Hay un dato que marca el contexto en el cual el gobernador Juan Schiaretti les tomó este martes juramento a cuatro nuevos ministros: en los últimos 30 días –por distintas circunstancias–, se vio obligado a hacer seis cambios en su gabinete, cuando en los 10 años y medio anteriores de gestiones provinciales había hecho sólo dos modificaciones entre sus principales colaboradores.
El 21 de agosto pasado, por la crisis del hospital Neonatal, renunció el ministro de Salud, Diego Cardozo.
El lunes último se conoció la renuncia de la titular de la Agencia Córdoba Cultura, Nora Bedano, luego de varios días de versiones sobre su salida, presuntamente por diferencias en la gestión administrativa con el Centro Cívico.
En ese clima extraño para las gestiones schiarettistas, que se caracterizaron por la estabilidad de sus gabinetes, en el mediodía de este martes, a través de las redes sociales, el Gobierno provincial comunicó un volantazo del gobernador: cuatro modificaciones de su equipo para afrontar los últimos 15 meses de su tercera y última administración.
En realidad, el cambio más sensible y que derivó en las otras modificaciones fue el final de la gestión del ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera, cuestionado por la oposición.
“En el marco de la reestructuración dispuesta por el señor gobernador, he presentado mi renuncia indeclinable al cargo de ministro de Seguridad del que oportunamente fui honrado”, escribió el ministro saliente, tratando de demostrar que fue él quien presentó la dimisión.
Ante la salida del dirigente riocuartense del sillón más caliente del Gobierno provincial, Schiaretti decidió impulsar un cambio en la estructura orgánica de su gabinete: volvió al esquema de sus dos mandatos anteriores, con un Ministerio de Gobierno y Seguridad y con una secretaria de Seguridad que se hará cargo del manejo de la Policía de Córdoba.
En este nuevo esquema de su equipo, Schiaretti encumbró a Julián López, quien dejó la cartera de Justicia y Derechos Humanos para asumir en Gobierno y Seguridad, tal vez el ministerio más sensible y relevante en los próximos 15 meses de gestión schiarettista.
Desde ese cargo, Julián López tendrá que afrontar el flagelo de la inseguridad, pero, como un integrante de la renovación del PJ provincial, también manejará la relación con los 427 intendentes y jefes comunales.
Como secretario de Seguridad asumirá este miércoles Claudio Stampalija, “un especialista en materia de seguridad”, lo calificó luego Julián López.
La decisión de cambiar el responsable de la seguridad derivó en las otras modificaciones de los ministros que juraron este martes en el Centro Cívico.
Laura Echenique quedó a cargo de Justicia y Derechos Humanos; el exministro de Gobierno, Facundo Torres, asumió en el nuevo Ministerio de Empleo y Formación Profesional.
Mientras tanto, Laura Jure seguirá como en el gabinete, ahora como ministra de Hábitat y Economía Familiar, una cartera más acotada, ya que hasta este martes también tenía bajo su órbita los planes de empleo que ahora administrará Facundo Torres.
Escenario y definición
Como ocurrió un mes atrás, cuando Gabriela Barbás asumió en Salud, el auditorio principal del Centro Cívico se vio desbordado de funcionarios, de legisladores, de intendentes y de dirigentes del PJ provincial.
La escenografía pareció festiva para un acto de asunción de nuevos ministros, en un contexto de la mayor crisis de gestión que debe afrontar Schiaretti en su larga estadía de más de 10 años en el poder provincial de manera no consecutiva.
Como para dejar claro que los cambios en su equipo tenían que ver con la inseguridad, su definición más contundente en su discurso de 10 minutos fue sobre su plan para enfrentar el delito.
“Como siempre digo, no hay medidas mágicas ni golpes de efecto que nos permitan resolver el problema de la inseguridad. El tema no se resuelve con un chasquido de dedos ni con palabras lindas. Lo que hay en Córdoba, y que vamos a seguir profundizando, es un plan integral de seguridad ciudadana”, expresó el mandatario provincial, que fue aplaudido por numerosos funcionarios que fueron a respaldarlo.
Sin hacer ninguna mención al ministro de Seguridad saliente, en su mensaje Schiaretti dio a entender que los cambios que resolvió no se debieron a críticas por la inseguridad.
“El Estado provincial debe estar siempre acorde a los tiempos que corren, y a la profundización de la crisis social que vivimos. Por eso estos cambios apuntan a fortalecer las áreas social, de empleo y de seguridad, que son las principales preocupaciones de los cordobeses”, afirmó, tratando de minimizar los cuestionamientos de los opositores, en los umbrales de un año electoral.
