La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) comunicó su amenaza de cancelar vuelos en el período de alta demanda de las vacaciones de invierno, a raíz de la entrada en vigencia del decreto 378/25. En un comunicado oficial, el gremio afirmó que “hacen responsables a las autoridades gubernamentales que intentan con este decreto alterar el régimen aeronáutico y ello podría determinar las consecuencias mencionadas”.
Según APLA, a pocos días de finalizar el mes, las programaciones de vuelo para julio de varias flotas y empresas aerocomerciales aún no están disponibles. Atribuyen este retraso al decreto 378/25, al que tildan de “inconsulta, ilegítima e ilegal”. “Las empresas no saben a qué ajustar sus sistemas de programación y realizar las configuraciones necesarias en sus aeronaves para cumplir con una normativa como la indicada”, manifestaron.
El sindicato también apuntó contra la Subsecretaría de Transporte Aéreo, a la que acusa de “su falta de planificación al implementar una nueva regulación que no puede tener aplicación y que, en su caso, tendría un considerable impacto en las operaciones aéreas durante la alta demanda de las vacaciones de invierno”. APLA adelantó que “iniciará acciones judiciales” para frenar los efectos de esta normativa. Sin embargo, advirtió que la falta de previsibilidad ya está generando un escenario que provocará “cientos de cancelaciones” y problemas para miles de pasajeros que habían planeado sus viajes.
¿Qué dice el Decreto 378/25?
El decreto 378/25, implementado por el Gobierno a principios de mes, es una nueva reglamentación del Título V del Código Aeronáutico. Su objetivo es redefinir los “tiempos máximos de vuelo, períodos de descanso y excepciones para las tripulaciones de la aviación civil aerocomercial”. Según sus fundamentos, la función del Estado es “limitarse a garantizar el cumplimiento de los estándares de seguridad operacional”, en línea con los compromisos de Argentina ante la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
La norma establece un tope de “1000 horas anuales y 120 mensuales para pilotos”, y detalla los nuevos tiempos de servicio, descanso y vacaciones. También alcanza a los tripulantes de cabina y al transporte no regular. El texto prohíbe a cualquier explotador programar un vuelo, y a cualquier miembro de la tripulación aceptarlo o continuarlo, si con la dotación mínima requerida “se superan las 8 horas de vuelo” durante los tramos de 00 a 4:59 y de 20 a 23:59, o las “9 horas” para las franjas entre 5 y 19:59. En operaciones con “tres pilotos”, la operación debe cancelarse o reprogramarse si “se superan las 13 horas de vuelo”, y el límite se eleva a “17 horas” cuando hay “cuatro pilotos” a bordo.
En cuanto al descanso, el decreto fija que el “descanso mínimo para el tripulante de vuelo será igual a la duración del servicio previo”, con un piso de “diez horas consecutivas”. Adicionalmente, antes de iniciar un período de reserva o de servicio, el tripulante deberá haber contado con “al menos 30 horas de descanso” en base o fuera de ella, por cada período de “168 horas consecutivas”.
Para los “tripulantes de cabina de pasajeros”, el “tiempo máximo de servicio no podrá superar las 14 horas”, aunque “podrá extenderse a 16 horas” si se incorpora un tripulante adicional, o a “18 horas” si se suman dos. En estos casos, el “descanso mínimo también será de diez horas consecutivas”, y si se exceden los límites fijados, deberá otorgarse “un descanso compensatorio igual o mayor al tiempo de exceso”.
