La Municipalidad de General Alvarado, cuya principal ciudad es Miramar, aplica una tasa fija a cada juego, aparato o atracción en salones y espacios de entretenimiento.
La medida está prevista en el Artículo 55 de la ordenanza fiscal e impositiva vigente para 2025 y establece un monto uniforme por equipo, independientemente de la actividad que genere, según lo informado por Infobae.
Especialistas advierten que el esquema representa una presión financiera inusual para numerosos comercios locales.
Tasa al metegol en Miramar
La normativa determina que cada metegol tributa $ 3.500 por mes durante la temporada alta, que comprende enero, febrero, marzo y diciembre. Entre abril y noviembre, el monto se reduce a $ 1.750 mensuales.
El tributo no diferencia entre tipo de local, flujo de visitantes o tamaño del negocio. Un metegol tributa lo mismo en un salón de playa que en un comercio de menor escala.
La tasa también alcanza a calesitas, mesas de billar, autitos chocadores, canchas de bowling y juegos electrónicos, con valores variables según el tipo de atracción.
Una calesita tributa $ 9.800 mensuales en temporada alta. Los autitos chocadores figuran entre los de mayor carga: $ 73.780 por pista en los meses de mayor actividad.
Críticas al esquema uniforme
Fuentes del Municipio de General Alvarado señalaron que la tasa corresponde a un “derecho a los Espectáculos Públicos”, aplicado a establecimientos grandes como Pibelandia y Sacoa.
Sin embargo, el consultor Damián Di Pace, titular de Focus Market, cuestionó el criterio: aplicar una tasa por cada elemento sin contemplar su nivel real de actividad es, afirmó, una decisión “técnicamente pobre y económicamente regresiva”.
El modelo es uniforme para todos los contribuyentes, sin distinción por características, dimensión, ingresos o rentabilidad estacional. La fuente imponible es el objeto —el juego o la pista— y no la facturación.
Impacto en la inversión local
Di Pace sostuvo que este tipo de estructuras impositivas reflejan una “desconexión preocupante” entre la regulación y el funcionamiento del sector.
Advirtió además que, lejos de generar condiciones favorables, “asfixia” a los comercios con cargas fijas.
Los negocios con inventarios amplios son los más afectados, ya que deben tributar por cada dispositivo incluido en la oferta. En el caso de los peloteros, los valores van de $ 12.670 a $ 24.570, según su longitud.
El esquema mantiene una correlación directa entre cantidad de juegos y carga fiscal, lo que desalienta la diversificación de propuestas. Cada incorporación supone un monto adicional inmediato.
Este modelo, vigente desde hace varios años en el municipio de Miramar, no introduce escalas por actividad ni categorías diferenciadas, lo que mantiene la presión sobre el sector.
