Luego de armar su propio bloque –Defendamos Córdoba– en la Cámara de Diputados de la Nación, Natalia de la Sota se prepara para volver a la ruta. La diputada recorrerá Córdoba y algunas provincias vecinas en busca de una proyección nacional. Lo hará con el sello del peronismo, pero sin atarse a ningún referente nacional.
Tras haber renovado su banca en la Cámara Baja y tomar distancia del oficialismo provincial (Provincias Unidas), la diputada se mantiene en un silencio medido y planificado.
Sin embargo, puertas adentro, su círculo más íntimo ya trazó algunas definiciones políticas que se irán viendo de aquí a fin de año: recorrer el territorio provincial para afianzar su espacio y mantener distancia del gobernador Martín Llaryora.
Desde el búnker delasotista de barrio Rogelio Martínez, en la capital provincial, aseguran que De la Sota también aceptará invitaciones para visitar otras provincias. Allí buscará mostrarse como una dirigente con mirada nacional, pero sin alineamientos ni tutelas políticas.

Cuando se le preguntó a un dirigente de confianza de la diputada si había existido algún contacto con el gobernador bonaerense Axel Kicillof, la respuesta fue categórica: “Todos hablan de la interna de Kicillof y Cristina (Fernández) por el PJ nacional. No es así; en realidad es una disputa bonaerense, y Natalia se mantendrá al margen de esa pulseada. Hoy ella es una representante de la renovación del peronismo nacional, un proceso que tarde o temprano decantará”.
Distancia con el Panal
En el peronismo cordobés, los movimientos recientes sorprendieron en la interna peronista. El pase de Federico Alesandri al oficialismo, tras acordar con el gobernador Llaryora, fue seguido de cerca por el delasotismo, donde reina el hermetismo.
Alesandri, que había acompañado a De la Sota en las elecciones de octubre y mantenía un buen diálogo con ella, sorprendió al volver a la banca oficialista en la Legislatura.
En ese contexto, la posición del legislador provincial Bernardo Knipscheer –pareja de la diputada- también genera especulaciones: por ahora sigue dentro del bloque Hacemos por Córdoba, aunque su permanencia no parece asegurada.
“Lo concreto es que no hay un acercamiento con el Centro Cívico. Hay que seguir el camino que Natalia marcó a nivel nacional: bloque propio y lejos de Provincias Unidas. En Córdoba seguramente pasará lo mismo, pero a los tiempos los maneja ella. No es opositora, pero tampoco está cerca de Llaryora; su oposición es a Milei”, explicó una voz del entorno más cercano de la diputada.
La mirada en el horizonte
Tras las elecciones del 26 de octubre, el tablero político cordobés comenzó a moverse. Llaryora y los principales referentes opositores -Luis Juez, el libertario Gabriel Bornoroni y el radical Rodrigo de Loredo- ya piensan en el lejano 2027. Natalia de la Sota, también.
“Natalia tiene una valija liviana y se moverá con independencia durante un buen tiempo. Su horizonte es provincial, pero también nacional. Ella lo dijo claramente a sus dirigentes más cercanos: ‘No es momento de pensar ni de negociar cargos. Hay que consolidar este espacio del peronismo en Córdoba y mirar al partido a nivel nacional, pero sin ataduras. Sólo con el apoyo de la gente’”, relató un colaborador que participó de una reunión reservada en los últimos días.
Mientras tanto, algunos operadores llaryoristas ya marcaron el número de la diputada. Por ahora, el teléfono no fue atendido. “No hay diálogo, ni lo habrá, al menos por ahora”, aclaran desde el delasotismo.
Lo único cierto, anticipan, es que antes de fin de año el espacio tendrá bloque propio en la Legislatura provincial, bajo la misma denominación que en la Cámara de Diputados: Defendamos Córdoba.
Como anticipo político, deslizan que en Córdoba Bernardo Knipscheer acompañará aquellos proyectos del oficialismo que coincidan con la línea nacional de De la Sota, pero rechazará las iniciativas que se alejen del ideario peronista. Un mensaje claro: el delasotismo no se alineará con Provincias Unidas.


























