“Si vota con el kirchnerismo, lo tendrá que explicar ella. Martín fue coherente en decir que había que darle algunas herramientas para gobernar al Presidente”, argumentó un llaryorista que siguió de cerca la votación en la Cámara de Diputados, donde Natalia de la Sota dio la nota al votar en contra la “ley bases”, cuando el gobernador Martín Llaryora se mostró a favor de la norma.
En realidad, no fue una sorpresa. La hija del exgobernador José Manuel de la Sota siempre se mostró en contra de la aprobación de la ley. Lo mismo hizo en febrero pasado, cuando se cayó lo que entonces era la “ley ómnibus”.
“Mi posición es la misma que en febrero. No acompaño el dictamen del oficialismo porque no concibo esta mirada de La Libertad Avanza de retirar y desguazar al Estado. A los de abajo, los castigamos con ajuste y tarifas que no paran de subir; a los de arriba, beneficios impositivos y blanqueo”, argumentó su voto “negativo” la diputada peronista.
Aunque ahora, luego de una negociación del ministro del Interior Guillermo Francos con Llaryora, la orden que bajó el gobernador a sus legisladores fue apoyar la media sanción de la ley.
Además de la “gobernabilidad” de la que habla Llaryora, también está la cuestión económica. El paquete fiscal que acompañó la media sanción de la “ley bases” significaría una mejora en los ingresos de la Provincia de alrededor de 12 mil millones de pesos mensuales, por la modificación del Impuesto a las Ganancias.
Precisamente, De la Sota votó en contra de la reversión de este gravamen, que de ser sancionada por el Senado, alcanzará a más de 800 mil trabajadores con mejores ingresos.
“Natalia votó a favor de la eliminación de Ganancias el año pasado, hubiera sido muy incoherente, y una vergüenza, votar ahora su reposición”, justificaron desde el entorno de la diputada.
La legisladora les había anticipado a sus pares del bloque y al Centro Cívico sobre su postura. Natalia de la Sota tiene un vínculo directo con el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, quien le transmitió al gobernador la decisión de De la Sota de rechazar la norma.
Dirigentes llaryoristas admiten que “está fría” la relación del gobernador con la diputada. Sin embargo, los delasotistas le quitan dramatismo al “voto negativo” a la “ley bases”.
“Nadie se puede dar por sorprendido. Natalia le anticipó a su bloque que no estaba de acuerdo con la ley y que la iba a votar en contra. Ella agradece esta posibilidad que le da el PJ cordobés de votar de acuerdo a su criterio”, dijo alguien cercano a la legisladora.
Gestos de independencia
Llaryora no hará ningún pronunciamiento público sobre la decisión de Natalia de la Sota de no apoyar una norma, cuando el gobernador es uno de los principales impulsores de su aprobación.
No obstante, en el Centro Cívico saben que el mandatario provincial no puede contar con el voto de la legisladora, quien no oculta gestos de independencia política, que generan ruido en el llaryorismo.
De la Sota tampoco oculta su amistad con Sergio Massa, a quien apoyó su candidatura presidencial, pero cada vez que la consultan, dice sin dudar.
“Soy parte del peronismo de Córdoba, apoyo las gestiones del gobernador y del intendente (Daniel Passerini) de Córdoba, pero nunca apoyaré algo que va en contra de mis principios y de los intereses de la gente”, justifica en privado.
Esa definición marca una diferencia de criterio con Llaryora, porque el gobernador considera que la norma beneficiará a Córdoba.
En su momento, Natalia de la Sota también se distanció políticamente del entonces gobernador Juan Schiaretti.
Si bien apoyó su candidatura presidencial, hasta que quedó afuera del balotaje, cuando se inclinó por Massa, hace tiempo que la diputada nacional no tiene buena sintonía política con el schiarettismo, especialmente con la senadora nacional Alejandra Vigo, que en los hechos conduce al PJ en la Capital.
Precisamente, los cortocircuitos con Vigo se dieron por la interna en la Capital, el territorio político de Natalia de la Sota.
Como para marcar los matices, que luego terminan generando diferencias políticas, en el Centro Cívico descuentan que Vigo respaldará en el Senado la aprobación de la “ley bases”.
Con Llaryora tiene mejor relación que con el exgobernador, con quien no tiene diálogo. Aunque el año pasado hubo algún ruido, ya que la diputada aspiraba –y recorrió la provincia con ese objetivo– a ser la compañera de fórmula del ahora gobernador, quien se inclinó por la radical Myrian Prunotto.
De todas formas, sus dirigentes más cercanos descartan de plano que Natalia de la Sota se aleje del oficialismo provincial.
“No hay que hacer un drama de un voto, cuando ella avisó y explicó los motivos de su postura. Hay dirigentes de su grupo de trabajo que integran la gestión del gobernador y del intendente de Córdoba. Natalia nunca dejará el PJ cordobés, que su padre llevó al poder”, sintetizó alguien que conoce de cerca el pensamiento de la legisladora nacional.
Elecciones legislativas
A Natalia de la Sota se le vence su mandato como diputada el año próximo. No lo dice de manera pública, pero aspira a renovar la banca, pese a que su vínculo político no atraviesa el mejor momento con Llaryora, y menos con Schiaretti.
No obstante, en este contexto, un dirigente de su confianza tiró definición, que seguramente debe ser el anhelo de la hija del exgobernador De la Sota.
“Falta un siglo para las definiciones de candidaturas para el año que viene, pero si es cierto que Martín (Llaryora) lo quiere al ‘Gringo’ como primer candidato a diputado nacional, qué mejor que la fórmula Schiaretti-De la Sota para competir contra los libertarios y lo que puedan armar los que integraron Juntos por el Cambio”, razonó el delasotista, con un optimismo a prueba de balas.
