El gasto nacional en jubilaciones y pensiones contributivas, el principal componente del gasto público nacional, experimentaría un incremento real del 11% durante 2025 en comparación con el año anterior, hasta alcanzar los $ 49 billones en moneda de febrero de este año.
Este aumento se produciría luego de una fuerte caída real al comienzo de 2024, una estabilización tras los cambios en la movilidad y una muy leve recuperación real sobre el final del año pasado impulsada por la baja de la inflación.
Sin embargo, para financiar este incremento en el gasto jubilatorio y, a la vez, sostener el superávit fiscal, el Gobierno nacional se verá en la necesidad de profundizar los recortes en otras áreas.
Los subsidios a la energía son, probablemente, la mayor fuente de financiamiento.
El gasto previsional es clave para las cuentas nacionales ya que representa aproximadamente el 40% del gasto primario total.
La información proviene de un estudio publicado este domingo por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que elabora varios escenarios posibles.
Cuestión de números
Una de las conclusiones del estudio dice que una baja real del 34% en subsidios a la energía podría financiar el 59% del incremento del gasto en jubilaciones.
Además, implica un incremento del 20% en las transferencias corrientes y de capital a las provincias, un crecimiento del 17% en la inversión real directa y una expansión del 9% en la masa salarial.
En estos últimos casos, sacados del proyecto de Presupuesto 2025, paquete de leyes que no fue aprobado por el Congreso.
El estudio del Iaraf dice que si los subsidios energéticos se redujeran en un 58% real respecto del año previo (“situación poco probable”, dice el informe) se financiaría el 100% del incremento del gasto en jubilaciones y pensiones.
Estas proyecciones se basan en el gasto realizado en los primeros dos meses del año por las administración de Javier Milei y en el mantenimiento del bono de $ 70.000 durante todo el 2025.
Evolución
De acuerdo con la consultora que lidera el economista Nadin Argañaraz, en la primera parte de 2025 se esperan variaciones interanuales reales elevadas del gasto jubilatorio, debido a la baja base de comparación con 2024.
Luego, el crecimiento se ralentizaría hacia la última parte del año, “terminando en diciembre con una suba del 3,5% real respecto al mismo mes del año pasado”, dice.
El informe, igualmente, advierte que “es imposible prever con exactitud la evolución del gasto primario, dado que depende de decisiones gubernamentales que cambian con el tiempo”.
Escenario dos
El otro escenario analizado por el Iaraf para que las jubilaciones suban sin descontrolar el gasto, y siempre que el gasto total del Estado crezca al mismo ritmo que la economía (un 5% real), apunta a “tocar” otras erogaciones.
El segundo caso parte de la misma idea de que el gasto en jubilaciones va a subir y que los subsidios a la energía van a bajar, aunque en menor medida.
El informe menciona, por ejemplo, las transferencias a las universidades, los programas sociales, las prestaciones del Pami y los subsidios al transporte.
Si estos gastos también crecen, entonces otros rubros del presupuesto tendrán que aumentar menos para que las erogaciones totales no se dispare.
Para lograr ese equilibrio, en este segundo caso, el informe plantea que el aumento en las transferencias a las provincias sería menor (pasando de un 20% a un 14%), la inversión en obras públicas también crecería por debajo de los esperado (del 17% al 11%), y la suba en los salarios del sector público sería más moderada (del 9% al 3%).
Este segundo camino muestra que para que las jubilaciones aumenten y el gasto total del Estado no crezca más que la economía, no necesariamente todo el ajuste tiene que recaer en los subsidios a la energía.
El Gobierno nacional podría optar por un esquema donde otros gastos también tengan un cierto aumento, pero a costa de que haya áreas, como las transferencias a las provincias, la inversión pública y los salarios estatales, que crezcan a un ritmo mucho menor.
Tanto en el primer caso como en el segundo, el Iaraf destaca que el gasto en jubilaciones y pensiones contributivas terminaría el 2025 con un 11% real de suba, lo que supone un 7% por debajo del gasto de 2023.
Subsidios y salarios
Por el lado del gasto en subsidios a la energía, de darse la baja interanual del 34% en 2025, terminaría el año con un nivel un 57% menor al del año 2023.
Si en 2025 el gasto primario sube un 5% real respecto al de 2024, terminaría con un nivel real un 24% menor al del año 2023.
En el primer caso, destaca que la masa salarial terminaría el 2025 un 13% por debajo de 2023, mientras que en el segundo finalizaría este año en un nivel 18% por debajo del de 2023.