Una declaración conjunta, la firma de un plan de acción Italia/Argentina 2025-2030 y la convicción compartida de defender “los valores de Occidente”, reflejaron la sintonía político-ideológica entre el presidente Javier Milei y la primer ministra italiana, Giorgia Meloni.
Con inocultables gestos de afecto, Milei recibió este miércoles antes del mediodía a Meloni, la dirigente (alguna vez periodista) líder del partido “Hermanos de Italia”, a quien ya había visto este martes, en la cena en la quinta de Olivos.
Los mandatarios mantuvieron un encuentro a solas en el despacho presidencial, al que siguió una reunión en el Salón Eva Perón junto a otros funcionarios. Milei invitó a Meloni a salir a uno de los balcones de la Casa Rosada para saludar a unas cien personas reunidas en la Plaza de Mayo.
Meloni, de 47 años, nacida en Roma, al hablar en el Salón Blanco, resumió en una frase su visita a Buenos Aires y la afinidad ideológica que une a los gobiernos: “Italia y Argentina son naciones hermanas y aún tienen mucho camino por recorrer juntas. Estoy feliz de recorrer este tramo de camino, junto a Javier, un hombre valiente, mi amigo, un amigo de Italia”. Milei le regaló a la presidenta del Consejo de ministros italiano una estatuilla suya en la que tiene una motosierra.
Con la visita de Meloni, Milei cerró una semana dominada por la agenda internacional. Empezó el jueves y viernes pasados cuando viajó a una gala republicana en la Florida, Estados Unidos, para saludar a Donald Trump. El sábado y el domingo recibió en Casa Rosada al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y viajó seguidamente a Río de Janeiro, donde debutó en el G20. En la cumbre, se destacaron la bilateral con Xi Jinping (China), y los encuentros con Narenda Modi (India) y con la titular del Fondo Monetario Internacional, Kistalina Georgieva.
En ningunos de los casos, hubo una declaración conjunta como ocurrió con Meloni, que aprovechó su paso por Buenos Aires para dejar flores al monumento del General San Martín en Retiro y asistir por la tarde a un espectáculo musical en el Teatro Coliseo. Se espera para esta noche su regreso a Roma.
El mensaje conjunto en el Salón Blanco se extendió por unos quince minutos y fue seguido por Karina Milei, el jefe de gabinete Guillermo Francos, el canciller Werthein y el ministro de Defensa, Luis Petri, sentados en primera fila.
Milei ya había anticipado en su discurso en el foro conservador trumpista, el sitio privilegiado que le otorga a Italia en el tablero internacional: “Los Estados Unidos liderando en el norte, la Argentina en el sur, Italia en la vieja Europa e Israel, el centinela en la frontera de Oriente Medio”.
El plan de acción quinquenal, la lucha contra la criminalidad organizada y la cooperación comercial, fueron los ejes destacados por Meloni. El ministro de Economía y Finanzas de Italia, Giancarlo Giorgetti, participó de la comitiva.
Meloni destacó las políticas de libre mercado del gobierno argentino y la posibilidad de intensificar una cooperación estratégica en infraestructura, el suministro de materias primas críticas, el transporte aéreo y el espacio.
“El potencial de crecimiento es extraordinario. Hay 300 empresas italianas que tienen 16.000 empleados, con casi 3.000 millones de euros, de giro, de negocios en Argentina”, recordó Meloni.
“Con esta visita quise devolver la gentileza que Milei tuvo con Italia, recuerdo con mucho gusto que Roma fue la primera capital europea que el presidente visitó después de su elección”, apuntó la premier italiana. Los mandatarios se vieron por primera vez en febrero pasado en Roma; después siguió otra visita de Milei a Italia para participar del G7, y en septiembre se cruzaron en Nueva York en el marco de la Asamblea Nacional de la ONU.
Milei también ponderó los beneficios del “comercio libre”, y dejó unos apuntes referidos a la “batalla cultural” que emprendió su gobierno: “frente a la ideología de género tan de moda en Occidente, en la última década abogamos por el respeto irrestricto del derecho a la vida y la defensa de la familia como elemento central de la sociedad”, dijo Milei, para aludir a “la enfermedad del alma que es el virus woke”. Abogó por “volver a los valores que comparten la gran mayoría de los ciudadanos del mundo occidental, que en gran medida, fueron forjados en la Antigua Roma”.
Le dijo a Meloni, a quien trató de “usted” y llamó “estimada Giorgia”: “Hay pocos presidentes en el mundo que se animan a decir la verdad. Como los dos sabemos bien, hacerlo no es gratuito. Fuimos y somos castigados por el establishment, por nuestras acciones y opiniones, porque ellos prefieren administrar la decadencia antes que asumir el riesgo de construir las soluciones”, dijo Milei sobre el reencuentro con Meloni.