De los 24 gobernadores, 23 acordaron este martes en la Ciudad de Buenos Aires pedirle una audiencia al Poder Ejecutivo para dentro de unas dos semanas, con el objetivo de discutir un consenso fiscal integral.
Los mandatarios provinciales buscan sacar del cajón el inconcluso Pacto de Mayo y forzar al Gobierno a dialogar en un contexto de preocupación común por la caída de las transferencias nacionales y del financiamiento de obras de infraestructura.
“El Gobierno plantea la discusión de una reforma fiscal. Eso tiene una contraparte, que somos los Estados subsoberanos. Las provincias somos vinculantes en muchas de esas reformas. La idea es reflotar el espíritu de lo que fue el Pacto de Mayo y dar esa discusión en conjunto con el Gobierno nacional, solicitar una audiencia y que en esa audiencia veamos punto por punto hacia dónde queremos ir”, anunció el chubutense Ignacio Torres, quien ofició de vocero de los gobernadores.
Bajo la excusa de discutir sobre “nuevas fuentes de financiamiento para el desarrollo de una infraestructura federal”, los gobernadores compartieron sus preocupaciones por la merma en los ingresos a las provincias.
La reunión, que originalmente iba a desarrollarse en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), se trasladó por obras de refacción a otras oficinas en el barrio porteño de Puerto Madero, y duró alrededor de dos horas.
Los que estuvieron y el que no
La convocatoria fue amplia: el único que no participó fue el correntino Gustavo Valdés, quien se encuentra enfocado de lleno en la campaña electoral local (la provincia vota gobernador el 31 de agosto).
De todas maneras, el mandatario transmitió que acompañaba el pedido.
El cordobés Martín Llaryora fue uno de los presentes, pero se retiró con antelación sin formular declaraciones.
Además, estuvieron Axel Kicillof (Buenos Aires), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut), Leandro Zdero (Chaco), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Sáenz (Salta), Ricardo Quintela (La Rioja), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gildo Insfrán (Formosa), Carlos Sadir (Jujuy), Claudio Poggi (San Luis), Marcelo Orrego (San Juan), Rolando Figueroa (Neuquén), Alberto Weretilneck (Río Negro), Claudio Vidal (Santa Cruz), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Además, se conectaron en forma virtual Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Hugo Passalacqua (Misiones).
Torres, Frigerio, Jaldo y Jalil, cuatro gobernadores alineados a la Casa Rosada, vienen de suscribir convenios con la Nación para fortalecer el intercambio de información fiscal y ejecutar el denominado “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos”, con el que el Gobierno intenta repatriar los “dólares debajo del colchón”.
Está previsto que este martes más gobernadores estampen su firma.
Gobernadores buscan consenso fiscal más amplio
Pero, en paralelo, los gobernadores pedirán próximamente una audiencia formal al Ejecutivo para ir hacia un consenso fiscal más amplio.
El “delegado” de las provincias para integrar el demorado Consejo de Mayo (el cuerpo responsable de trabajar en las leyes y medidas enumeradas en el Pacto de Mayo) es el mendocino Cornejo, uno de los gobernadores más alineados al presidente Javier Milei.
“Si vamos a una reforma fiscal, el rol de las provincias tiene que estar mancomunado en lo que plantee una eventual ley”, aseguró Torres, al recordar que las leyes en materia tributaria requieren mayoría absoluta para ser aprobadas en el Congreso y no pueden instrumentarse por decreto.
El chubutense aclaró que ninguno de los gobernadores está en contra de sostener el equilibrio fiscal (“Tiene que quedar grabado a fuego en nuestro país”, dijo), pero reclamó “trabajar de una vez por todas en serio en una reforma que es necesaria para la Argentina”, al advertir que “lamentablemente tenemos cada dos años elecciones que desvirtúan la discusión”.
“Hay vocación y hay voluntad. No es común que todos los gobernadores nos sentemos, no es común que todos los gobernadores digamos ‘paremos la pelota, sentémonos con el Gobierno nacional y empecemos a hacer un trabajo serio, con madurez dirigencial, para ir hacia un país normal’”, resaltó Torres.
Más allá de esta voluntad general, el mandatario patagónico reconoció que hay posiciones encontradas entre los gobernadores respecto del llamado “súper IVA”, la iniciativa oficial para que haya un nivel unificado que cobrará la Nación, y que luego las provincias sumen un porcentaje suyo para llegar a la alícuota final, con el fin de que los distritos compitan entre sí por inversiones.
“El punto en común es que Argentina para crecer necesita menos presión fiscal, pero también necesita un esquema de ejecución geográfica de los recursos que sea más justo”, especificó Torres.
Por otra parte, los gobernadores niegan haber abordado en el cónclave las leyes que se tratarán este miércoles en la Cámara de Diputados, vinculadas a las jubilaciones y la emergencia en discapacidad.
Los proyectos impulsados por la oposición tienen impacto fiscal y el Gobierno nacional, en su objetivo de cuidar el equilibrio fiscal, presiona para frustrar el quórum.
Para eso, será clave la postura que adopten los jefes provinciales, que vienen de colaborar para hacer caer una sesión similar la semana pasada. Llaryora, Zamora, Jalil y el propio Torres fueron claves en ese sentido.