Moody’s Argentina elevó la calificación crediticia de la Provincia de Córdoba tanto en moneda local como extranjera, pasando de A.ar a AA-.ar, manteniendo una perspectiva estable. Esta mejora también aplica a los títulos de deuda Clase 1, Clase 2 y Clase 4 emitidos por la provincia.
La decisión, que llega en un momento clave para el Gobierno, se basa en la mejora sostenida de los resultados fiscales de la provincia en los últimos años, “incluso frente a desafíos económicos significativos”.
Córdoba ha mantenido una política fiscal disciplinada, un manejo prudente de sus gastos y un perfil de deuda relativamente manejable, aunque aún con una fuerte exposición a moneda extranjera, destacó la calificadora.
Por ese motivo, “es probable que la provincia necesite acceder a diversas fuentes de financiamiento para poder hacer frente a los vencimientos de capital en los próximos años y a la vez, mantener niveles adecuados de inversión en obra pública”, evaluó Moody’s.
Justamente, el gobierno de Martín Llaryora aguarda la evolución del acuerdo de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para salir a buscar fondos en el mercado externo a fin de cumplir con compromisos y sostener el ritmo de la obra pública anunciada. La tarea está a cargo del ministro de Economía y Gestión Pública, Guillermo Acosta.
Durante 2024, la provincia superó ampliamente las expectativas fiscales originales. Esto se debió, por un lado, a que los gastos corrientes aumentaron por debajo de la inflación y, por otro, a una reducción de los gastos de capital en términos reales, lo que incrementó su participación en el gasto total. Para los próximos años se espera una normalización fiscal, en línea con la recuperación económica y la desaceleración inflacionaria del país.
Entre sus fortalezas crediticias destacan una economía local diversificada, un historial positivo de resultados financieros y una baja proporción de gastos en personal en comparación con otras jurisdicciones. En contraste, se señala como debilidades la alta exposición a deuda en moneda extranjera y el contexto económico adverso del país.
Entre los factores que podrían mejorar su calificación futura se encuentra una disminución de la deuda en moneda extranjera. En sentido opuesto, una caída sostenida en la proporción de ingresos propios o un deterioro fiscal significativo podrían generar un recorte de calificación.
A nivel financiero, la provincia mostró en 2024 un margen operativo del 18,3% ($1.441 millones) superior al 17,1% del año anterior y un superávit financiero del 4,8%, con una mejora en sus ingresos propios, que alcanzaron el 46,8% del total operativo (contra 39,4% de 2020). La carga de intereses se mantuvo estable en 1,8% (fueron de 3,4% en 2020), gracias a una reestructuración de deuda que incluyó tasas escalonadas.
La deuda total al cierre de 2024 alcanzó los $ 2.155.683 millones, de los cuales el 86,2% está denominada en moneda extranjera. Aunque esta proporción es alta, ha disminuido 13,4 puntos porcentuales respecto al año anterior. La mayor parte de la deuda está en títulos públicos emitidos tanto a nivel local como internacional.
El presupuesto 2025 proyecta ingresos por $ 10.597.562 millones y gastos similares, lo que llevaría a un superávit financiero marginal del 0,1% y un margen operativo del 16,6%. La estructura de ingresos contempla un 44,1% de coparticipación federal y un 30,1% de ingresos brutos, mientras que en el gasto se destina un 31,7% a personal y un 18,2% a capital.
En cuanto al perfil de vencimientos, la provincia enfrenta mayores obligaciones de pago desde 2023, producto de la reestructuración del bono internacional en 2021. Para cubrir estos vencimientos, será necesario acceder al mercado de capitales o a otras fuentes de financiamiento. No obstante, la provincia mantiene una buena posición de liquidez, respaldada por sus resultados fiscales positivos.
Respecto a los Títulos de Deuda, los Clase 1 emitidos en 2016 con vencimiento en 2026 están garantizados por la coparticipación federal. En 2024, se emitieron los Títulos Clase 2 y Clase 4, ambos con vencimiento en 2027, ajustables por CER y garantizados por ingresos corrientes.
Fortalezas
Desde el punto de vista económico, Moody’s analizó que Córdoba es la segunda provincia más poblada del país (3,9 millones de habitantes) y representa el 8,6% del PBI nacional y el 12,5% de las exportaciones. Su tasa de desempleo fue del 8% en 2024 y el índice de pobreza del 35,5%, ambos levemente mejores que los promedios nacionales.
La provincia cuenta con una economía diversificada basada en productos primarios, manufacturas industriales y agrícolas, servicios educativos y de salud, tecnología y turismo. Esta diversidad permite una sólida generación de ingresos propios, por encima de la media de sus pares provinciales, consideró la consultora.
En materia previsional, el talón de Aquiles de las finanzas, Córdoba mantiene su propio sistema de jubilaciones, lo que implica un tratamiento distinto en sus cuentas públicas. Aunque el Gobierno Nacional compensa parte del déficit de la Caja de Jubilaciones, estas transferencias suelen tener demoras.
En cuanto a la administración pública, la consultora concluye en que Córdoba muestra una proporción baja de empleados públicos en relación a su población, lo que reduce la presión sobre los gastos en personal (33,9% del gasto total en 2024). Además, ha mantenido superávits financieros consecutivos desde 2020, reflejando una gestión fiscal prudente.
El perfil evaluado
Pese a la falta de auditorías externas independientes, la provincia publica informes financieros claros y detallados, con supervisión del Tribunal de Cuentas Provincial, sostiene Moody’s, al tocar un punto álgido en la escena política local dado que está en manos de la oposición.
Desde una perspectiva ESG (Ambiental, Social y Gobernanza), las prácticas de gobernanza de los gobiernos locales en Argentina suelen ser débiles, con alta dependencia de transferencias nacionales y exposición al riesgo cambiario por emisión de deuda en moneda extranjera.
En este sentido, Córdoba se destaca por una gestión más prudente, aunque no escapa del contexto macroeconómico nacional.
Finalmente, se recuerda que Córdoba incurrió en default en enero de 2021 tras no cumplir con pagos de deuda internacional, aunque luego alcanzó un acuerdo con los acreedores. Este antecedente es considerado como un factor negativo en la evaluación crediticia.
En resumen, Moody’s valora positivamente la mejora sostenida de las cuentas fiscales de Córdoba, su economía diversificada y su prudencia fiscal, aunque advierte sobre riesgos estructurales como su exposición cambiaria y la debilidad macroeconómica general del país