Horas después de la victoria de Mauricio Macri en el balotaje de 2015, el dirigente del PRO reconoció la importancia de Córdoba en el balotaje. La provincia, con su apoyo masivo, le había permitido sumar los votos necesarios para vencer a Daniel Scioli.
Aquella vez la diferencia entre Macri y Scioli fue muy amplia y le abrió al ingeniero el camino para llegar a la Casa Rosada.
En aquel escenario, Córdoba fue esencial porque el país presentó un escenario muy equilibrado. En total, fueron 15 las provincias en las que ganó el peronismo, con casi todo el norte a favor de Scioli.
También ganó en la potente Buenos Aires, bastión del kirchnerismo, aunque allí la distancia a favor del candidato oficialista fue de apenas 2,3 puntos porcentuales (219.147 votos).
Pero, además, en las provincias en las que ganó Macri las diferencias también fueron ajustadas. Por ejemplo, en Mendoza, Macri le sacó 15 puntos (163.797 votos) a Scioli, y, en Entre Ríos, 7,7 puntos (64.930 votos).
Y en Santa Fe, le ganó por 11 puntos (234.295).
Aquella vez, Córdoba rompió esa paridad: Macri le sacó 43 puntos porcentuales (71,52% contra 28,48%) a Scioli, resultado que desequilibró al país y llevó al dirigente de Cambiemos a la Casa Rosada.
Se trató de una distancia de 930.829 votos, que le sirvieron para vencer a Scioli haciendo la diferencia en un final ajustadísimo en todo el país.
Para dimensionar el peso de Córdoba: Macri ganó aquellas elecciones nacionales por sólo 680.607 votos. Fueron apenas 2,68 puntos. Y la provincia había aportado el plus necesario.
El balotaje de 2023
Como en 2015, en el balotaje de 2023 la provincia de Buenos Aires volvió a mostrar una fuerte paridad. Allí, Sergio Massa venció a Javier Milei por un exiguo 1,47 puntos (142.500 votos), lo que podría haber puesto a Córdoba otra vez como protagonista principal de la definición.
Pero en esta oportunidad, Milei ganó el balotaje con una amplia diferencia de 11,3 puntos. En votos, son 2.960.320. Y Córdoba, si bien volvió a marcar una distancia muy grande, fue una provincia más en el escenario nacional.
¿Por qué? Porque Milei ganó en 21 provincias (Macri lo había hecho sólo en nueve). Y porque, además, en las jurisdicciones que en 2015 habían apoyado a Macri ahora la diferencia a favor del libertario fue mucho mayor.
La distancia en Córdoba, como se dijo, volvió a ser enorme. En la segunda vuelta, Milei superó a Massa por 48,1 puntos (equivalantes a 1.063.452 votos). Pero no fue la única. Y no fue tan determinante. Tanto que si el resultado hubiera sido más parejo en tierras mediterráneas, de igual manera se hubiera impuesto el libertario.
Repasemos. Mendoza mostró un 70-30, el “voto fernet” cordobés pero con tonada cuyana. Allí, el libertario le sacó al peronista 42 puntos (463.914 sufragios). Casi que triplicó la diferencia del balotaje de Macri.
Algo similar sucedió en dos provincias vecinas, en las que hubo un 60/40.
Una fue Santa Fe, donde la distancia a favor de Milei llegó a 26 puntos (521.855 votos), duplicando lo de 2015. Y la otra fue Entre Ríos, en la que el libertario llevó la diferencia con Massa a 23 puntos (196.126 votos), triplicando lo de Macri.
La novedad es que también provincias como Tucumán vieron ganador a Milei, sumándole votos importantes para lograr la victoria. Aunque la distancia sobre Massa fue de 3,97%, significó un golpe para el peronismo que en 2015 había sacado ahí una diferencia de 165.500 votos para Scioli.
