Natalia de la Sota está cada vez más firme: crítica del peronismo de Martín Llaryora y Juan Schiaretti, se perfila con peso propio en las elecciones a diputados nacionales.
La actual diputada sigue plantada en sus críticas a Javier Milei, pero no deja de recordarle al propio Schiaretti su relación con Mauricio Macri.
“Provincas Unidas está muy ligada al macrismo”, dijo en el programa Voz y Voto.
–¿A qué está apostando al hacer una campaña muy territorial?
–A recuperar esa política de militancia que implica llegar a cada territorio y mantener el cara a cara con la gente. No es lo mismo pedir confianza mirándolos a los ojos que hacerlo a través de las redes sociales. La tecnología ayuda, pero caminar, estar, conocer y escuchar de primera mano lo que viven las familias de Córdoba es fundamental. Corrobora lo que uno percibe y permite comprender realmente qué está pasando.
–Schiaretti dice que usted es kirchnerista. Los kirchneristas, que es peronista. Y algunos sostienen que detrás de su candidatura está Sergio Massa.
–Mi propuesta es muy clara y los cordobeses la están entendiendo. Queremos defender a Córdoba del maltrato y el destrato que ha sufrido con las políticas económicas y decisiones de Milei. Lo venimos haciendo desde el primer día. Hace falta en Córdoba un aire nuevo, un espacio político sin condicionamientos ni miedo, que diga la verdad sobre lo que ocurre a nivel nacional. Milei desfinanció a las provincias, buscó ser “el topo” dentro del Estado y lo logró. Nosotros representamos un espacio que busca poner límites a eso, y hemos mantenido la coherencia, que debería volver a ser un valor real en la política argentina. No reniego de lo que soy. Aprendí de la mano de José Manuel de la Sota que el Estado debe cuidar, abrazar y estar presente. Y me sorprende que algunos intenten vincular a De la Sota con ideas afines a Milei. De ninguna manera. Su límite era Macri, porque representaba la vuelta a los ’90; imaginemos entonces lo que pensaría hoy. De la Sota creía en el Estado como herramienta real de transformación social.
–¿Y qué estaría construyendo hoy su padre? ¿Qué futuro tiene su posición? ¿Un peronismo más progresista sin Cristina Kirchner?
–No creo que haya que poner nombres personales. Hemos conformado un espacio con dirigentes sociales, universitarios y sindicales, que vuelve a hablar de justicia social en Córdoba. No es una vergüenza decir que somos justicialistas. También se han sumado muchos independientes, mujeres y jóvenes. Las mujeres fueron las primeras en plantarse, no por rebeldía sino por supervivencia. Son quienes administran los hogares, sufren los ajustes y sintieron el golpe económico con más fuerza. Hemos recibido mucha confianza de ellas y de los jóvenes.
–Se habla de una nueva configuración del Gobierno nacional después de las elecciones, que busque consenso. ¿Mantendría una posición crítica o cree que habría que darle una oportunidad?
–No hay un acuerdo para conformar un gobierno conjunto entre Macri y Milei, aunque se mencione a Schiaretti y a otros gobernadores como posibles partícipes. En Córdoba, hoy hay tres listas competitivas: dos acompañaron siempre las medidas de Milei, y una no, que es la nuestra. Esa es la realidad. Después del 27 seguirá ocurriendo lo mismo. Bajo el argumento de la gobernabilidad, continuarán apoyando las medidas de Milei, como lo han hecho en estos dos años.
–¿Pero no le parece válido analizar algunas medidas que podrían ser buenas para el país?
–Si existiera una medida realmente buena, la apoyaría. Pero, sinceramente, no encontramos una sola. Milei no habla de industria, de trabajo, de generación de empleo ni de valor agregado en las regiones. Tampoco de ciencia o tecnología; al contrario, tuvimos que volver a declarar la emergencia en esos sectores. La Ley Bases ya contenía todo lo que vino después: ajustes, refinanciamientos y destrucción del Estado. Diputados de Hacemos por Córdoba y otros acompañaron esa ley. Yo no puedo apoyar un modelo que maltrata, ajusta y desfinancia a los sectores que más lo necesitan: jubilados, personas con discapacidad, universidades, comercios e industrias. El modelo de Milei es social, económica y políticamente un modelo de daño.
El “no” a Provincias Unidas
–Schiaretti dijo que le ofrecieron ser parte de la lista de Provincias Unidas y que usted no aceptó. ¿Es así?
–No, no es así. Y me sorprende. No sé si el exgobernador miente o si le mintieron, que es más grave. Pero nunca hubo una oferta ni una reunión para hablar de eso. Me hubiera gustado que me convocaran hace dos años para debatir la posición frente al modelo que Milei planteaba. Pero eso nunca ocurrió. Además, hoy integra una lista con la que tengo diferencias ideológicas y políticas profundas. No tendría sentido sumarme.
–¿Y si le hubieran ofrecido sumarse, lo hubiera considerado o ya estaba decidida?
–Estamos en posiciones políticas e ideológicas muy distintas. Ni yo les sumaría a ellos, ni ellos a mí.
–Provincias Unidas habla de un proyecto para 2027. ¿Se ve más cerca de eso, considerando que las opciones nacionales serían el kirchnerismo o el mileísmo?
–Hay que construir opciones distintas. Provincias Unidas está muy ligada al macrismo y a ese proceso.
–¿Lo ve muy presente a Macri en relación con Schiaretti?
–Sí. En el balotaje en Córdoba, el exgobernador trabajó para que Macri y luego Milei fueran presidentes. Son hechos objetivos. Después, cada uno podrá tener su opinión. Pero sí, lo veo ligado. Yo hablo de un justicialismo que pueda tener una mirada renovada hacia lo que viene.
–Entonces, ¿más cerca de un proyecto con Kicillof a la cabeza?
–No necesariamente. Tampoco sé si Kicillof será quien lo encabece. No quiero que me ubiquen en un lugar determinado.
–Digo que los modelos nacionales se van perfilando.
–Falta mucho. En este país todo puede cambiar en un mes.
El voto “K”
–Dirigentes kirchneristas reconocen que mucho voto se está fugando hacia usted. ¿Por qué cree que pasa eso?
–También ocurre con votantes del justicialismo que formaban parte de Hacemos por Córdoba. Hemos logrado generar confianza. Mantener una idea, insistir en ella y sostenerla, incluso pagando costos, termina siendo valorado. La gente percibe la coherencia a lo largo del tiempo y eso no es común en la política. A Córdoba le hacía falta un espacio así.
–En estas dos semanas de campaña que quedan, ¿espera ataques hacia usted?
–Ya he recibido algunos, pero espero que todo ocurra en un marco de respeto democrático. La política se expresa desde las ideas, no desde lo personal.Siento que me están apuntando desde varios lados, pero cada fuerza debería concentrarse en hacer su propia campaña. Nosotros queremos dejar claro a los cordobeses que somos la lista nítida y firme que va a decir “no” a las políticas de Milei que dañan a Córdoba. Los demás, si se consideran opositores, deberían estar en el mismo camino, no viendo a quién atacar.

El caso Espert
–¿Qué piensa sobre José Luis Espert?
–Hay que esperar. El proceso es claro: debe intervenir la Comisión de Reglamento y escucharse al diputado cuestionado. No es sencillo, pero debe hacerse.
–¿Tiene una posición tomada sobre su expulsión?
–Si se conforma la comisión, se cumple el proceso y la Cámara decide que debe ser expulsado, así será.