El presidente Javier Milei decidió no participar de la cumbre del G20 que se realizará del 22 al 23 de noviembre en Johannesburgo, Sudáfrica, y se sumó al boicot encabezado por su par estadounidense, Donald Trump.
La decisión fue confirmada por fuentes oficiales a TN, que precisaron que el Gobierno enviará al canciller Pablo Quirno como representante argentino.
La determinación refuerza la sintonía entre Milei y Trump, con quien el mandatario argentino mostró una creciente cercanía política y económica desde su asunción.
Milei se bajó del G20
Durante las últimas semanas, distintas voces dentro y fuera del Gobierno habían insistido en la conveniencia de que Milei asistiera al encuentro, considerado uno de los foros multilaterales más relevantes del mundo.
“Sería importante que, pese a la ausencia de Trump, Milei diera un gesto de que la Argentina busca acercarse a socios que no son solo los Estados Unidos”, plantearon fuentes diplomáticas extranjeras.
En el ámbito de la Cancillería, funcionarios con experiencia en organismos multilaterales también habían recomendado la participación del Presidente como señal de compromiso internacional.
Debate interno sobre la política exterior
En el entorno del Gobierno existen posturas diversas sobre el rumbo de la política exterior. Mientras algunos sectores apoyan la estrategia de alineamiento con Estados Unidos, otros remarcan la necesidad de mantener vínculos sólidos con los socios tradicionales de Occidente y fortalecer lazos con países de África y Asia.
El contexto global actual, marcado por tensiones geopolíticas y una creciente competencia comercial entre potencias, impulsa a las naciones a sostener presencia activa en espacios de diálogo como el G20.
Antecedentes y repercusiones regionales
La decisión de Milei se suma a un antecedente reciente: el año pasado, durante la cumbre del G20 en Río de Janeiro, el gobierno de Brasil, entonces anfitrión, expresó su malestar por la escasa participación de ministros argentinos en las reuniones preparatorias del foro.
La nueva ausencia de un mandatario argentino podría volver a generar críticas en el plano diplomático, especialmente de los países sudamericanos que promueven la cooperación regional dentro del grupo de las 20 economías más desarrolladas.
Una señal política hacia Trump
Con esta decisión, la administración de Javier Milei envía una señal de alineamiento con la postura de Donald Trump, quien ya había anticipado su rechazo a participar del G20 por sus diferencias con el formato y los objetivos del foro.
La representación argentina quedará en manos del canciller Pablo Quirno, quien encabezará la delegación oficial en Johannesburgo. Será el encargado de mantener los contactos bilaterales y de exponer la posición del país ante los demás miembros del bloque.

























