadas para la mayoría de las nuevas fuerzas políticas. La Libertad Avanza, de más está decirlo, es una excepción al sistema.
En los comicios de 2023, que son la última referencia para la categoría “diputados”, hubo 15 partidos o alianzas que se anotaron y participaron de las primarias en Córdoba. Sin embargo, sólo cinco pasaron el corte del 1,5% (La Libertad Avanza, Hacemos por Nuestro País, Juntos por el Cambio, Unión por la Patria y el Frente de Izquierda). Ese quinteto terminó jugando “por los puntos”, que fueron las nueve bancas para la Cámara Baja, el mismo botín que estará en disputa este año. La gran diferencia es que ahora podrán participar –si así lo desean– esos 15 espacios políticos, más otros que se anoten en la única elección general que habrá en Córdoba.
Que ese filtro haya desaparecido no sólo es una señal de que el juego se abrió para todos; ahora también hay margen para operar en ese inmenso tablero. Quienes tengan recursos para hacerlo –los oficialismos parten con ventaja– tendrán preeminencia sobre los demás.

Aun con esa eventual superioridad comparativa, el oficialismo provincial volverá a tener que remar en el barro en los próximos comicios nacionales.
El radicalismo que lidera Rodrigo de Loredo estará también en esa categoría de remadores si, como parece ahora, se presenta como alternativa a La Libertad Avanza y no como socio, como se especulaba y se pretendía en filas deloredistas hace apenas unas semanas. Que la torta se divida en más porciones es, a priori, un alivio para peronistas y para radicales, pero hay elementos sueltos que encienden alarmas.
En el peronismo provincial, por ejemplo, cada vez emerge con más fuerza un elemento disonante con el que antes nunca tuvo que lidiar. El apellido de uno de los ismos más importantes de la identidad del PJ cordobés avisa por todos los medios que pretende una construcción individual por fuera del paraguas del oficialismo. A esta altura, Natalia de la Sota ya es una incomodidad palpable para los planes de Llaryora. “Si se presenta por una vía intermedia entre nosotros y el kirchnerismo, algo nos va a sacar. No sabemos si serán dos o tres puntos, pero algo nos come”, reconoce un ministro llaryorista sobre el posible daño que podría ocasionar a los intereses del Centro Cívico la hija del tres veces exgobernador.

Panorama abierto
Menos manejable para el oficialismo parece el segundo objetivo que subyace en la estrategia del Panal: por ahora, nadie sabe quién será el rostro que representará en la boleta única al presidente Javier Milei en Córdoba. El dato no es menor. Se trata del distrito donde más adhesión ostenta el líder libertario.
Las especulaciones sobre el apellido del o de la candidata son variadas. Lo concreto es que esa decisión la tomará Karina Milei desde los cuarteles centrales de La Libertad Avanza. “Sabemos que en un 90% será un hombre o una mujer pura de nuestro partido, como siempre dijimos. Es de lógica pura: si solos podemos conseguir nuestros objetivos, ¿por qué se lo vamos a regalar a otros?”, razonan cerca de Gabriel Bornoroni, el presidente de los libertarios en Córdoba y quien se proyecta como candidato a gobernador dentro de dos años.

“Nos convendría que quien liderara la boleta del Presidente fuera alguien no tan conocido. No vemos hoy una sorpresa en ese sentido, pero todo puede pasar; tienen una manera de razonar que no es igual a la nuestra. Nosotros tenemos dos años por delante para colaborar en el Congreso. Tenemos que conversar”, desliza con astucia un hombre con despacho en el Panal.