El economista Diego Dequino consideró que la emisión de 725 millones de dólares por parte de la provincia de Córdoba en el mercado internacional tiene aspectos positivos en términos de gestión fiscal, aunque advirtió que el costo financiero fue elevado en relación con operaciones similares del sector privado.
“La emisión les permite despejar vencimientos en el corto y mediano plazo y, en ese sentido, les da mayor libertad de gestión. Desde lo financiero, es positivo”, señaló Dequino, en referencia al bono colocado bajo Ley del Estado de Nueva York, con vencimiento en 2032 y esquema de amortización en tres cuotas anuales a partir del quinto año.
Sin embargo, el economista matizó su evaluación al comparar el rendimiento del bono cordobés –que paga una tasa del 9,75%– con obligaciones negociables similares en el sector privado. “Están pagando el precio de ser los primeros en salir como gobierno. YPF Eléctrica, por ejemplo, colocó un bono de 420 millones de dólares a 7,875% en octubre de 2024, y hoy tiene una TIR del 7,3%. Es una empresa que no es blue chip (extremadamente sólida) y, sin embargo, accedió a estas condiciones”, explicó.
Otro punto que Dequino evaluó es el plazo de repago. “Para ser una provincia, un bono con devolución de capital entre los 5 y 7 años es estructuralmente corto. En un contexto donde el país se muestra ‘market friendly’ y si se sostiene el actual programa económico, debería haber oportunidades de financiamiento más largas, de 10 años o más”, sostuvo.
Sobre el uso de los fondos, que serán destinados a infraestructura y a la recompra de bonos con vencimiento en 2027, el economista sugirió que el timing de la operación estuvo condicionado por necesidades inmediatas.
“Seguramente se buscó una respuesta financiera rápida. Y hay que ver si obligan a liquidar todo al tipo de cambio oficial, porque eso también incide en el resultado fiscal final”, remarcó.
En relación con la recompra, advirtió que la tasa del bono vigente sería menor que la de la nueva colocación. “El bono que vence fue fruto de la reestructuración de 2020, mientras que esta es una colocación de mercado. El cálculo ahí es más fino”, concluyó.
Otras fuentes del mercado financiero observaron el cambio de jurisdicción –ahora es Nueva York– como un riesgo que asumió la Provincia. “Hay jurisdicciones más blandas en las exigencias de cumplimiento”, dijo una analista.