“Si Crescente quedaba del lado de Pedro, esta elección iba camino a ser un trámite. Pero Pedro tomó la decisión que todos sabemos y hoy estamos remando desde atrás”.
A tres domingos de los comicios municipales de la ciudad de Marcos Juárez, Verónica Crescente, hasta hace muy poco la mujer fuerte de la gestión de Pedro Dellarossa y ahora aliada al peronismo schiarettista, asoma como favorita para tomar una posta que sería lo menos parecido a un cambio para los marcosjuarenses.
La desventaja que acusan todas las encuestas es reconocida en privado cerca del intendente Dellarossa. Los sondeos propios y los que maneja el Panal promedian una diferencia que va entre siete y nueve puntos.
Si bien también hay consenso en que el margen a favor de Crescente se viene achicando semana a semana, la brecha se reduce a un ritmo menor conforme se acerca la elección del 11 de septiembre. Hay dos preguntas clave que se hacen los consultores por estos días: ¿hay elementos de peso que puedan hacer cambiar el voto en el cada vez más reducido número de indecisos? La otra: ¿tendrá tiempo suficiente el oficialismo para seguir limando la distancia? Nadie tiene respuestas definitivas.
Números finos
De los 24.177 ciudadanos habilitados para votar, se espera que sufraguen algo más de 18.500, un 77% del padrón, en línea con el promedio histórico de asistencia. Así, cada punto es igual a 186 votos. Si, como se dice, la diferencia a favor de Crescente ronda los ocho puntos, la brecha en votos estaría en menos de 1.500. Ese es el número que busca torcer Sara Majorel, la candidata por la que apostó Dellarossa y que determinó la salida del gobierno de Crescente, luego captada por Hacemos por Córdoba, que vio en la decisión del intendente una oportunidad dorada.
Esos 1.500 votos que necesitaría recortar Juntos por el Cambio en realidad podrían reducirse a la mitad por efecto de la extrema polarización que existe en Marcos Juárez: en esa pelea exclusiva de dos entre cuatro listas, un voto ganado antes de la elección se suma a la cuenta propia y, en paralelo, se resta de la canasta del adversario. Por eso en las huestes de Dellarossa los esfuerzos están concentrados en “dar vuelta” unos 700 votos. En lograr o no ese objetivo se asienta buena parte de las chances de retener el poder y lograr remediar el error de no haber previsto que Crescente podía convertirse en lo que es hoy: el adversario más peligroso.
Según relatan desde Marcos Juárez, el punteo del padrón será “casa por casa” hasta el día de la votación. Para el oficialismo, el principal problema es cuestionar a quien hasta hace sólo un par de meses era el brazo ejecutor del municipio.
A la vista de los marcosjuarenses, Crescente no es considerada opositora. La mujer tampoco es apuntada por “traicionar” a Dellarossa al dar el salto al equipo de Hacemos por Córdoba, como buscó instalar el oficialismo. En cambio, se le reconoce un fuerte apego al trabajo en la gestión Dellarossa –es un “tractorcito”, la elogian ahora en el Panal– y se le concede haberse ganado por las suyas el derecho a candidatearse al margen del partido que representa. Claro que en esa valoración influye mucho la alta imagen que ostenta Schiaretti en el corazón de una de las zonas productivas más ricas del país.
Vienen llegando desde Caba
En el transcurso de una semana, los cuatro presidenciables mejor posicionados dentro de Juntos por el Cambio visitarán Marcos Juárez. Después de algunas dudas iniciales, habrá desembarco completo de la plana mayor del PRO.
El expresidente Mauricio Macri caminará este jueves por unas cuadras del centro de Marcos Juárez junto a Majorel y a Dellarossa. Lo acompañarán el macrista Gustavo Santos –que pretende recuperar protagonismo para 2023 de la mano de su amigo y mentor dentro del espacio–, Luis Juez y Rodrigo de Loredo. Santos y De Loredo viajarán en el avión privado que trasladará al expresidente desde Buenos Aires hasta Marcos Juárez. Juez fue invitado a subirse a la aeronave, pero desistió porque debió volver antes a Córdoba.
La presencia de los caciques “amarillos” es una carta de alto simbolismo, que pone el oficialismo sobre la mesa en momento de definiciones. Sin embargo, hay dudas respecto de si moverá o no la aguja y, si lo hace, en qué nivel lo haría. “No podían no venir. Van a cumplir con su presencia, aunque todos saben que el panorama no es el de 2018″, apuntan desde el campamento oficial.
El desfile de líderes del PRO seguirá los próximos días con María Eugenia Vidal, con Horacio Rodríguez Larreta y con Patricia Bullrich.
Esos pasos fugaces no se comparan con la dedicación que pone en Marcos Juárez el gobernador Juan Schiaretti. Desde el inicio de la campaña, visitó cuatro veces la ciudad, en viajes que incluyen la presencia de Roberto Sposetti, su principal asesor todoterreno y especialista en comunicación y en campañas electorales.
En medio de las ráfagas que azotan áreas sensibles de su gestión, Schiaretti buscará con las urnas de Marcos Juárez dar un golpe que retumbe tanto que se escuche en Córdoba y también en Buenos Aires.
