En una semana totalmente atravesada por la escalada del conflicto entre el Gobierno y el sector aeronáutico, con cancelaciones y reprogramaciones de vuelos por distintas medidas de fuerza, este sábado el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, volvió a referirse a la situación y nuevamente enfatizó en el cierre de la empresa si no se acepta la privatización.
En los últimos días, los gremios y el Gobierno abrieron una etapa de negociaciones para intentar establecer el futuro de la aerolínea de bandera. En ese marco, el funcionario fue contundente en su mensaje y volvió a reiterar que están decididos a cerrarla.
“De ninguna manera la situación va a continuar como estaba”, detalló Francos en contacto con Radio Mitre este sábado. Además, detalló que en las últimas horas se llevó adelante otra reunión con los representantes de la compañía aérea, a la que calificó de “positiva”.
En esa línea, el jefe de Gabinete dijo: “Se planteó la necesidad de cambiar los convenios colectivos con todos los beneficios que tienen en Aerolíneas Argentinas. Yo creo que hay un avance, hay que ver ahora la reunión definitiva". Todavía aguardan la respuesta por parte de los trabajadores de Aerolíneas.
Tras esto, dejó en claro que la intención del Gobierno es “avanzar con las propuestas que ya hizo”. Es decir, no seguir adelante con la privatización o entregarla a los empleados.
“Si los empleados quieren, le entregamos la compañía a los trabajadores y que lo resuelvan. En caso contrario, vamos a ir a la privatización“, expresó.
Sobre esto último, la propuesta de privatizar la compañía está trabada en el Congreso, situación que no es ajena para el Gobierno. “Si el Congreso no hace la privatización, el Presidente ha sido muy preciso también en esto: vamos a terminar con la compañía, con Aerolíneas Argentinas”, advirtió Francos.
Según el funcionario de Milei, no ven “aceptable” que la mayoría de los argentinos que no utilizan el servicio de Aerolíneas estén "subsidiando a una pequeña parte de la población que sí la utiliza". En detalle, dijo que sólo un 2% de la población viaja en estos vuelos.
“Estamos convenidos que no es razonable subsidiar 700 millones de dólares como el año último a una compañía para que haga su trabajo, que es volar, cobrar sus pasajes y avanzar con esos ingresos”, subrayó.
