La Municipalidad de Córdoba anunció que esta semana afrontará el pago de intereses por $ 1.797 millones correspondientes a la Serie LI de Letras del Tesoro emitida en noviembre del año pasado por $ 19.000 millones.
El instrumento financiero de corto plazo, con vencimiento de capital en noviembre, es uno de los varios compromisos que tiene la gestión de Daniel Passerini para lo que resta de 2025 en lo que a pasivos se refiere.
Esa emisión, junto con otra mayor lanzada en marzo, es parte de la estrategia diseñada para afrontar obligaciones de corto plazo, el pago de la deuda en dólares y sostener la gestión en un año particularmente exigente en términos económicos y políticos.
Emitida el 13 de noviembre pasado, la Serie LI fue colocada a 360 días con una tasa variable atada a la Badlar de bancos privados más un margen de 6,99 puntos.
El capital se amortizará al vencimiento, mientras que los intereses se pagan en cuatro cuotas trimestrales (la de esta semana es la segunda).
Esa letra fue parte del programa financiero encuadrado en la ordenanza Nº 13.437, que autorizó la emisión en 2024 de letras por hasta 60 millones de dólares o su equivalente en pesos.
Marzo “caliente”
Aquella emisión fue seguida, en marzo, por otra letra, la Serie LII, con la que el Palacio 6 de Julio tomó más de $ 32.000 millones bajo condiciones similares pero referenciada a la tasa Tamar (tasa mayorista) más un 4,5%.
En paralelo, Passerini emitió títulos de deuda públicos garantizados 2025 Serie I a tasa variable que recaudaron $ 50.551 millones. Convalidó tasa Tamar más 5,5 puntos porcentuales.
Ese bono amortiza en dos tramos, una de las cuotas vence en septiembre de 2026 y la otra en marzo de 2027. Los intereses, en tanto, se deben pagar de forma trimestral.
Todos estos ingresos se están destinando a cancelar parte de los vencimientos de deuda (como la letra que paga ahora), además de cubrir el plan de obras proyectado.
La administración de Passerini enfrenta compromisos heredados de sus propias emisiones del año pasado y de las gestiones de Ramón Mestre y de Martín Llaryora. Uno de los pasivos más complicados (el mayor, según los funcionarios municipales) es la deuda en dólares correspondiente al bono por U$S 150 millones colocado en 2016 durante la gestión del radical, que en 2020 refinanció el actual gobernador.
En un contexto donde las transferencias del Gobierno nacional se han reducido sustancialmente, el municipio apuesta a la capacidad recaudatoria propia (particularmente sobre grandes contribuyentes) y a la dilación de aumentos a los más de 10 mil empleados.
Respecto de la deuda en dólares, Passerini confía en que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional destrabe finalmente los mercados y la ciudad pueda encarar un reperfilamiento de los vencimientos. Hasta este momento, debe pagar vencimientos semestrales de U$S 25 millones y la decisión, ahora, es hacerlo con financiamiento del mercado interno.