Javier Milei no deja de sorprender a propios y a extraños. El Presidente tiene un pragmatismo a prueba de balas: no dudó en hacer naufragar el segundo intento para tratar en Diputados el proyecto de ficha limpia. Luego llamó a los referentes del PRO para calmarlos. Además, les prometió impulsar una iniciativa “mejorada” para los políticos con causas judiciales.
El Presidente quiere polarizar con Cristina Kirchner. Con ese objetivo político, era improbable que los libertarios colaboraran para impedir que la expresidenta fuera candidata el año que viene.
El macrismo empujó el proyecto de ficha limpia sin un acuerdo con la Casa Rosada. Hay un ruido entre Milei y Mauricio Macri que aún no se explica.
En ese contexto, el jueves al mediodía, cuando en el Congreso radicales y macristas ardían de bronca contra los libertarios, en la Casa Rosada los ministros que salían de una reunión de gabinete se sorprendían al ver ingresar al despacho presidencial al senador cordobés Luis Juez.
Milei lo había convocado por WhatsApp. Lo esperaba para un almuerzo –sin testigos– que se extendió por más de dos horas.
Juez no brindó detalles de la charla con el Presidente. La versión sobre la reunión se pudo reconstruir con dos fuentes muy cercanas al senador.
“Ustedes (los periodistas), De Loredo y hasta Llaryora se hacen los rulos por las reuniones de Luis con Milei. Cuando se juntan, nunca hablan de Córdoba, y menos de candidaturas. En la primera cena en Olivos, Luis le fue muy claro: ‘Quiero ayudarte a que le vaya bien a tu gestión. No te voy a pedir nada hasta el verano de 2027. Si me da el cuero, quiero volver a ser candidato a gobernador. Entonces, sí te voy a pedir que me apoyes. Pero para eso falta mucho’. ‘Meta’, le respondió ‘el León'. No hay más que eso”, describió la fuente juecista, sobre el trato de Milei con su jefe político.
Según otra fuente muy cercana al senador, en la reunión del jueves hablaron de la situación del Senado. El próximo martes, Juez llevará a la Rosada el bloque de senadores del PRO que preside, que será recibido por Milei.
Nada más trascendió del almuerzo en el despacho presidencial. Los íntimos de Juez aseguran que el senador tiene una postura tomada para las elecciones legislativas del año próximo en Córdoba: apoyará “el proyecto del Presidente”, sin juecistas en la lista de La Libertad Avanza. “Tampoco nos ofrecerán lugares”, admiten cerca del senador.
“En la única reunión que tuvo, Juez le sugirió a Karina Milei que ella tenía que armar una estructura propia en Córdoba. Lo mismo le dijo a (Gabriel) Bornoroni. Luis piensa sólo en 2027. Entonces, se verá cómo están las cosas con los libertarios”, resumió un dirigente cercano al senador.
Ante este escenario, la pregunta del millón es cómo está la relación de Juez con Rodrigo de Loredo. El diputado radical está obligado a jugar el año que viene en Córdoba.
Para los juecistas, no se reeditará Juntos por el Cambio. Por lo que dicen desde su entorno, Juez apoyará –desde afuera– a la lista libertaria, que pronostican “será pura”.
De Loredo procura un acercamiento con La Libertad Avanza. Su denuncia de un supuesto pacto entre Milei y Cristina Kirchner por el proyecto de ficha limpia habría volado casi todos los puentes con los libertarios. Aunque le queda uno, que es fuerte: el influyente asesor presidencial, Santiago Caputo.
Llaryora, aliviado
Martín Llaryora observa aliviado la probable dispersión de la oposición local. El gobernador mira las urnas del año próximo, pero está más interesado en el escenario 2027, cuando buscará su reelección.
En privado, el mandatario provincial no dramatiza el resultado de las legislativas 2025. Ya dijo en una entrevista a un medio porteño que los libertarios ganarán esas elecciones.
Llaryora habló del escenario nacional, pero también sabe que en Córdoba los libertarios tienen todas las de ganar, al menos por ahora.
Al gobernador no lo inquieta quiénes integrarán su lista. Sólo piensa en retener las dos bancas que pondrá en juego. Algo accesible de conseguir con el piso electoral que el PJ provincial tiene en Córdoba.
La mayor preocupación de Llaryora es 2027. Y para llegar a esa instancia con chances de continuar en el poder, debe hacer una buena gestión, en un contexto económico complicado y con un Milei que desconfía de todos los gobernadores.
Ya se dijo en esta columna que Llaryora planificó “vivir con lo propio” el año que viene. Descuenta que Milei no quiere tener Presupuesto para poder negociar con las manos libres y presionar así a los gobernadores.
“No esperamos nada de la Nación, pero tampoco nos pelearemos. Será como hasta ahora: diferenciación con diálogo”, describió un llaryorista puro el rumbo de la campaña del oficialismo cordobés.
Los peronistas cordobeses no son tan optimistas como los libertarios sobre el rumbo de la economía en el futuro inmediato.
En el Centro Cívico, creen que “es riesgoso” lo que hacen los libertarios de festejar los “números macro”, por ahora favorables. “En algún momento, la gente va a pensar en su bolsillo”, se esperanzó un ministro del “cordobesismo”.
Vale insistir: a Llaryora no le preocupan las urnas que asoman en 2025. Lo tranquiliza que la oposición cordobesa tiene más motivos para dividirse que para juntarse. Por eso apuesta mucho a llevarse bien con los intendentes, sobre todo con los no peronistas.
Pero la lucha por el poder provincial dentro de tres años tendrá un nuevo actor: Milei. Precisamente, la carta a la que apuesta Juez.