“Esta es la primera mesa chica de Córdoba, que vamos a ampliar en el futuro inmediato”, le dijo Sergio Massa, precandidato presidencial de Unión por la Patria, a un grupo de intendentes y de dirigentes cordobeses, a los que recibió en la noche del miércoles pasado en su oficina del quinto piso del Ministerio de Economía.
En silencio, el ministro de Economía y precandidato presidencial ya está trabajando para tratar de armar su propia estructura en Córdoba, con el objetivo de disputarle el voto peronista a Juan Schiaretti, precandidato presidencial de la alianza Hacemos por Nuestro País.
El gobernador lanzó este jueves su precandidatura en Capital Federal y mañana lo hará en la ciudad de Córdoba. Schiaretti apuesta todo a conseguir la mayoría de los votos en la provincia más antikirchnerista.
El propio mandatario provincial lo dejó claro, cuando acompañó al intendente y gobernador electo, Martín Llaryora, en la reinauguración del teatro Comedia. “Soy el único candidato presidencial que siempre enfrentó al kirchnerismo, siempre. Massa es el representante del kirchnerismo y no pudo contener la inflación”, aseguró.
Seguramente el gobernador ya sabe de los contactos de Massa con dirigentes peronistas cordobeses. Su discurso apuntará a la relación del ministro de Economía con la vicepresidenta Cristina Kirchner.
El miércoles fue a escuchar al ministro de Economía un grupo de dirigentes de cordobeses que ya están trabajando para Massa. Se sentaron a la mesa hexagonal de la oficina principal del Palacio de Hacienda los intendentes Martín Gill (Villa María) y Fabián “Pipi” Francioni (Leones), el riocuartense Marcos Farina (secretario de Articulación del Transporte de la Nación y muy cercano a Adriana Nazario), la legisladora provincial Tania Kyshakevych y Ángel Mario Elettore, titular de la Casa de la Moneda, entre otros.
Luego de que se oficializó la lista de candidatos a diputados nacionales en Córdoba de Unión por la Patria, encabezada por un binomio cristinista puro, Gabriela Estévez y Martín Fresneda, no se conocieron movimientos del oficialismo nacional en la provincia.
Estévez y Fresneda recorren la provincia dialogando y trabajando con sectores identificados con el kirchnerismo, pero Massa necesita ampliar su estructura en la provincia. Ambos tienen un vínculo directo con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, jefe de campaña de Massa.
Por ahora, la estrategia del oficialismo nacional, que admite que Córdoba es el distrito más adverso, parece ser trabajar con distintos sectores, al menos hasta las primarias del 13 de agosto.
El ministro de Economía y sus operadores ya están metidos en la campaña en la provincia, por ahora, en silencio. Intendentes y legisladores peronistas admiten haber recibido llamados del propio Massa, y de uno de los armadores políticos en el interior, el dirigente bonaerense Juan José “Juanjo” Álvarez.
Massa evitó interferir en la campaña provincial y aguardará hasta que se defina la elección en la ciudad de Córdoba para desembarcar en la provincia.
Sin embargo, no habría que descartar alguna bajada en los próximos días, en ciudades como Villa María o Río Cuarto, con algún acto de gestión, no político.
La estrategia
Massa conoce el escenario político cordobés, históricamente el más esquivo para el kirchnerismo, desde el año 2015, cuando con José Manuel de la Sota fundaron el espacio político (Unidos por una Nueva Argentina, UNA).
Compitieron en las Paso de aquel año, con un triunfo del dirigente de Tigre por amplio margen a nivel nacional. En Córdoba, De la Sota fue el precandidato más votado en las primarias.
Cuatro años después, el ahora precandidato presidencial del oficialismo nacional compartió unos meses el Peronismo Federal con Schiaretti.
Massa conoce las dificultades que el kirchnerismo tiene en esta provincia. Y él es el candidato a quien respalda Cristina Kirchner.
No obstante, en las distintas conversaciones que mantiene con dirigentes cordobeses, Massa se muestra optimista de que una “porción importante” del peronismo cordobés terminará apoyando su aspiración presidencial, sobre todo para las generales de octubre.
A través de Gill y de Francioni, el ministro de Economía está tomando el clima que sobrevuela entre los intendentes peronistas del interior cordobés, muchos de los cuales quedaron golpeados en las elecciones provinciales del 25 de junio.
“Schiaretti está terminando su ciclo político y (Martín) Llaryora está armando una alianza con otros sectores políticos, estrategia que no les cae bien a muchos peronistas. Tenemos una oportunidad para trabajar ahí”, fue la conclusión de los dirigentes cordobeses y de Massa al final de la charla que se extendió por más de dos horas.
Massa admite en privado que Cristina Kirchner privilegió ubicar a sus dirigentes en las listas de legisladores nacionales, pero que él trabajará en todas las provincias, incluida Córdoba, para acercarse al PJ tradicional.
Los cordobeses que lo escucharon aseguran que Massa tiene una visión “muy optimista” sobre la proyección de su candidatura presidencial.
El ministro cree que ya está en el balotaje, por la caída de las expectativas del libertario Javier Milei.
Se ve compitiendo en segunda vuelta con la “halcona” Patricia Bullrich, porque cree que la exministra de Seguridad derrotará a Horacio Rodríguez Larreta en las Paso.
En privado, Massa está convencido de que “Pato” –como él le dice a Bullrich– es una rival a la que le falta solidez para abordar temas de gestión.
Ve con optimismo una campaña polarizada con Bullrich –en su hipótesis de que le gane a Larreta– para las elecciones generales de octubre, y el natural eventual mano a mano para una segunda vuelta, según la visión entusiasta de Massa.
El ministro de Economía también brindó un panorama optimista sobre la economía, pese a que los números de la realidad no lo acompañan. Pronosticó una baja “fuerte” de la inflación en junio, y que terminará acordando con el FMI.
La otra pata peronista
Más allá del armado político que comenzó a tejer Massa, y del trabajo que ya inició el kirchnerismo con Estévez y con Fresneda, hay otra pata peronista que está trabajando para Unión por la Patria.
El lunes pasado, Agustín Rossi, candidato a vicepresidente de Massa, recibió al sector que lidera Carlos Caserio, que se denomina Frente Peronista Cordobés.
“La fórmula Massa-Rossi representa la unidad del peronismo. Son dos dirigentes de gran trayectoria en la gestión nacional para afrontar los desafíos que se vienen”, escribió Caserio en las redes sociales, rodeado de dirigentes de su espacio, como Olga Riutort, y de intendentes del departamento Punilla.
Caserio, distanciado de Schiaretti desde el año 2019, en una relación política sin retorno, está trabajando para la fórmula de Unión por la Patria.
El exsenador nacional mantiene su vínculo con el presidente Alberto Fernández, quien impuso al jefe de Gabinete como compañero de fórmula del ministro de Economía.
