“Diálogo, pero sin alineamiento”, repiten desde el entorno del gobernador Martín Llaryora cuando se consulta sobre la relación con el Gobierno nacional y mientras en los últimos días hubo guiños hacia Córdoba de parte de importantes funcionarios libertarios.
Esos mensajes amistosos y las versiones de acercamiento con la Casa Rosada se alimentaron este martes con una movida en el Senado: la oficialización del nuevo interbloque dialoguista Las Provincias Unidas que integra la peronista Alejandra Vigo, esposa del exgobernador Juan Schiaretti, y alineada políticamente con el gobernador Martín Llaryora.
En medio de estos gestos, que se podrían interpretar como un acercamiento entre el gobierno libertario y el Centro Cívico, hubo uno en sentido opuesto. Dentro del drama de los incendios, se produjo un áspero cuestionamiento del diputado nacional cordobés Gabriel Bornoroni, titular del bloque libertario en la Cámara Baja, que sorprendió al Gobierno provincial.
Bornoroni les apuntó al gasto de publicidad y a la supuesta falta de inversión en equipamiento de la gestión llaryorista para combatir los incendios.
El diputado cordobés y empresario de los combustibles es un hombre que se reporta directamente al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, el brazo político de la influyente secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
Este dato político generó intriga en Córdoba y formó parte de algunas averiguaciones. La duda de funcionarios y de legisladores nacionales llaryoristas fue si el dardo del diputado cordobés fue una movida individual o un orden que bajó desde la Casa Rosada.
Los hechos marcaron que podría ser lo primero. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el propio vocero presidencial, Manuel Adorni, enviaron mensajes conciliadores hacia Córdoba cuando las llamas aún no dan respiro en las sierras cordobesas.
Las críticas de Bornoroni habían sido respaldadas por el diputado nacional José Luis Espert, otro hombre muy cercano al presidente Milei, lo que había encendido algunas alarmas en el Gobierno de Córdoba.
Los mensajes de los ministros libertarios tranquilizaron ánimos en el entorno del gobernador Llaryora.
Estrategia legislativa
Más allá del tema puntual por los preocupantes incendios, Llaryora analiza con los legisladores nacionales cuál será la estrategia del PJ cordobés en el Congreso en el tratamiento del proyecto de Presupuesto que arrancará la semana próxima en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados.
El diputado Ignacio García Aresca, el representante del PJ cordobés en esa estratégica comisión, ya recibió un mensaje sin grises del gobernador, su jefe político: mostrar predisposición para votar el Presupuesto, pero exigir cambios en dos puntos estratégicos: obras nacionales en la provincia y recursos para la Caja de Jubilaciones.
“Como está el texto, este Presupuesto es imposible de votar. Esperemos que el Gobierno escuche para hacer cambios, porque queremos apoyar, siempre y cuando no se perjudique a Córdoba. Ese es nuestro límite”, había adelantado a La Voz el diputado nacional Carlos Gutiérrez, un schiarettista paladar negro.
Con esta postura, los diputados del PJ cordobés se mantendrán distantes de otras corrientes de opinión en el Congreso. Lejos del kirchnerismo, que rechazará el proyecto de Presupuesto en todos sus términos, pero también de la postura del oficialismo, del PRO y de una porción del radicalismo, que pugnarán por aprobarlo sin cambios.
Plan político
Desde el Centro Cívico ratificaron que no hay cambios en la estrategia que el gobernador Llaryora viene sosteniendo en su relación con la Casa Rosada: dialoguista, pero sin alineamiento.
“Nunca seremos libertarios y sabemos que tendremos que enfrentarlos en Córdoba el año que viene. Martín (Llaryora) tiene diferencias de fondo con el pensamiento de Milei. Eso no significa que no pueda dialogar por la gestión”, argumentó un ministro llaryorista.
El gobernador está encolumnado con el plan político de su antecesor Juan Schiaretti, que recorre el país para armar un nuevo partido nacional: Hacemos.
“Hoy hay dos polos opuestos: los libertarios y el kirchnerismo. Pareciera que no hubiera lugar para un espacio moderado, de centro, que es lo que está construyendo Schiaretti. Martín siempre pensó que, en ese armado nacional, ‘el Gringo’ debería ser candidato a senador por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), pero quien decide la estrategia nacional es Schiaretti”, razonan cerca del gobernador.
La apuesta nacional de Schiaretti para las elecciones legislativas del año próximo es retener los casi siete puntos que sacó el año pasado como candidato presidencial.
Para el exgobernador y también para Llaryora, aumentar esa cifra y llegar a los dos dígitos (10 puntos) en todo el país sería “éxito” en una elección nacional en la cual quien más arriesga es el presidente Milei.
Mientras tanto, Llaryora se concentra en la gestión, sin perder de vista el armando opositor provincial. Hay un nuevo actor local, los libertarios, que hoy no dejan de coquetear con Luis Juez y con el radical Rodrigo de Loredo.