La habitual marcha de los jubilados en el Congreso Nacional se transformó en un capítulo sensible para el gobierno por el control de la calle y este miércoles amenaza con ser un foco de tensión, ante la presencia de “barras bravas” de distintos clubes de fútbol y una parte del sindicalismo.
Hinchas de los principales clubes de primera división, entre los que se cuentan, River, Boca, San Lorenzo, Huracán, Racing, Vélez, Huracán, Banfield, Gimnasia, entre otros, y parcialidades del ascenso con fuerte arraigo en el conurbano bonaerense anunciaron que acompañarán a los jubilados para “cuidarlos” ante una eventual represión.
La movida la inició la barra brava de Chacarita Juniors, quien el miércoles pasado fue el primer conjunto de hinchas que llamó a acompañar a los abuelos como escudo protector, a partir de una serie de incidentes en marchas previas en las cuales se observó a la policía con una actitud hostil, y en muchos casos violenta, contra los manifestantes.
Con la imagen Chacarita en el centro de la escena, la nueva convocatoria alentó a los otros clubes a participar y la invitación se expandió por redes sociales.
Para buscar la empatía con el resto de la sociedad se utiliza una imagen de Diego Maradona con la frase: “¿Cómo no los voy a defender a los jubilados.Tenés que ser muy cagón para no defender a los jubilados”.
El Gobierno nacional tomó nota de esta situación y desde el Ministerio de Seguridad que comanda Patricia Bullrich se diagrama un operativo especial para prevenir una nueva protesta que puede transformarse en un escenario complejo.
Como paso previo, la cartera emitió un comunicado en el que advirtió que las personas que incurran en desmanes o disturbios serán identificadas y detenidas. Además, amenazó con la aplicación del derecho de admisión para eventos deportivos.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, buscó encapsular la situación y minimizar a sus organizadores: “No son barras de fútbol, son los sectores kirchneristas de las barras de fútbol”, señaló.
El gobierno entiende que al ser el “mundo barra” el que estará detrás obliga a encarar la seguridad de otra manera. Desde lo político, celebran esa “foto opositora” por el descrédito que tienen los convocantes.
No obstante, son conscientes que los referentes de las hinchadas tienen vínculo directo con la política y no precisamente en el ala libertaria, por lo que tienen en claro que pueden ser utilizados como fuerza de choque.
En la línea de Adorni, Bullrich afirmó que “como ya no tienen más la base de las personas que cobraban planes sociales y era la que siempre llevaban adelante, ahora está la izquierda, algunos kirchneristas y 50 jubilados. Hay 50 jubilados, todos los demás son militantes políticos y no los vamos a dejar pasar”.
“La marcha es una provocación absoluta, tiene una intención desestabilizadora. Que no se animen porque me van a encontrar”, lanzó este martes por la mañana la encargada de la seguridad nacional.
La tensión que habrá en las calles tendrá su correlato dentro del recinto porque la oposición está avanzando en la búsqueda de quorum para tratar el caso “Libra”.
Por su parte, el gobierno quiere desactivarla y mantiene algunas conversaciones porque la llegada del tema al recinto tendrá impacto a nivel nacional, pero también una repercusión a nivel internacional que el oficialismo quiere evitar a toda costa.
Desde el sector político, solo la izquierda se manifestó a favor de la nueva marcha: “La deuda la van a pagar con el recorte a los jubilados”, sostuvo la referente del sector Myriam Bregman.
El resto de las fuerzas políticas se muestran reticentes a ponerse al lado de un sector “barra” que no es aceptado por la sociedad, aunque en este caso sea por una causa noble.
Si bien la CGT no se pronunció formalmente, algunos sindicatos se sumarán por propia iniciativa y otros “camuflados”. Se destaca el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA), justamente enrolado en el ala trotkista de la izquierda.
Pero también se movilizarán la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte (UGATT).
Los titulares de estos sectores son Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y Omar Maturano (La Fraternidad), dos hombres de peso dentro del sindicalismo.
En la CATT confluyen, entre otros, el Sindicato de Camioneros, la Unión Ferroviaria, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y el Sindicato de Trabajadores Viales, mientras que en la UGATT figuran La Fraternidad, la UTA, el sindicato de estaciones de servicio y el gremio de Carga y Descarga.
En un comunicado conjunto, CATT y UGATT manifestaron su “compromiso con la defensa de los derechos de los compañeros jubilados y exigimos el cese de la represión a sus manifestaciones legítimas”. Además, agregaron que “es imprescindible que las autoridades escuchen y atiendan sus demandas” y convocaron “a todos los trabajadores del transporte a sumarse a esta jornada de lucha”.
Este mosaico muestra que la marcha de este miércoles excede largamente el reclamo de os jubilados y que algunos sectores han tomado esa fachada para hacerle sentir su presencia a Milei.