En estos días vuelven a escucharse los anuncios oficiales, que llevan repitiéndose más de cuatro décadas en la provincia de Córdoba, acerca de que otra vez será puesto en marcha, en todo su recorrido, el histórico Tren de las Sierras.
Esta vez se trata de la extensión del recorrido, que hoy une las ciudades de Córdoba y Cosquín, para llevarlo apenas unos kilómetros más allá, hasta Valle Hermoso, en el Valle de Punilla.
La locomotora fantasma
Como cada vez que el Tren de las Sierras vuelve a las noticias, algún funcionario de los gobiernos provincial o nacional cumple con el repetido ritual de prometer que, pronto, muy pronto, la locomotora volverá a tocar la estación de Cruz del Eje, ciudad donde termina su recorrido este tren, que no cumple con su trayecto completo desde hace 44 años.
Esta vez le tocó al presidente de Trenes Argentinos, Martín Marinucci, reiterar en febrero de 2021 la promesa de que el tren llegará a Cruz del Eje.
En este momento, los principales anunciantes del regreso del tren son Carlos Caserio, senador nacional por Córdoba, y su hermano Jorge Caserio, quien es precisamente el intendente de la localidad hasta donde llegará ahora el tren. Carlos Caserio, como ministro del gobernador José Manuel de la Sota, ya lo había anunciado en 2002.
Para que el tren pueda correr hasta allí, deberán levantar el pavimento de la ruta 38, obras viales y hasta una plazoleta que taparon el viejo trazado de las vías, lo que da una idea de la esperanza que hubo en los últimos años de que el tren volviera a circular por la zona.
No hubo gobernador cordobés desde el inicio de la democracia que se haya resistido a coquetear con la promesa del regreso de la versión completa del tren, que tocó por última vez Cruz del Eje en diciembre de 1977.
El entonces gobernador radical Eduardo Angeloz hasta manejó la locomotora en una llegada atada con alambre que se organizó hasta Cruz del Eje en 1993. El acto hizo lagrimear de nostalgia a viejos empleados ferroviarios y a los vecinos de las vías que salieron a saludar el paso del tren agitando pañuelos. Fue una escena emotiva e inútil. El Tren de las Sierras siguió siendo un deseo para aquella región del noroeste provincial.
Luego, las gestiones siguieron durante la gobernación de Ramón Mestre, quien antes, como intendente, había intentado poner en marcha el Ferrourbano, otro tren que ya lleva 70 años de promesas en la ciudad de Córdoba y que el nuevo intendente, Martín Llaryora, también propone dejar en funcionamiento.
Los vagones fantasma
El exgobernador José Manuel de la Sota firmó un convenio con el expresidente Néstor Kirchner en febrero de 2007 en el que también anunciaron la reactivación del tramo completo, hasta Cruz del Eje. “Se trata de una inversión grande, de 100 millones de pesos, para reacondicionar las vías, hacer puentes y cruces, y para colocar barreras automáticas con vagones nuevos para 117 pasajeros que han sido adquiridos en Portugal”, anunció De la Sota.
Fueron los famosos vagones por los cuales, años después, fue detenido y enviado a juicio Ricardo Jaime, exfuncionario de De la Sota y de Kirchner, ya que los vagones que fueron anunciados como un gran progreso para el tren terminaron siendo chatarra. Un negociado pagado en dólares.
El Tren de las Sierras fue estatizado en 1992, y como el gobierno de Angeloz no pudo hacerse cargo del tramo, lo pasó a manos de la empresa Aero Ruta en 1993, que tampoco tuvo éxito en la idea de reactivar todo el ramal. Volvió a ser estatizado en 2013, luego de que el propio Ricardo Jaime lo privatizó y pasó a manos de la empresa Ferrocentral.
Cuatro décadas esperando
Inaugurado a fines del siglo XIX, el 2 de julio 1892, después de tres años de construcción, el Tren de las Sierras vivió su momento de esplendor en los años ’60, antes de entrar en decadencia una década después y levantar su recorrido completo en 1977.
En los años ’90, el tren corrió durante cinco años, entre 1993 y 1998, hasta Capilla del Monte, pero por falta de inversión y luego de varios descarrilamientos sin muertos que lamentar, el material rodante dijo basta.
En 2007 volvió a ponerse en marcha, en modo experimental, el tramo Córdoba-La Calera, y un año después se habilitó el viaje hasta Cosquín. Dos años después, comenzó su recorrido unos kilómetros antes, en la estación de barrio Alta Córdoba.
El tren siempre estuvo acompañado por el ruido de las promesas de que pronto se reactivaría, pero también siempre fue reducido a este recorrido de vuelo corto, ya que la infraestructura del trayecto nunca le permitió volver a ponerse en marcha. Los habitantes de Punilla coleccionan años y páginas de reclamos.
El final del recorrido, en Cruz del Eje, hace décadas es un cementerio de óxido en el que, para divertirse, van a realizar videos chicos youtubers o exploradores de los viejos ferrocarriles. Hasta hace algunos años, otro cementerio de vagones estaba posado sobre las vías en la estación Rodríguez del Busto, en la ciudad de Córdoba.
Junto con el Tren a las Nubes, en Salta, y el tren patagónico La Trochita, el Tren de las Sierras integra una tríada de recorridos turísticos de lujo que tiene la Argentina.