Restan detalles de forma, pero la política de Córdoba ya tiene la decisión de fondo que le faltaba al escenario 2023: Luis Juez será el candidato a gobernador de Juntos por el Cambio.
Son días de suerte para el senador. En las últimas horas tuvo un fallo favorable para ocupar el lugar que un ardid del kirchnerismo le había arrebatado en el Consejo de la Magistratura de la Nación y también tuvo la fortuna de que la vicepresidenta Cristina Kirchner lo incluyera en sus maldiciones. En las últimas semanas, además, le ganó a Rodrigo de Loredo la intensa pulseada que mantuvieron desde el momento mismo en que ambos ganaron la elección legislativa de 2021.
Juez se impuso en Juntos por el Cambio porque supo cómo conducir la interna radical. La sociedad más fuerte que logró consolidar no es la que lo une con De Loredo sino la que construyó con los históricos adversarios internos del joven diputado: la conducción de la UCR, donde siguen siendo determinantes Mario Negri y Ramón Mestre.
Ambos entendieron rápidamente que era Juez quien les garantizaría los lugares que ellos pretenden en la boleta de diputados nacionales, y nunca le dieron respaldo partidario a la interna que pretendía De Loredo ni a los sectores que reclamaban que un radical liderara la fórmula opositora.
Juez también se impuso en las encuestas. No en la supuesta encuesta con resultado predeterminado que se estaría realizando en estos días –hay muchas dudas sobre su existencia–, sino en todas las encuestas anteriores: la que contrataron semanas atrás los socios de Juntos por el Cambio y las que hace el peronismo de manera sistemática. Juez siempre fue el opositor más conocido y el que mejor mide para enfrentar a Hacemos por Córdoba. De Loredo sólo se le aproxima como candidato a gobernador en la ciudad de Córdoba, donde –en cambio– sigue liderando como candidato a intendente.
Mucho antes de todo eso, Juez les ganó a los sucesivos fracasos que protagonizó cada vez que se postuló para un cargo ejecutivo desde 2007 hasta ahora. Desde aquella polémica elección, intentó con los más variados socios y con casi todos los discursos.
Hoy, por primera vez, dispone gracias a la UCR de la estructura partidaria que nunca tuvo, y del respaldo nacional que supo construir en Juntos por el Cambio: los juecistas repiten que será la primera campaña a la Gobernación con plata. A Juez aún le resta vencer la aversión de Mauricio Macri a su candidatura, pero en cambio tiene crédito en la cuenta de Horacio Rodríguez Larreta.
De Loredo suma alternativas
De Loredo sigue sumando alternativas. En simultáneo, baraja la posibilidad de acompañar a Juez en la fórmula provincial y la de ser candidato a intendente de Córdoba. Pero no se excluye como posible compañero de Patricia Bullrich en una fórmula presidencial, y también hace trascender que podría intentar una doble candidatura a vicegobernador y a intendente en el mismo turno electoral, en caso de que la elección en la ciudad de Córdoba sea separada de la provincial.
Ese juego no oculta lo sustancial: para Juntos por el Cambio es imprescindible que Juez y De Loredo estén en la misma boleta única para enfrentar a la maquinaria electoral del peronismo cordobés. Esto ocurriría si conforman una fórmula como candidato a gobernador y a vice, o si Juez es candidato a gobernador y De Loredo va por la Intendencia capitalina en elecciones simultáneas. También sería posible si De Loredo manda a archivo su discurso institucionalista e intenta una doble candidatura en caso de que las elecciones sean separadas, algo que el peronismo no descarta e intentará frenar judicialmente.
Ese tetris que comanda De Loredo consume días enteros y todo indica que la decisión final no ha sido adoptada. Tampoco parecen haber tenido tiempo todavía los socios opositores para sentarse a pensar en eventuales gestiones, y no lo tendrán esta semana: todo Juntos por el Cambio prepara un megalanzamiento el domingo próximo en La Falda, donde dan por descontada la reelección del intendente Javier Dieminger y esperan a los máximos referentes nacionales.
Hiperacción oficialista
Demás está decir que el peronismo cordobés no se sentó a esperar el armado opositor. La semana que comienza –o, cuanto más, la que le sigue– Juan Schiaretti y Martín Llaryora definirán si confirman lo que todo el sistema político da por hecho: que la votación provincial será el 25 de junio. La otra opción es que sea una semana después.
El martes próximo será el acto de presentación formal de Daniel Passerini como candidato a la sucesión en el Palacio 6 de Julio, y todo el peronismo considera inminente el lanzamiento nacional de Juan Schiaretti como precandidato presidencial.
La fecha de la elección municipal no se conocerá hasta casi un mes después de que se anuncie la votación provincial. Y faltan al menos 50 días para conocer a los compañeros de fórmula de Llaryora y Passerini. Mientras tanto, las gestiones provincial y municipal entraron en ritmo de ebullición, Passerini oficia de intendente de hecho y Llaryora encabeza actos provinciales con total naturalidad, además de focalizar su discurso público en la seguridad. Ese es el único frente que altera de modo cotidiano la confianza electoral del oficialismo.
Que Juez sería el retador ya era desde hace mucho una certeza para el PJ, que por tercera vez tendrá al frente al adversario que mejor conoce.
