Luego de una semana agitada por el anuncio del cierre de sus oficinas en Córdoba, Mercado Libre vuelve a estar en el centro del debate. Esta vez, por la decisión de abrir un nuevo centro de distribución en el Parque Logístico de Tres de Febrero, en el conurbano bonaerense.
La empresa de Marcos Galperin (que argumentó que dejaba Córdoba por el costo de las tasas municipales, que ascendían a $770 millones mensuales) ahora invierte en Buenos Aires, y lo hace en un distrito que, dijo, destacó sus políticas fiscales como principal atractivo para la radicación de la compañía.
El anuncio fue comunicado por el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, a través de sus cuentas en redes sociales.
“Gracias Mercado Libre por instalar el nuevo centro de distribución. Nos eligieron por nuestra política fiscal: habilitación sin costo, estabilidad tributaria, RIGI municipal con incentivos y ordenanza antibloqueo”, escribió.
Según detalló, la inversión generará 400 empleos directos y nuevas oportunidades para los emprendedores de la zona.
Valenzuela, que formaba parte del PRO (se afilió a La Libertad Avanza) y ha promovido activamente una política de “competencia fiscal” entre municipios, remarcó: “Cuando se bajan los impuestos, llegan las inversiones y el trabajo. Esto es votar con los pies. Porque menos impuestos es más trabajo”.
Celebración de De la Serna
El CEO de Mercado Libre en Argentina, Juan Martín de la Serna, también celebró la apertura del nuevo centro logístico, destacando que la iniciativa permitirá “seguir fortaleciendo nuestra red y potenciar a miles de PyMEs”. Y agregó: “Cuando hay condiciones, hay inversión, empleo y desarrollo”.
La decisión de cerrar en Córdoba y abrir en el conurbano bonaerense reavivó el debate en torno a la presión fiscal y su impacto en la inversión privada. En la provincia mediterránea, el anuncio del retiro de Mercado Libre generó fuertes críticas cruzadas entre dirigentes políticos y representantes del sector privado.
Mientras desde la Municipalidad de Córdoba se defendieron señalando que las tasas aplicadas eran razonables y parejas para todas las empresas, desde la oposición y algunas cámaras empresariales cuestionaron que no se hubiera hecho más por retener a un actor clave del ecosistema tecnológico.