En los últimos tiempos, la diputada nacional Natalia de la Sota no ocultó sus diferencias con el PJ provincial que lideran el gobernador Martín Llaryora y su antecesor, Juan Schiaretti.
La última diferenciación de la hija del exgobernador José Manuel de la Sota fue no dar cuórum para el tratamiento del proyecto de ficha limpia, que ahora Llaryora quiere aprobar “cuanto antes” en Córdoba.
En declaraciones al portal de La Política Online, la legisladora admitió que esperaba “un poquito más” del gobernador a la hora de diferenciarse del presidente Javier Milei.
La diputada, que termina su mandato en diciembre del año que viene, no tiene vínculos con Schiaretti desde abril del año pasado, y dialoga de manera esporádica con Llaryora.
En este contexto, parece complicado el futuro político de Natalia de la Sota, a quien algunos ven más cerca de Sergio Massa que del PJ cordobés. Sin embargo, alguien del entorno íntimo del gobernador aseguró que la diputada “no se irá a ningún lado”.
“Martín (Llaryora) le reconoce su voluntad militante, tolera que se diferencie de los otros diputados del PJ cordobés en el Congreso, y habla con ella. Yo no descartaría que Natalia ocupe en el futuro un lugar en el gabinete provincial. El momento lo resolverá Martín, pero estoy seguro de que la contendrá dentro del esquema provincial”, dijo alguien que conoce de cerca el pensamiento del mandatario.
Una visita radical que cayó muy mal
La visita de Gastón Manes a Córdoba generó un enojo trasversal en todo el radicalismo, aunque por motivos distintos. El presidente de la Convención Nacional y hermano de Facundo se reunió con Myrian Prunotto, la vicegobernadora radical de Martín Llaryora que resiste la decisión del partido de expulsarla.
El Comité Provincia, que responde a Rodrigo de Loredo, emitió un comunicado de repudio a la visita del hermano del reconocido neurólogo. Es que Manes abonó la narrativa deloredista que reza: “El que no está con nosotros, está con el peronismo”. Por esto último, el paso en falso de Manes por Córdoba también cayó como una bomba entre los radicales que en el plano interno rechazan la conducción de De Loredo.
“Si Manes quería enviar una señal desafiante al armado de De Loredo, no era con Prunotto. Se le rompió el GPS o directamente llegó a Córdoba sin uno”, se quejó un radical que esperaba que el titular de la Convención Nacional abriera una línea de comunicación con el Comité Nacional.
“Le regaló argumentos a Rodrigo por meterse en Córdoba tocando de oído”, se quejó otro radical que no comulga con De Loredo. Aparentemente, tras las críticas que le hicieron llegar por WhatsApp, Manes pidió disculpas y prometió hacer control de daños, por lo que no se descarta una visita de Facundo Manes durante el verano, pero sin contacto con Prunotto.
Cambio de perfil y crítica encubierta al exdefensor
La Defensoría del Pueblo provincial busca un nuevo perfil. Desde que comenzó la nueva gestión de Carlos Galoppo, dicen en el organismo, se observa un proceso de “despersonalización de la gestión”, incluyendo cambio de logo y de nombre.
Por ejemplo, dejaron de lado la figura de “el Defensor” que estaba centrada en una persona, para pasar a una denominación centrada en la institución: “La Defensoría”.
“Así no sólo se evita una denominación sexista e individual, sino el tan criticable personalismo en el ámbito político”, dicen desde el entorno de Galoppo, en tono crítico.
Además, ahora usan una nueva variedad de colores para representar todos los programas que tiene la Defensoría, apuntando a una mirada más inclusiva, como es habitual en organismos que promueven derechos humanos.
Dicen que, a diferencia de Mario Decara (el anterior titular, al que no mencionan), Galoppo abrió el espacio a todo el equipo.
“No sale sólo él a la calle o en los medios. Le da participación activa a un equipo de profesionales preparados, muchos expertos en varios temas sociales”, remarcan en la dependencia, con el ánimo de resaltar diferencias con lo que venía sucediendo.