La reconfiguración de las coaliciones electorales y la derrota del kirchnerismo dejó al peronismo cordobés en una posición inédita desde su creación como tal: hay condiciones para comenzar a desalambrar el tejido con el que se guareció del peronismo nacional.
La campaña nacional de Schiaretti lo ubicó en un lugar desconocido: su figura es conocida más allá de los límites provinciales.
La última encuesta de Zuban Córdoba ubica al gobernador saliente con una imagen positiva en todo el país de casi 49 puntos, apenas por debajo de Patricia Bullrich (52) y por encima de Javier Milei (48); con un crecimiento sostenido desde las Paso, cuando apenas el 23 por ciento veía con buenos ojos al cordobés.
Un porcentaje similar para Schiaretti arroja un estudio de la consultora Escenario, que ubica al exgobernador tiene una aprobación de 34 porciento de los consultados, con un diferencial positivo de casi 8 puntos, superado sólo por Milei, quien acaba de asumir.
Para Federico Zapata, uno de los directores de Escenarios, 2023 fue el año de la “salida nacional” del peronismo cordobés, desde donde “puede empezar a diseñar un nuevo patrón de proyección en el marco del crisis ideológica y política del peronismo ‘AMBAcéntrico’ referenciado en este kirchnerismo derrotado”.
Aún desconocido por la mayoría, Martín Llaryora da sus primeros pasos nacionales, con casi 14 puntos de aceptación y 11 de rechazo, aunque apenas lo conoce el 54.3 por ciento”. Los números del flamante gobernador cordobés son mejores que su competidor directo en la interna nacional peronista: Áxel Kicillof tiene una imagen negativa de 45 puntos, con poco margen para crecer por su alto nivel de conocimiento.
“Ya no es posible volver a alambrar políticamente la provincia. El peronismo de Córdoba, por más que lo quiera, ya no es más un actor político subnacional. En el marco de esta crisis del poder nacional, es ahora un actor político nacional”, dice el cordobés Federico Zapata, uno de los directores de Escenarios.
Ambas encuestas coinciden en que la campaña nacional, y en particular su desempeño en los debates, amplificó la figura de Schiaretti. “Si Rodrigo nacionalizó el cuarteto, Schiaretti logró nacionalizar los fundamentos del modelo de Córdoba”, dice Zapata.
En la encuesta de Zuban Córdoba –1.400 casos, todo el país–, Schiaretti emerge como la figura nacional por fuera del Gobierno de Milei más importante.
Desde Escenarios, Zapata pondera que Llaryora tiene, además del envión por la campaña nacional de Schiaretti, “mucho de cosecha propia” al haber sido el artífice de la doble derrota de Juntos por el Cambio en el kilómetro cero del macrismo, hechos que parecen fundantes en “la crisis de Juntos por el Cambio tal como lo conocimos hasta el tsunami de Milei”.
Las altas expectativas que genera el ajuste desatado por Javier Milei representan una incógnita respecto de cuánto durará la “luna de miel” con aquella mayoría que lo llevó a la Rosada.
Expectativas por el resultado del ajuste
De acuerdo con el estudio de Escenarios, “la derrota categórica del peronismo le otorga a Milei una ventana de oportunidad clave (¿tres meses? ¿seis meses? ¿un año? ¿más de un año?) para lanzar un proceso reformista que podría basar parte de su éxito en la baja legitimación corporativa de las instituciones del peronismo realmente existentes (sindicalismo, movimientos sociales, kirchnerismo puro) para intervenir en el conflicto social con cierto nivel de aprobación ciudadana”.
El tiempo de esa “ventana de oportunidad” es una de las grandes incógnitas. Zuban Córdoba dice que el 27 por ciento le otorgará tres meses de plazo para ver señales positivas; un 11 por ciento extiende el período a seis meses; y 10 por ciento a un año. En otras palabras: casi la mitad quiere ver resultados en no más de 12 meses.
Sin embargo, otros indicadores muestran que hay cierto aval a la narrativa del ajuste primero: 66 por ciento dice que como a todo gobierno nuevo, hay que darle un tiempo; casi 50 por ciento ve luz al final del túnel; y el 75 por ciento es consciente de que el ajuste lo hará la gente. Los números son del último estudio de Zuban Córdoba.
Para Zapata y Pablo Touzon, los directores de Escenario, la luna de miel es un “tema delicado” en términos sociales porque fue planteado como “disputa política central” del nuevo Gobierno “al colocar a los jóvenes como capital social genuino frente a esa ‘casta piquetera’ que ‘manipula’ la protesta social”.
“El éxito o fracaso de esta puja cultural en torno al conflicto social es una moneda que estará en el aire durante los primeros meses del gobierno de Milei”, advierten Zapata–Touzon, a horas de que el movimiento piquetero nacional lance una movilización pese a la amenaza de Patricia Bullrich de aplicar un “protocolo” para impedir los cortes de calle.
¿Podrá Milei hacer que funcionen aquellas fórmulas libertarias que motivaron el “probemos con éste”? “Para Milei llega la hora de pasar sus novedosas consignas libertarias por el filtro de una fórmula política ‘argentina’ que, a través de una nueva gobernabilidad, lleve su éxito económico hasta la puerta de la casa de cada uno de los argentinos castigados por estos diez años de crisis, y no morir en el intento como Cristina, Macri y Alberto Fernández”, concluye Escenario.
En este contexto de plena incertidumbre y un ajuste sin anestesia, de shock, el peronismo cordobés espera su turno en las gateras. Antes tendrá que demostrar que en la crisis que se avecina puede defender un modelo desarrollista; una alternativa a la motosierra.