Para muchos, la breve visita del lunes pasado de Mauricio Macri a Córdoba fue una más. No lo fue para el PJ provincial. Hubo una foto y una definición política del expresidente de la Nación que dejó ceños fruncidos en el oficialismo cordobés. Dijo que las ideas “del medio fracasaron”, mientras se mostró junto con Luis Juez y Rodrigo de Loredo.
El expresidente fue ácido con el proyecto político nacional de Juan Schiaretti, que tiene el respaldo del gobernador Martín Llaryora. Lo escucharon desde la mesa central, en el almuerzo de la Bolsa de Comercio, los dos principales opositores locales.
Macri aprovechó su amistad y confianza con el presidente de la Bolsa de Comercio de Córdoba, Manuel Tagle, para que Juez y De Loredo estuvieran en ese lugar de privilegio, donde se produjo la foto.
Para los analistas políticos nacionales, el tema central del nuevo desembarco de Macri en Córdoba fue su respaldo al presidente Javier Milei.
En cambio, la frase y la foto que el expresidente armó en la Capital provincial generaron inquietud en el despacho principal del Centro Cívico. También, en las oficinas del complejo Capitalinas que Schiaretti alquila para sus reuniones políticas.
El expresidente también disparó munición gruesa contra los dirigentes cordobeses del PRO, que hoy están más cerca del “partido cordobés” que fogonean Llaryora y Schiaretti que de Macri y de Milei.
Las duras críticas de Macri a Oscar Agost Carreño, presidente del PRO Córdoba e integrante del bloque Encuentro Federal, compartiendo bancada y votación con los cinco diputados que responden a Llaryora y a Schiaretti, fueron la continuidad de una charla que luego el expresidente mantuvo con Juez.
“Mauricio, sos el presidente nacional del PRO y tu partido en Córdoba es una sucursal del Gobierno provincial”, le habría dicho el senador. El expresidente prometió “ordenar” a su tropa en Córdoba.
No será una tarea fácil para Macri. Agost Carreño ya tendría acordado su pase al cordobesismo. Hay otros dirigentes ¿exmacristas? que se sienten más cómodos al calor del poder provincial que militando en el PRO y apoyando a Milei.
De todas formas, Macri parece dispuesto a jugar fuerte. Haría en el PRO cordobés “tabula rasa”, utilizando una descripción de Milei que significa empezar de cero. Llaryora prepara la ambulancia para ir a buscar a los heridos.
El quiebre
Es llamativo el quiebre entre Macri y los referentes del PJ cordobés, sobre todo Schiaretti.
En sus cuatro años de gestión presidencial, el entonces gobernador cordobés fue un aliado incondicional. Dicen que, en privado, ahora Macri se arrepiente de haberle brindado “demasiadas concesiones” al cordobés. Hoy están muy enfrentados, y el expresidente no lo oculta.
El quiebre político y personal entre Macri y Schiaretti se produjo a fines de mayo del año pasado, cuando el entonces precandidato presidencial intentó una alianza con Horacio Rodríguez Larreta para “ampliar” Juntos por el Cambio.
Fue lo que Schiaretti denominó “frente de frentes”. En realidad, para Macri no fue una estrategia electoral. Se trató directamente de un intento de Larreta y de Schiaretti por “jubilarlo”.
El resultado es conocido. Macri apostó todo a Patricia Bullrich en la interna de Juntos por el Cambio, en contra de Larreta.
El expresidente también se convirtió en el principal sostén de Juez en el último tramo de la campaña cordobesa, en la pulseada con Llaryora por el poder provincial.
Bullrich le ganó por goleada a Larreta las Paso de JPC, y Juez quedó a 64 mil votos de desbancar al PJ provincial del poder en Córdoba. Macri estuvo cerca de cantar cartón lleno.
Más de un año después, las piezas se movieron en el tablero nacional y en el local. Macri y Bullrich hoy están enfrentados. El expresidente y Juez son los dirigentes no libertarios que más hablan con Milei. Y Llaryora se diferencia de la Casa Rosada, pero evita mostrarse como un opositor al presidente libertario.
Otro protagonista del escenario cordobés también se mueve. De Loredo hizo estallar su bloque en la Cámara de Diputados de la Nación al acercarse al gobierno libertario. Dicen que habla seguido con el influyente asesor presidencial, Santiago Caputo.
La movida de De Loredo es concreta: apuesta a un acuerdo con los libertarios para una posible alianza electoral el año que viene en Córdoba.
Las matemáticas nunca se llevan bien con la política, pero a veces pueden coincidir. Hoy las encuestas marcan que los libertarios tendrían aseguradas al menos tres bancas en Córdoba. Si es así, ¿por qué buscarían una alianza con el radicalismo cordobés, si lo que necesitan es sumar bancas propias en el Congreso?
El propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, confirmó días atrás a La Voz que en Córdoba La Libertad Avanza irá con “candidatos propios”.
Falta mucho para las definiciones de candidaturas. Todo puede suceder. Aunque no todos viven la misma realidad. Llaryora y Juez sólo miran a 2027, cuando se dispute el poder provincial. De Loredo debe pensar en reposicionarse el año que viene.
Por ahora, lo único concreto es que Macri se convirtió en la nueva “bestia negra” para el PJ cordobés.
