Pese a que el Banco Central se encamina a cerrar otro mes con balance negativo en el mercado de cambio y afronta un duro escenario en los próximos días, la cotización del dólar mantuvo la tendencia bajista en el inicio de la semana.
La autoridad monetaria tuvo que desprenderse hoy de U$S 124 millones y de esta forma su posición pasó a ser vendedora en U$S 36 millones en julio, mes que apunta a convertirse en el segundo con saldo en rojo desde la asunción de Javier Milei.
La de este lunes fue la cuarta rueda con saldo negativo consecutivo luego de tener que deshacerse de U$S 1 millón el miércoles de la semana pasada, de U$S 43 millones el jueves y de U$S 92 millones el viernes.
Además de la estacionalidad que afecta al tercer trimestre del año (cuando cede la liquidación del agro) confluyen una serie de factores adicionales que explican la sangría.
Por un lado el BCRA le dio acceso al mercado a empresas y provincias para el pago de capital e intereses por unos U$S 153 millones, según estimaciones privadas. Y el segundo factor determinante es la ampliación del cupo para el pago de importaciones, que provoca una lógica mayor demanda de billetes cuando la contrapartida de la oferta escasea.
A esto debe sumarse que el BCRA se mantiene activo con intervenciones en la plaza financiera para tener a raya al MEP y al Contado con Liquidación.
En consecuencia, las perspectivas sobre la acumulación de reservas no son muy alentadoras porque además el próximo viernes se deberá pagar un vencimiento de U$S 780 millones al FMI, que hundirá las reservas brutas por debajo de los U$S 26.000. Al cierre de este lunes se ubican en U$S 27.132 -cayeron U$S 175 millones sin contar las ventas de hoy-, mientras que las netas son negativas en el orden de los U$S 6.500 millones.
Pero para el Gobierno este no parece ser un punto de preocupación ya que el presidente Javier Milei anticipó que tiene en sus cálculos ceder U$S 3.000 millones para afrontar el exigente tercer trimestre.
A todo esto y aunque el BCRA luce más débil, el mercado parece no estar dispuesto a desafiarlo.
En el mercado paralelo el blue cayó $ 20 y cerró a $ 1.430 en Córdoba. En la city porteña, cerró a U$S 1.385 para la compra y $ 1.415 para la venta. De esta forma, acumuló una baja de $ 85 desde el pico de $ 1.500 que había tocado el 12 de julio.
En tanto, el MEP cerró a $ 1.296 y el Contado con Liquidación en $ 1.298.
El precio oficial tras el ajuste diario quedó en $ 932 y en consecuencia la brecha quedó en 52%.
A este movimiento bajista también contribuyó la confirmación por parte del presidente de que en septiembre se reducirá el impuesto País del 17,5% al 7,5% y su eliminación total en diciembre.
Si bien tanto Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, habían adelantado esta medida la habían condicionado a la implementación del paquete fiscal.
La reglamentación del impuesto a las Ganancias, más el blanqueo y la moratoria le permitirán al gobierno reforzar la recaudación desde agosto y así equilibrar los recursos que se perderán con la rebaja del impuesto.
Por otra parte, la baja de este tributo es una mejora indirecta del tipo de cambio ya que al impactar en las importaciones provocará una caída en los costos de los insumos para la producción que se traducirá en mayor rentabilidad para las empresas.
Por lo tanto, el mercado interpreta que con esta medida se aleja, al menos temporariamente, la posibilidad de una devaluación del dólar oficial.
En el Palacio de Hacienda siguen con atención los indicadores de alta frecuencia sobre la evolución de la inflación, pero en especial de la inflación núcleo. Confían en que julio termine por debajo del 3%, quedando a un paso de equipararse con la tasa de crawling peg de 2% del Banco Central. En caso de concretarse, esperan que sea el último golpe sobre la mesa para que los agentes financieros quiten de sus análisis cualquier salto brusco e inesperado del tipo de cambio.