A casi 4 meses del inicio del escándalo conocido como el caso de la “empleada fantasma” Virginia Martínez en la Legislatura de Córdoba, la vicepresidenta de la Unicameral, Nadia Fernández (Hacemos Unidos por Córdoba-PJ), quien impulsó la contratación de la mujer, volvió a hablar, pero esta vez ante la Justicia que la citó como “testigo” del denominado caso Guillermo Kraisman.
La legisladora peronista se presentó este viernes -antes de las 10- en los tribunales de Córdoba. Fue convocada en calidad de testigo por el fiscal Franco Mondino en el marco de la causa que investiga supuestas irregularidades relacionadas con la contratación de la empleada Virginia Martínez. Cerca de las 13 salió del despacho del fiscal.
Qué le dijo Nadia Fernández a la prensa
Según se informó, la legisladora había presentado previamente un escrito detallando cómo fue la contratación de Martínez. Pero, el fiscal Mondino la convocó para que respaldara ese descargo y ofreciera mayores precisiones sobre el caso, en calidad de testigo.
Antes de ingresar al despacho fiscal, Fernández dialogó con la prensa y afirmó sentirse “engañada”.
Atribuyó la contratación de la persona por una recomendación de Guillermo Kraisman, el dirigente del PJ detenido.
Fernández aseguró enfáticamente que “en la legislatura no hubo, no hay ni habrá empleado fantasma”. Sostuvo ser “la principal interesada en que esta investigación llegue al fondo de la verdad”.
Afirmó que si hubiese tenido conocimiento de una posible “maniobra delictiva”, la habría denunciado inmediatamente y que ella no participó.
La legisladora manifestó sentirse perjudicada por la situación. Explicó que actuó “de buena fe” al momento de la recomendación. Sostuvo que, gracias a los “resortes administrativos de control de la legislatura y también bancarios”, la supuesta maniobra “no pasó a mayores”.
Consultada sobre si solo existe “un caso” en la legislatura (el de Virginia Martínez), respondió afirmativamente, buscando dar “tranquilidad a la ciudadanía cordobesa”. Enfatizó que en la Legislatura “se resguardan siempre los recursos que son de todos los cordobeses”.
Ya el 6 de marzo le había dado una nota a La Voz en la que dijo que en el caso de esta contratada “no se ocultó nada”.
La legisladora admitió que fue Guillermo Kraisman quien le recomendó a Martínez y ofreció detalles sobre el proceso y las razones de su silencio inicial. Fernández negó una y otra vez que hayan existido “empleados fantasmas” en la Unicameral.
Respecto a Virginia Martínez (la empleada titular de la cuenta de la que el exconcejal Kraisman quiso retirar 1 millón de pesos), Fernández aclaró semanas atrás que estuvo vinculada administrativamente a la Legislatura “desde diciembre hasta los primeros días de enero”, pero enfrentó “un sinnúmero de inconvenientes” para completar el legajo exigido, como los certificados de antecedentes y de buena salud.
Los escándalos de Kraisman
El escándalo se desató cuando Kraisman intentó cobrar el sueldo de Martínez en una sucursal bancaria.
Fue a mediados de enero cuando Kraisman quedó aprehendido por personal policial en el momento en el que supuestamente intentara retirar un millón de pesos de la sucursal de Banco de Córdoba, de la avenida 24 de Septiembre al 100, en barrio General Paz.
En ese momento el exfuncionario municipal se encontraba con una mujer, Luciana Castro, y habría buscado llevarse el dinero presentando un DNI de otra persona.

Según los datos que inicialmente aportó la Unicameral, Martínez fue “asignada a trabajo en comisiones” con una escala salarial como asistente legislativa nivel 3 y un sueldo de 878.361 pesos. El millón de pesos que intentó cobrar Kraisman en su nombre correspondería al salario de diciembre y al proporcional de medio aguinaldo y vacaciones. En el expediente de baja que se conoció, Martínez prestaba servicios para el bloque Hacemos Unidos por Córdoba.
En septiembre de 2024, Kraisman también se vio involucrado en otro escándalo cuando se retiró de un supermercado de la Capital con fiambres ocultos entre sus pertenencias que no habían sido abonados, según la acusación.

En aquel momento, Kraisman era director de Promoción de Clubes Sociales y Deportivos de la ciudad de Córdoba. Al verse envuelto en aquel escándalo, que derivó en una detención e imputación, fue removido de su cargo a pedido del intendente Daniel Passerini.