Para Marcos Ferrer, presidente de la UCR, lo sucedido con la polémica en la Legislatura, los contratados y la tensión entre el peronismo y la vicegobernadora, Myrian Prunotto, es la “crónica de una muerte anunciada” del Partido Cordobés.
Además, en Voz y Voto, el intendente de Río Tercero dijo además que “el radicalismo debe encabezar una opción electoral” en las legislativas de octubre.
–En relación al futuro del radicalismo, ¿cómo se encuentra actualmente? ¿Está negociando alianzas?
–El radicalismo es un partido con una estructura institucional sólida. Si te digo hoy dónde estamos, genero un lío enorme, porque no soy el dueño de la marca. Lo que puedo decir es que debemos buscar un frente electoral que nos permita ser competitivos, no solo para octubre, sino también de cara al 2027. En ese frente, las fuerzas con las que acordemos tendrán que ver con lo que pensamos y representamos. a Unión Cívica Radical tiene que encabezar esa opción. Desde que asumimos nuestra responsabilidad en el partido, hasta hoy, nunca cambiamos de idea: no vamos a integrar una lista de otro partido, sino que la vamos a encabezar. Todavía falta mucho para definir quiénes van a integrar esa alianza, pero sí está claro que deben compartir nuestras ideas.
–Dice que la UCR necesita una fuerza que piense y represente algo similar a lo que representa el radicalismo. ¿La Libertad Avanza es una opción con la que se podría coincidir?
–Mirado desde una perspectiva filosófica y dogmática, claramente somos distintos. La Libertad Avanza representa un pensamiento de centro-derecha, mientras que el radicalismo tiene una tradición más de centro. Dicho esto, hay valores comunes, como la administración fiscal del Estado y la necesidad de llevar adelante transformaciones, especialmente en seguridad. En esos temas podemos tener puntos de acuerdo, pero en otros, como la jubilación, el radicalismo tiene una postura diferente. En general, el radicalismo votó en contra de las propuestas del gobierno, por ejemplo, en cuanto a la educación pública y la financiación de las universidades. Si me preguntás si podría haber una confluencia electoral, solo sería posible si existe un acuerdo interpartidario con un programa común. Hoy, algunos radicales coinciden con el proyecto de La Libertad Avanza, los denominados “radicales peluca”, y otros se oponen rotundamente. Es que el radicalismo es un partido con un abanico de pensamientos, no somos un partido único ni construido sobre una persona, como puede ser el caso en otros espacios.
–Hay sectores de la UCR que piden interna. ¿Lo considerás viable o es solo una forma de presión para negociar?
–Puede ser ambas cosas. Si le preguntas a los dirigentes que recorren el interior, te dirán que una interna hoy no es lo que necesitan. La sociedad también dice que no estamos en un momento para hacer una interna. Ahora, si se plantea la posibilidad, el comité provincial lo debatirá. Si la mayoría está a favor de una interna, se llevará a cabo. Si no, el congreso tiene facultades para decidirlo. Lo importante es que el congreso representa a los dirigentes del interior y su opinión será crucial.
–Rodrigo de Loredo ha expresado su deseo de ser candidato a gobernador, pero también necesita renovar su banca ¿Cree que su futuro político se definirá en estas elecciones?
–Tiene un valor importante la elección, pero no es determinante. Y creo que es importante que De Loredo siga siendo diputado nacional, ya que tiene una gran capacidad para construir su imagen como candidato. Sin embargo, hoy el objetivo es que vuelva a ser una opción nacional para el radicalismo. Dicho esto también digo que no hay un manual y ni n camino único porque si me guiara por los manuales, Milei no sería presidente. Obviamente, frente a un a un “plan A” que tenés yque no que no salió, aparece el “B”. Así que si no llega a diputado, lo vamos a tener en Córdoba todo el tiempo, las 24 horas, los siete días de semana recorriendo la provincia y el interior. Es alguien muy potente del radicalismo.
–¿Y hay chances de una alianza con el PRO?
–No lo descarto. Tenemos una gran relación con Macri, pero es cierto que está administrando un PRO que se le rebela. No sé si hoy tiene la facultad para hacer un acuerdo político. Ojalá que en Córdoba lo podamos hacer.
La Legislatura y el Partido Cordobés
–¿Qué opina sobre la situación interna en el gobierno provincial, especialmente con las tensiones en torno a los contratos en la legislatura y el rol de Myrian Prunotto ¿Colapsó el Partido Cordobés?
–Es una crónica de una muerte anunciada. Este tipo de alianzas electorales, que solo responden a intereses momentáneos, generalmente terminan en rupturas y fricciones muy fuertes. Le pido a los compañeros del peronismo que no digan que Prunotto es radical. Ella nunca se fue de la legislatura, es una cuestión interna del gobierno. El problema no es el radicalismo, sino las decisiones que se toman dentro del peronismo. Esto puede tener un impacto negativo, ya que no es sano que el vicegobernador y el gobernador no mantengan una buena relación. Y eso se está viendo claramente ahora.
–¿Y cómo ve el futuro de esa relación ?
–Es una situación complicada. Nunca un radical dentro del peronismo va a terminar siendo el jefe o el conductor del peronismo. Cuando alguien decide irse, tiene que tener la vocación de cortar con lo que fue. No se puede seguir pretendiendo liderar algo que uno ya no forma parte. Esto siempre ha sido así, y ahora lo estamos viendo nuevamente.
–¿Se termina la vocación de sumar intendente radicales?
–El Gobierno no está atravesando un buen momento, y al gobernador no lo están ayudando. Y desde la Legislatura, menos. Y creo que ha tomado una serie de decisiones que generan un impacto social negativo y no veo capacidad de respuesta.
–¿Por ejemplo?
–El impuestazo. Es algo que se podría haber advertido. Cuando modificás coeficientes o bases imponibles, no podés permitir que los aumentos sean desproporcionados. Un aumento de hasta el 1.000 por ciento es confiscatorio. Desde el punto de vista político, eso ha tenido un impacto negativo que el gobierno debería haber previsto. Los gobernantes tienen que estar rodeados de gente capaz de anticipar estos conflictos. Yo no estoy viendo eso ahora, las balas están entrando todas. La gestión está enfrentando una debilidad política porque no se han tomado las decisiones correctas. Están en una pequeña crisis.
La seguridad
–En Río Cuarto hubo varias manifestaciones por la seguridad. Es tema que escala y es la primera preocupación de los argentinos. ¿Cómo está eso hoy?
–Está igual. Si me preguntás por Quinteros (el ministro de Seguridad), como intendente tengo una buena relazión. Lo que no veo, y no es achacable a Quinteros, es una política de seguridad. La situación de la seguridad sigue siendo un problema grave. La capacitación policial tarda demasiado, lo cual es inaceptable. Se lo he dicho al ministro. No se puede perder tanto tiempo en formar a los policías, cuando en otros lugares del mundo el proceso es mucho más corto. Además, no hay una estrategia clara para los próximos años. Los ciudadanos se merecen saber qué se va a hacer en el futuro en cuanto a seguridad: qué equipamiento, qué planes territoriales, qué medidas para mejorar la fuerza policial y para combatir la corrupción dentro de ella. Esto es lo que le falta al Gobierno provincial.