Dicen que hicieron “las paces” unos días atrás, pero ayer el presidente Alberto Fernández sorprendió con una reunión de trabajo con el ministro del Interior, el cristinista Eduardo “Wado” de Pedro, luego de ocho meses de distanciamiento personal y político.
El presidente de la Nación había mandado al freezer al miembro más cristinista del gabinete, luego de que De Pedro fue quien inició una avalancha de renuncias tras la derrota en las Paso legislativas, el 12 de septiembre del año pasado.
“Wado” de Pedro es el representante de la vicepresidenta Cristina Fernández en el gabinete y firmó su dimisión por pedido de su jefa política, luego de la amplia derrota del oficialismo en las primarias legislativas.
Cristina Fernández exigía cambios en el gabinete luego de aquella derrota. Varios meses antes, en diciembre de 2020, había publicado una dura carta con aquella cruda definición: “Hay funcionarios que no funcionan”.
De Pedro fue quien encabezó la catarata de renuncias de todos los ministros y los funcionarios que responden a la poderosa vicepresidenta de la Nación.
Si bien es un dirigentes cristinista, “Wado” de Pedro había logrado construir una excelente relación personal con el Presidente.
Por este vínculo personal, Alberto Fernández consideró una “traición” de su ministro que presentara la renuncia sin avisarle.
El jefe del Estado se enteró de la dimisión del titular de su cartera política mientras visitaba al intendente de José C. Paz, Mario Ishii.
Desde su entorno, dijeron en aquel momento que la renuncia de “Wadito”, como le decía entonces el Presidente, fue una “trompada en el mentón” para Alberto Fernández.
“Alberto tiene claro que ‘Wado’ es un dirigente de Cristina y que estaba obligado a obedecer, pero lo tomó como una desilusión personal que no lo hubiera llamado para avisarle que tenía que presentarle la renuncia. Es más, ‘Wado’ tenía que estar en la visita a José C. Paz y puso argumentos superficiales para no ir. Ya sabía lo que iba a hacer”, comentó un albertista paladar negro durante aquel movido miércoles 15 de septiembre, la jornada de las renuncias de los cristinistas.
Hay una anécdota que une al Presidente, a De Pedro y al gobernador Juan Schiaretti. El 15 de septiembre de 2019, en plena campaña electoral, cuando Alberto Fernández vino al homenaje-recordatorio a José Manuel de la Sota, al cumplirse un año de su muerte, se reunió con Schiaretti. En ese encuentro, le presentó a “Wado” de Pedro como a “su futuro” ministro del Interior.
Alberto Fernández ya había sacado una gran diferencia en las Paso presidenciales de agosto y se encaminaba a la Casa Rosada. Aquella fue la última reunión cara a cara entre el ahora presidente y el gobernador Schiaretti.
De Pedro fue el único ministro que recibió al mandatario cordobés en la Casa Rosada. Esa reunión fue en enero de 2020, antes de la pandemia.
Cambios y distanciamiento
Lo que vino después es conocido. Por presión de su vicepresidenta, Alberto Fernández se vio obligado a sacar a su brazo derecho, Santiago Cafiero, de la jefatura de Gabinete, para ungir al tucumano Juan Manzur.
El Presidente también debió resignar a otro funcionario de su extrema confianza: el vocero Juan Pablo Biondi le dejó su lugar a Juan Ross, quien era su segundo.
Daniel Filmus por Roberto Salvarezza (Ciencia y Tecnología); Aníbal Fernández en lugar de Sabina Frederic (Seguridad); Julián Domínguez por Luis Basterra (Agricultura), y Jaime Perczyk por Nicolás Trotta (Educación) fueron los cambios que decidió el Presidente para calmar la furia de su influyente vicepresidenta.
Más allá de los cambios que decidió, la relación de Alberto Fernández con “Wado” de Pedro no volvió a ser la misma.
Tanto es así que, pese a que la oficina del ministro del Interior está justo debajo del despacho presidencial, en la Casa Rosada, el Presidente no se reunió a solas con su funcionario hasta una semana atrás, cuando se encontraron en privado en la quinta presidencial de Olivos.
Fue antes de que De Pedro viajara a España. Aquel encuentro no trascendió, pero llamó la atención que el ministro del Interior le concediera una entrevista al diario El País, en la cual le dio un fuerte respaldo al acuerdo con el FMI.
“El acuerdo con el FMI es el principio de la solución de los problemas del país”, dijo De Pedro al diario español, marcando diferencias con Máximo Kirchner, su socio político en la fundación de la agrupación La Cámpora.
Con la reunión de ayer, quedó claro que, en aquella reunión privada en Olivos, el Presidente y De Pedro limaron asperezas y acordaron que el ministro del Interior iba a dar un fuerte gesto de apoyo al acuerdo con el Fondo.
Cristina, a dos puntas
Con Máximo Kirchner renunciando a la presidencia del bloque oficialista en Diputados y con “Wado” de Pedro brindándole un apoyo público al acuerdo con el FMI, la pregunta del millón es de qué lado está la silenciosa Cristina Fernández.
Nadie lo sabe, ni los propios cristinistas, aunque no sorprende que la vicepresidenta mande a su tropa a jugar a dos puntas. Su hijo se opone al acuerdo y el ministro más cristinista, tal el caso de De Pedro, juega con el Gobierno nacional.
Cristina Fernández no hablará ni dará pistas sobre su postura hasta que en la Cámara de Diputados se resuelva si hay media sanción al proyecto del Ejecutivo para arreglar con el Fondo.
Si el acuerdo pasa en la Cámara Baja, todo indica que la vicepresidenta no hará nada para impedir que se convierta en ley.
De ese modo, el cristinismo duro cree que salvará la ropa de no apoyar el ajuste que se viene con el FMI. Mientras que Cristina Fernández –siempre según la visión de los K– no quedará como responsable de abortar el principal proyecto que hoy tiene el presidente Alberto Fernández.
La gran duda es cómo el Gobierno nacional seguirá gestionando con una fractura expuesta de la coalición oficialista, en medio de una crisis, por problemas propios del país y por las posibles secuelas de la guerra en Ucrania.
Otra pregunta sin respuesta. Pero con la foto de ayer el Presidente selló su reconciliación con su ministro más político. Y cristinista.
