Esta vez no fueron los “87 los héroes”, como el presidente Javier Milei calificó a quienes ratificaron el veto a la ley de movilidad jubilatoria. Fueron 85 los que acompañaron al oficialismo para avalar ayer el veto a la ley de financiamiento universitario, pero también hubo ausencias, apoyos y abstenciones que favorecieron lo que fue otro costoso triunfo de los libertarios en la Cámara Baja.
Lo de costoso tiene que ver con que los gremios universitarios docentes declararon un paro en las universidades y los estudiantes amenazan con prolongar los reclamos en contra del Gobierno libertario.
La caída de la ley de financiamiento universitario no terminó con el conflicto en las universidades.
La ratificación del veto presidencial a la ley que había impulsado el radicalismo tuvo cambios de votos, faltazos y polémicas. Los legisladores cordobeses no estuvieron al margen de estos dimes y diretes.
Los cinco diputados nacionales que responden al gobernador Martín Llaryora y a su antecesor Juan Schiaretti también estuvieron bajo la lupa.
El martes por la mañana, la diputada Alejandra Torres, una abogada que trabajó en las gestiones provinciales de Schiaretti y la municipal capitalina de Llaryora, informó a sus pares de bancada, y también de manera pública en sus redes sociales, que se ausentaría de la decisiva votación de ayer, porque padecía Covid.
El anuncio de la cordobesa generó revuelo entre los que impulsaban el rechazo al veto presidencial. También dudas en algunos de sus compañeros de bancada.
La pareja del economista Osvaldo Giordano, eyectado en febrero pasado de la jefatura de la Anses por el propio presidente Milei, cuando se enteró de que Torres rechazaba la “ley ómnibus”, quedó otra vez en el ojo de la tormenta.
En diálogo con La Voz, la diputada se mostró muy afectada por las sospechas que lanzaron algunos de sus pares, y sobre todo, los duros insultos que recibió en las redes sociales.
“Envié el certificado de mi Covid positivo y el diagnóstico de otra enfermedad de base, más complicada. Es muy duro cuando te cuestionan en las redes y también sentís que colegas dudan de tu palabra. Creo que fui muy clara en mi postura pública de rechazo al veto a la ley de financiamiento universitario”, expresó Torres, sin ocultar su angustia, en una charla telefónica con este medio.
El schiarettista Carlos Gutiérrez fue el único de sus pares del bloque que responde al oficialismo provincial, que opinó. “Mandó un certificado médico para demostrar que no pudo viajar. Dijo de manera pública que estaba en contra del veto presidencial. ¿Qué más puede hacer? Además, su ausencia no fue determinante en la votación final”, manifestó el riocuartense.
Los otros diputados del oficialismo cordobés (Ignacio García Aresca, Juan Brügge y Natalia de la Sota) prefirieron el silencio. Una ventana abierta a las dudas.
Otros legisladores que no son cordobeses difundieron que Alejandra Torres se había reunido el lunes pasado con Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados.
Torres negó de manera terminante haber viajado esta semana a Buenos Aires.
Tal vez, las dudas se generaron porque la diputada había anunciado que participaría de la jornada “Mesa de Diálogo para el Consenso”, que se iba a realizar el martes por la tarde, en Capital Federal.
Torres luego comunicó en sus redes que no iba a participar de esa disertación por el problema de salud que atravesaba, que también le impidió ir al Congreso.
Revuelo radical
El radicalismo salió otra vez herido en la votación por otro veto presidencial. Algunos diputados volvieron a respaldar al Gobierno, como ocurrió con la ley de movilidad jubilatoria.
El bloque que preside el cordobés Rodrigo de Loredo sufrió deserciones, que seguramente alimentarán la interna radical.
El cordobés Luis Picat, quien se había ausentado en la aprobación de la norma que aumentaba el presupuesto universitario para este año, ayer fue más allá: votó en contra de la ley impulsada por su partido.
En el bloque radical habían acordado que los temas se debatían de manera interna, y si no había consenso se votaba. Todos debían acatar el resultado y no se podía votar en contra de una decisión mayoritaria. Los que no estuvieran de acuerdo podrían ausentarse o abstenerse, nunca votar en contra de la mayoría.
Además de Picat, otros tres radicales desafiaron el acuerdo verbal.
El misionero Martín Arjol, el correntino Federico Tournier y el Tucumano Mariano Campero avalaron el veto.
Por su parte, entre los diputados cordobeses, el exmacrista Héctor Baldassi, y la camporista Gabriela Estévez, quienes no estuvieron en la votación de agosto pasado cuando se aprobó la ley, ayer votaron a favor de la norma y en contra del veto.
Más allá de los legisladores cordobeses, hubo 18 que cambiaron su voto en favor del Gobierno para sostener el veto, pero 30 que se habían abstenido o estuvieron ausentes, ayer votaron en contra del veto presidencial. No les alcanzó.
