Luis Juez asegura que nunca dudó de que Rodrigo de Loredo sería candidato a intendente de Córdoba y que adoptaron juntos esa decisión anunciada el viernes pasado. Peleará la gobernación acompañado por otro radical y asegura que aunque la elección municipal sea un mes después, el peronismo no logró el objetivo de romper la dupla que arrasó en 2021.
No cuestiona a Juan Schiaretti y reconoce aciertos de Hacemos por Córdoba, pero es durísimo con su adversario Martín Llaryora. En diálogo con La Voz, asegura que gobernará la provincia y que aprendió de su experiencia en el municipio. No anticipa propuestas ni equipos, y sostiene que hasta Mauricio Macri vendrá a apoyarlo durante la campaña.
–¿Fue una decisión consensuada la que anunció De Loredo?
–Totalmente. Les estamos ofreciendo a los cordobeses el dirigente más competitivo que tiene la ciudad. Les dijimos que íbamos a llevar el dirigente más competitivo en cada lugar. Rodrigo es el dirigente mejor formado que tiene hoy la ciudad de Córdoba para conducir su destino. A esta decisión la tomamos hace mucho tiempo. Por ahí demoramos un poco en comunicarlo, pero una vez que definimos que yo iba a ser el candidato a gobernador, quedó claro que Rodrigo iba a ser el candidato a intendente. Intentamos desorientar al peronismo, que es una terrible máquina de elucubrar cosas, y que primero quería pegar las fechas y cuando vieron que podían perder todo, pensaron en llevar la elección municipal a septiembre. A mí eso me traía un gran problema, en cambio esta fecha nos permite hacer la campaña municipal montada sobre la provincial. No pudieron evitar nuestra unidad. Yo estoy muy contento con Rodrigo por la Intendencia, porque me permite recorrer gran parte de la provincia sabiendo que en la Capital tenemos un tipo altamente competitivo, que arranca con una gran ventaja, y también me deja tranquilo cumplir la premisa inicial que era que íbamos a ir con lo mejor que teníamos.
–Está claro como estrategia de campaña. No está claro como estrategia de gobierno. Era diferente plantear una fórmula ejecutiva con De Loredo como vicegobernador y esa era la expectativa. ¿Cómo se preparan para eventuales gobiernos? Parecería que eso viene más demorado.
–No, viene más silenciado. Nosotros tenemos que ser muy respetuosos. Esta es la primera vez en 25 años que la oposición está unida. Con Rodrigo nos pusimos de acuerdo hace dos años, pero también hay que acordar con los equipos técnicos y las fundaciones que integran cada uno de los espacios políticos. Ese es un trabajo más profundo, con mucha mayor seriedad, tratando a amalgamar y que nadie se sienta ofendido, que todo el mundo pueda aportar su idea. Eso viene muy bien, viene mucho mejor que el armado político. Es gente que lleva 24 años colgada del alambre viendo cómo a las decisiones las toman otros, y que maduró mucho. Entonces, voy a la Cámara de la Construcción, me plantean que ellos les encantaría un verdadero plan de vivienda a gran escala, te muestran el plan que tienen estudiado hace 15 años y coincide con el aporte técnico de los dirigentes nuestros, que nos dicen que los últimos dos intendentes de General Cabrera pudieron ejecutar 475 viviendas, y hay gente que sabe cómo se puede financiar ese plan. Hay una gran sinergia. Eso me pasa con muchas instituciones, me pasa con la Unión Industrial, empiezan a ver en Juntos por el Cambio la posibilidad de ser escuchados. Con los años, los gobiernos se vuelven conservadores, no escuchan a nadie, y nosotros empezamos a encontrar la receptividad.
– A una semana de la presentación de las listas, ¿cómo se resuelve esa discusión por las otras candidaturas? Hasta ahora todo fue entre Juez y De Loredo.
–Yo no entro en el poroteo, no lo sé hacer. Entiendo que genera un nivel de expectativa, pero siempre aclaro que yo tengo una sola carta: es ser gobernador o nada. Entonces también quiero decirles que empecemos a soñar, a imaginarnos que vamos a ganar y que muchos van a estar ocupando lugares estratégicos en la administración pública. Esto no es un engaña pichanga: si no nos convencemos nosotros, es muy difícil que la gente genere una esperanza de que la cosa va a cambiar y de que vamos a gobernar esta provincia. No es posible si la dirigencia cree que vamos a ocupar los lugares de minoría, de oposición.
–¿Qué lugar va a tener el PRO en esas listas? Es el espacio político más relegado en la coalición opositora.
–El primer lugar de legislador provincial va a ser para un dirigente del PRO. A mí me encantaría que sea el exintendente de Marcos Juárez (Pedro Dellarossa).
–¿Y el candidato a vicegobernador?
–Tiene que ser un dirigente radical que me permita expresar institucionalmente a la UCR. Si no, ¿para qué demoramos 24 años en tener semejante nivel de acuerdo?
–Lo más difícil en la construcción de ustedes es siempre la interna radical?
–El radicalismo tiene una dinámica muy particular. Una dinámica que yo muchas veces no la acompaño, porque te hace perder la perspectiva de dónde está el verdadero enemigo. Yo tengo claro dónde estamos. Estamos frente al final del ciclo del peronismo. Estoy convencido de que la oferta electoral del peronismo hoy a la gente no le genera ninguna expectativa. Nadie puede creer que Martín Llaryora pueda resolver los problemas que ellos mismos generaron.
–Esa lectura choca con los elogios de los dirigentes nacionales de Juntos por el Cambio a Córdoba, y De Loredo también se lanzó el vierne valorando aspectos de la gestión Llaryora en la ciudad.
–Tampoco me escuchan a mí criticar lo que está bien. ¿Cómo voy a cuestionar el recupero del espacio público? Voy a hablar de lo que no tenemos. Lo que tenemos, es de todos: los puentes son míos, tuyos, los pagamos nosotros, es más, los vamos a empezar a pagar el año que viene. La Circunvalación la vamos a empezar a pagar el año que viene, es tuya, es mía. ¿Cómo no voy yo a poner en valor gran parte de la obra de infraestructura que el gobierno de Juan Schiaretti ha llevado adelante, si la hemos pagado todos nosotros y se ha hecho desfinanciando la salud, la educación y la previsión social?. Como gobernador futuro de esta provincia, tengo que hablar de lo que falta y lo que falta es eso, lo que falta es previsión en materia de seguridad, de salud, de educación, del tema previsional. El gobierno ha desfinanciado sus presupuestos y ha desfinanciado los presupuestos del interior para sostener la candidatura de un dirigente de la Capital, el verdadero intendente de la ciudad de Córdoba es Juan Schiaretti.
–¿Habrá apoyo de los dirigentes nacionales?
–Van a venir todos a hacer campaña. Hemos hecho un esfuerzo descomunal de coincidencia, de confluencia, de armonía, que es mirado por todo el escenario nacional. Lo hemos hecho para intentar, después de 24 años, tener una opción de gobierno en Córdoba. Así que vas a encontrar desde dirigentes como Mauricio Macri hasta el último dirigente del radicalismo haciendo campaña. Gerardo Morales, Alfredo Cornejo y Facundo Manes. Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Van a venir en distintas etapas a dar una mano, entienden que este es un ciclo del peronismo al que hay que reconocerle virtudes, pero que claramente tiene falencias.
–El hecho de que los intendentes peronistas mayoritariamente hayan pegado la fecha de elección ¿le preocupa? ¿Por qué razón los opositores mayoritariamente despegaron?
–Porque es parte de la tradición. ¿Y por qué el intendente de Córdoba no pegó la fecha con la provincial? ¿Tenía miedo de perder ese mismo domingo la Provincia y la Municipalidad?. A mí este cronograma me viene bárbaro, me permite todos los domingos estar en algún escenario donde un intendente que reelige me termina levantando la mano y diciendo “ahora estamos todos laburando para la Gobernación”.
–¿El nivel de compromiso de esos intendentes es igual?
–Esta es mi tercera candidatura a gobernador. Estoy grande, ya no tengo tiempo. Voy a tener 60 cuando me toque asumir como gobernador. Y hacía muchísimos años que no veía al radicalismo con la furia, con la enjundia y con las ganas de comerse la cancha que tiene hoy. Ellos valoran como un acto de coherencia que Rodrigo sea candidato a intendente de Capital. Del mismo modo que los intendentes peronistas ven como una incohencia que Llaryora les haya hecho pegar la elección a la provincial y haya despegado en Capital.
–Esta es su tercera candidatura a gobernador. ¿Qué aprendió en estos años?
–Dicen que la experiencia es un peine que te llega cuando te quedás pelado. Yo estoy más sereno, mucho más cauto, más racional. Tengo las mismas convicciones que tenía. Soy intolerante a las mismas cosas. Soy intolerante a la corrupción, a la mentira. La hipocresía me saca. Pero también aprendí a pensar que hay gente que puede no pensar un 100% igual que yo, pero que es terriblemente valiosa. Los errores te enseñan mucho más que los aciertos, porque los aciertos te vuelven vanidosos y los errores te conservan humilde. He aprendido también a integrarme, a manejarme, sé que necesitamos estar todos juntos. Saben que soy cabrón, que soy enojoso y tengo que tratar de no perder la calma. Apostaron a que se me saliera la chaveta en más de una oportunidad. Y con Rodrigo lo hablamos mil veces y yo tengo mucho más claro el objetivo: hemos armado un gran equipo, hemos construido una gran relación.
–¿Cuál es su análisis al mirar su gestión como intendente de Córdoba?
–Yo era de los tipos que creían que lo que era obvio no había que explicarlo. Me tocó gestionar después Germán Kammerath, el único dirigente político que terminó preso en Córdoba en 25 años. Me tocó gestionar una ciudad destrozada, paralizada. Recuerdo cuando nosotros nos poníamos enormemente contentos porque venían 40 cachivaches colectivos que nos regalaban, porque acá teníamos combis cospeleras. Me tocó enfrentar un gremio terriblemente poderoso que se había embravecido, entonces era todo difícil. Yo tenía 15 horas por día de asamblea, un sistema de transporte destruido, la recolección de residuos paralizada, los contratistas de obra pública con 24 meses de atraso. Hice lo que pude, lo hice de la mejor manera, con una altísima cuota de decencia y en un momento muy complejo de Argentina.
–También este es un momento muy complejo para gobernar la provincia.
–Pero ya tengo una experiencia. Yo soy un piloto de tormenta y en aquel momento tuve sensibilidad para entender lo que pasaba. Yo no hice como este intendente que se gastó sesenta y pico millones de pesos en arreglarse su despacho y se gasta 800 millones en una ciclovía en la altura, cuando la clase media que dejó de pagar la prepaga va al dispensario y no tiene médico. Yo tendría que haber explicado mejor lo de los empleados.
–Lo concreto es que la Municipalidad quedó con muchos más empleados.
–Lo concreto es que nosotros terminamos con la mitad del presupuesto fue afectada al salario, esa es la verdad. Miren lo que hace Llaryora hoy: tiene casi el 70% de la actividad que presta el Estado en manos de empresas privadas. Nosotros no podíamos contratar a nadie. No podíamos contratar absolutamente a nadie. Nadie quería prestarle un servicio a la municipalidad porque la municipalidad no pagaba.
–¿Y hoy cree que a los servicios los deben prestar empresas privadas o empleados públicos?
–Hoy el Estado hoy no aguanta más nada. Hoy el Estado tiene que tener a su cargo cuestiones muy puntuales, como puede ser el tema de salud y el tema de la seguridad. El Estado hoy no está en condiciones de afrontar ninguna carga más así que esto también hay que explicarlo. Hoy el gremio dice que el municipio tiene entre 12 mil y 15 mil empleados en situación absolutamente irregular, cuando sumás los monotributistas, los chalequitos. El gremio también tiene un nivel de complicidad porque tiene metidos a todos sus hijos adentro, y les han prometido estabilidad laboral. Yo no miento. Tratan de engañar con Crese, Tamse, nuevos servicios, pero son todos sueldos municipales. Yo he aprendido. Mira bien, te puede gustar o no, te lo podés creer o no, pero yo he aprendido. Yo me fui y Giacomino, que a la media hora se convirtió en un enemigo declarado mío, levantó la emergencia económica de la ciudad después de casi 12 años, porque los números de la ciudad eran buenos. Honramos todos los compromisos, pagamos todos los créditos, recuperamos el 17 por ciento del presupuesto para la obra pública.
–¿Qué diagnóstico hace de la situación financiera de la Provincia? Hay una constante apelación de que hay que subir los sueldos y al mismo tiempo Juntos por el Cambio plantea que hay que bajar la presión tributaria. Son como objetivos antagónicos. ¿Quién elabora los planes económicos para la Provincia?
–Tenemos un equipazo. Macri me hizo ese planteo, pero cuando aparezcan los nombres van a ver que será un equipazo. Yo tengo que cuidarlos porque varios tienen sus consultoras trabajando con el Estado. Esa gente es muy generosa conmigo, me está aportando los datos. Hace tiempo trabajamos con Guillermo Dietrich, me he juntado con mucha gente, desde Domingo Cavallo hasta Osvaldo Giordano. He ido a la ido a la Bolsa de Comercio y a la Fundación Mediterránea. Consulto a los economistas de Juntos por el Cambio, como Luciano Laspina y Guido Sandleris. Hablo con muchos de los actuales funcionarios provinciales y soy claro: quiero ser gobernador de Córdoba, no me voy a subir a este auto para pegar un volantazo de 180 grados. He hablado con Ángel Mario Elettore, con gente que es parte de la columna vertebral de la toma de decisión. A todos les digo que voy a necesitar que me acompañen en el inicio. También les digo que seré el gobernador más decente. Se los dije en la Asociación de Magistrados: nunca jamás, ni por mí, ni por interpósita persona, van a tener una sugerencia de qué tienen que hacer.
–También habló de eliminar el fuero Anticorrupción. ¿Qué mirada tiene sobre el funcionamiento de la Justicia?
–Vamos a salir de esta berreta ideologización que tiene la Fiscalía General, que no entiende cómo funciona la Justicia. Vamos a terminar con la puerta giratoria en Tribunales, vamos en serio a trabajar para ensamblar la actividad judicial con la seguridad y la polìtica penitenciaria. Hay que hacer accesibles a la Justicia provincial las herramientas que tiene el Estado nacional como la Gendarmería, como la Policía Federal y el acceso a la AFI, para atacar el delito complejo. La provincia de Córdoba no ha echado mano a los recursos nacionales. Nosotros formamos los gendarmes y los mandamos al conurbano bonaerense. ¿Cómo no vamos a tener nosotros un ejército de gendarmes en la frontera con Santa Fe?
–¿El Ejército también debe intervenir en seguridad interior?
–Está prohibido por ley, es una burrada del intendente decir eso. El ejército no está preparado para combatir el delito. No existe eso. No existe en ningún lugar del mundo. Hay una parte del Ejército que combate los narcos en algunos lugares, donde han tenido muchos más problemas. Ese es un tema que lo tengo profundamente estudiado. Es creer que con poner un tipo con un uniforme y una ametralladora vos vas a resolver los problemas. No, acá el problema más grande lo tenemos en el delito complejo, lo tenemos en el tema narco, donde Córdoba ha hecho poco y nada. No voy a tomar ninguna decisión en materia judicial sin consultarla con la Asociación de Magistrados, y con el foro de fiscales, pero vamos a optimizar el recurso, han vaciado la actividad judicial en el interior de la provincia.
–¿Qué evaluación hace de la Fuerza Provincial Antinarcotráfico?
–Es un puñadito muy reducido para una tarea muy grande. No estamos coordinando con la Policía Federal, nos estamos peleando por 10 gramos y por ver quién hace el procedimiento. Entonces resulta que no estamos pisando los procedimientos y agarramos un dealer con una mochila con pastillas de éxtasis, pero nos vienen por la ruta 34 de Santiago del Estero toneladas de droga y todo el mundo lo sabe. Conmigo no. Vamos a llevar adelante un combate feroz contra el narcotráfico y contra el delito complejo. Lo que pasa en el este de la provincia de Córdoba, particularmente la ciudad natal del intendente de la ciudad de Córdoba, es un espanto. Le voy a pedir al próximo presidente toda la colaboración. Porque aparte si nos da esa oportunidad, que no la vamos a desaprovechar. Por primera vez en 25 años vamos a tener un presidente de Juntos por el Cambio, un gobernador de Juntos por el Cambio y un intendente de Juntos por el Cambio. Vamos a poder planificar, vamos a poder ordenarlo.
–Cuando uno mira las encuestas y observa el fenómeno de Javier Milei no parece tan claro eso.
–Va a ser así.