Héctor “Pichi” Campana lo dice abiertamente: quiere ser el próximo intendente de Córdoba. Pero, como Secretario de Fortalecimiento Vecinal y Deportes, aclara: hoy no trabaja para eso.
A nivel político, mientras tanto, asegura que quiere que a Javier Milei le vaya “excelente”, pero que no por eso va a callar las críticas desde la Municipalidad.
–¿Va a ser candidato a intendente en 2027?
–Voy hacer un parangón con mi carrera deportiva. La pregunta sería: ¿te gustaría tirar la última pelota?, ¿te sentís capacitado para definir un partido? Sí. Me siento capacitado, quiero ser candidato y me gustaría ser intendente. La siguiente pregunta sería: ¿estás trabajando para eso? La respuesta es no.
–¿Por una cuestión de tiempo?
–Por la situación que vive la gente, por la que se vive políticamente y, por lo menos en mi caso, porque tengo una responsabilidad de gestión muy importante, en áreas con mucho trabajo territorial. No tengo tiempo ahora en pensar eso y me estaría equivocando si lo hiciera. Después, la gente decidirá si ve que yo puedo hacer las cosas bien, si tengo capacidad. Por supuesto, me siento con mucha experiencia.
–¿Cómo se sienten en la gestión de Passerini con relación al apoyo de la Provincia?Se habla que no es buena la relación.
–La relación es buenísima. La gente de Córdoba votó y envió un mensaje: quiere trabajo en equipo. Particularmente trabajo muy bien con todas las áreas del gobierno de la Provincia. Es la forma de aprovechar mejor los recursos, de no dilapidarlos. Lo mismo con el área de Deportes. Esa es la manera. Antes, si eran de signo político distinto, por ahí duplicabas funciones. Antes tenías que mandar una nota y esperar una reunión... Y hoy levantás el teléfono y pedís:”Che, voy a hacer esto. Fíjate en ayudame”. Las cosas se solucionan mucho más fácil así.
–¿Ha sido más desafiante la situación de la convivencia con la gestión de Milei?
–Sí, ha sido muy desafiante por el tema económico. Siempre le explico a los ciudadanos, cuando vienen con sus reclamos, que lo que viven ellos en la vida diaria también lo vivimos nosotros en el municipio. Porque dependemos de la actividad económica, de que paguen los impuestos para después llevarles los servicios y las obras que necesitan. Nuestra gestión, de arranque, tuvo que sufrir la quita de los subsidios al transporte de manera intempestiva. Esa es la realidad. Y la tuvimos que asumir. Porque si bien se corrigió el precio del boleto de transporte, y se aumentó, la Municipalidad pone casi $ 10.000 millones por mes.
–¿Dónde se ubica con relación a Milei? Porque hay dos posturas: la de Llaryora, más dialoguista, y la de Passerini, más crítico.
-No lo veo como crítico. Lo que pasa es que no me tengo que callar cuál es la realidad por las decisiones nacionales y cómo impactan en la municipalidad de Córdoba. Por algo, el Gobierno nacional, en algún momento empezó a subsidiar. Porque, si no, coparticipemos todo y no vamos a tener ningún problema. Y si no, que quiten las retenciones, con las que nuestra provincia pone millones y millones de dólares.
–¿Cuál es su visión de Milei?
–Yo quiero que le vaya muy bien, quiero que le vaya excelente. El país no tolera otro fracaso. Obviamente, hay cosas que como dirigente político no puedo decir que me parezcan bárbaras... Porque, si de un día para otro, nos saca apoyo y nos obliga a destinar fondos que teníamos para otras prioridades, como en el caso del subsidio del transporte, ¡a eso tengo que decirlo! Pero no significa que uno quiere que le vaya mal, que uno es opositor o crítico. Digo la realidad.
– ¿El aspecto más beligerante de Milei, no le parece importante?
–No es que no me parezca importante, no le doy bola. Hay que terminar con eso de que uno tiene la verdad. Por eso escucho la gente, por eso me interesa lo que piensa el otro. Puedo hablar con alquien que piensa diferente.
Suoem
–¿Qué pasó con el Suoem? ¿Esperaba que llegara a este nivel del conflicto?
–No sorprende que se pongan beligerentas... Rubén (Daniele) está haciendo un poco de política. Y veo a algunos dirigentes políticos que no ponen las manos... Siempre opinan cuando están las malas.
–De Loredo, por ejemplo. Dijo que la gestión de Passerini era una de las peores de la historia.
–Cuando fue concejal podría haber apoyado. Ahora es opositor, y su tarea es posicionarse. Lo que puede decir es que fue un año difícil. Y vamos a mejorar, no tengo la menor duda. Me encantaría que intendentes radicales le den una visión. ¡Están viviendo lo mismo que nosotros! El ajuste fue, sobre todo, para provincias y municipios. Nos tuvimos que hacer cargo de servicios por los que la Nación ayudaba.
–¿Cuál es el aspecto más desafiante de ser intendente de Córdoba? ¿La relación con el Suoem?
–No. La relación con el gremio es una parte en la que hay discusiones por el salario, y después se terminó. La parte más desafiante es llevar a la ciudad los servicios que faltan. Lo empezó Martín Llaryora, con el apoyo de Juan Schiaretti; y ahora no tengo duda que lo hará Passerini. Pero se hace difícil explicarle al ciudadano que esta es la realidad económica que tenemos y que no podemos hacer todo lo que prometimos.