Desde el próximo lunes, el Gobierno nacional pone en marcha una fuerte apuesta para estabilizar la economía y alentar el crecimiento, a partir de la eliminación del cepo cambiario para los particulares.
La actividad tendrá así de referencia el precio libre del dólar, que será el que están dispuestos a pagar los argentinos.
El dólar flotará en una banda superior de $ 1.400 y una banda inferior de $1.000, con una devaluación mensual (crawling peg) de 1% ascendente para el tope superior y de 1% descendente para el piso.
En mayo, la banda superior pasará a $ 1.414, mientras que la inferior caerá a $ 990, con el objetivo de acelerar la liquidación de exportaciones, que se realiza al dólar oficial.

El ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular del Banco Central de la República Argentina, Santiago Bausili, anunciaron el esperado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que desembolsará el próximo martes U$S 12 mil millones y otros U$S 2.000 millones en junio.
Los organismos internacionales aportarán U$S 3.600 millones, mientras el BCRA colocará deuda por U$S 2.000 millones.
El Gobierno espera otros ingresos adicionales por U$S 3.500 millones este año, fruto de acuerdos con el FMI y con organismos internacionales como el BID y el Banco Mundial.
Es probable que existan turbulencias en los primeros días de vigencia de las bandas, hasta conocer cuál será la posición de exportadores y de potenciales inversores.
¡Ay, los precios!
El primer desafío será conocer la actitud de los particulares, interesados en refugiar sus ahorros en la moneda norteamericana, en un contexto local con precios en alza e incertidumbre global.
Los precios subieron 3,7% en marzo, lo que supone un alza de 54% en relación con febrero, que tuvo un alza promedio de 2,4%.
Alimentos y bebidas se dispararon 5,9%, lo que golpea a los sectores más vulnerables: la suba les resta calidad de vida.
Los analistas argumentan que el índice de precios al consumidor (IPC) estuvo influido por el inicio de clases y las expectativas de devaluación que se generaron en torno de lo que aparecía como un dilatado acuerdo con el Fondo.
El convenio había sido anunciado por Milei el 1 de marzo, para modificar la agenda centrada en el escándalo de la criptomoneda $Libra, que él promovió el 14 de febrero.
La pregunta clave es si el esquema de bandas moderará los corrimientos que realizan habitualmente industriales y comerciantes sobre bienes y servicios en función de los movimientos del dólar, aunque su valor no afecte directamente sus actividades.
Trump, con bandera blanca
Donald Trump levantó una bandera blanca en medio de la “guerra comercial” que libra principalmente con China.
¿Por qué Trump decidió levantar bandera blanca por 90 días? Por dos razones fundamentales: una, porque el norteamericano medio –acostumbrado a colocar su dinero en acciones y bonos– sintió la “pérdida de riqueza” ante la fenomenal caída de esas inversiones.
Con menos “riqueza”, era previsible una caída en la demanda y una recesión.
La otra fue la pérdida de valor de los bonos estadounidenses, con lo cual Estados Unidos incrementó su deuda (al revés del objetivo trazado por Trump).
El doble juego del presidente norteamericano provoca pérdidas y ganancias para la gestión de Javier Milei.

Por un lado, lo favoreció el pronto acuerdo con el FMI, con un desembolso inicial que supera todos los antecedentes.
La “guerra comercial” afectará a los bienes argentinos, que carecen de competitividad por los altos impuestos.
Los productos locales conllevan el 50% de su valor en tributos de diferentes jurisdicciones.
Sin la rebaja de impuestos, la industria argentina tendrá serias dificultades para competir contra bienes importados.
Es más barato producir automóviles en Brasil y en México que en la Argentina.
La salida de la línea de producción de las pick ups Frontier (Nissan) y Alaskan (Renault) genera serios perjuicios para los autopartistas del cordón industrial cordobés.
Más allá de la bandera blanca, la administración Trump apuesta a que la producción se desarrolle en su territorio.
La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, lo dijo sin tapujos: “Vamos a poner a Estados Unidos primero, no a la carne desde la Argentina”.
Argentina exporta unas 40 mil toneladas anuales, que representan casi el 7% del volumen total, según datos de la industria de la carne.
La bandera de guerra que enarbola el entorno de Milei –en particular, Karina y Santiago Caputo– deberá enfrentar ahora el desafío de las urnas: mañana en Santa Fe, el 18 de mayo en la Ciudad de Buenos Aires y el 7 de septiembre en una elección clave, como es la de la provincia de Buenos Aires.
Si esos resultados son adversos, el plan del Presidente quedará jaqueado por múltiples preguntas sobre su viabilidad, al abrirse la posibilidad de que Argentina retorne a un programa estatista en 2027, además de las dudas sobre la gobernabilidad de los dos próximos años.