La economía argentina, a nivel macro, está consiguiendo un orden que los industriales cordobeses valoran. Sin embargo, el comienzo de 2025 encendió señales de preocupación: hubo una “caída continua y generalizada en la rentabilidad de las empresas”.
La cita pertenece a las conclusiones del último informe publicado por la Unión Industrial de Córdoba (UIC), con datos relevados en febrero de este año.
Según el estudio, los industriales -desde los micro emprendimientos hasta los grandes- observan una mejora en la organización interna de las empresas y en los procesos administrativos, “impulsada por una mayor estabilidad macroeconómica”. En ese contexto, el principal desafío aparece con la caída de la rentabilidad, “debido, en parte, al fuerte aumento de los costos” (especialmente los salariales) y también a la “contracción de la demanda local”.
Como resultado de esta situación, la UIC reveló que fue necesario reducir tanto la producción como los niveles de stock.
En cifras: el 48% de las industrias perdió rentabilidad en lo que va del año, y el 41% de los empresarios indicó que, en el último trimestre, la demanda en el mercado nacional se contrajo. Ese mismo 41% también aseguró haber disminuido su nivel de producción respecto al trimestre anterior (solo un 22% lo incrementó).
No obstante, en la comparación interanual, la mayoría percibe una mejora y un repunte en la producción.
En ese marco, y a pesar de las dificultades, el 71% de los industriales se muestra optimista respecto a todos los indicadores para el resto de 2025. En el sector ya se habla de una “recuperación sostenida”.
Un arranque con obstáculos
Según la UIC, el año comenzó con la industria enfrentando un “contexto desafiante”, especialmente porque “una amplia mayoría” de las empresas reportó caídas en la producción y en la demanda interna. A esto se suma que se frenó la liquidación de stock respecto al último trimestre de 2024.

Entre las causas, el informe menciona el arrastre de la contracción económica del año anterior, la cautela con la que se mueven los consumidores y la desaceleración del consumo que deriva de ambas.
En cuanto a la inversión y al mercado externo, el comportamiento fue dispar: mientras algunos sectores experimentaron crecimiento, otros registraron caídas.
Un dato positivo se observó en la cadena de pagos: hubo una mejora en comparación con períodos anteriores, ya que la mayoría de las industrias logró cumplir en su totalidad con el pago de salarios y a proveedores. Además, los compromisos financieros muestran un panorama más saludable.
¿El problema? Las tarifas públicas y la presión impositiva siguen generando un escenario más rezagado, advirtió la entidad.
“Las variables se van alineando”
“Las variables se van alineando”, afirma Luis Macario, presidente de la UIC, quien enumera algunos logros del Gobierno nacional: “Hay equilibrio fiscal y comercial, se normalizaron los pagos de importaciones, bajó la inflación y la brecha cambiaria, se redujo la tasa de interés y aumentó el crédito”.
Y aunque la UIC alertó sobre la caída de la rentabilidad y del consumo, Macario sostiene que el sector es “bastante realista” sobre el tiempo que llevará una recuperación plena. “Que se esté por la senda correcta no implica que se hayan resuelto todos los problemas. Ordenar al país llevará más de un año... quizá un período presidencial, o dos”, subraya. Y agrega: “Sobre todo, si se tiene en cuenta desde dónde arrancó Milei”.
A la crisis económica se le suma este año un componente extra: las elecciones legislativas. Macario dice no temerle al proceso porque “este es un Gobierno completamente distinto a todos” y, cuando “aprieta el acelerador de las reformas, va hacia adelante”.
Por eso, espera avances en una agenda de competitividad que incluya una baja de impuestos, donde “hay mucho por trabajar”.
En ese sentido, aunque reconoce que el dólar quedó “algo atrasado”, Macario no es partidario de una devaluación. “Hay que plantear un plan de reformas estructurales”, reclama, y destaca algunas medidas recientes, como la nueva legislación laboral incluida en la Ley Bases.
Córdoba, con su propia agenda
Córdoba presenta un escenario particular, marcado por polémicas, como la suba de impuestos a comienzos de año. Si bien un 10% de las empresas goza de promoción industrial, la mayoría debe afrontar una doble presión impositiva: la nacional (IVA y Ganancias) y la provincial (Ingresos Brutos).
“Llaryora es diferente a Milei, sobre todo en lo ideológico. En algunas cosas coincido, y en otras no. Pero hay que reconocer que Córdoba ha sufrido recortes importantes desde Nación, y el Estado provincial tiene que seguir funcionando”, analiza Macario.
Desafíos por delante
De cara al futuro, la UIC identifica dos grandes obstáculos para el desarrollo industrial: la caída de la demanda y el aumento de los costos. Al hablar de costos, se refiere especialmente al salario y al precio de la materia prima nacional.
La combinación de ambos factores produjo una baja en la tasa de rentabilidad general. Ante ese escenario, los industriales consideran necesario adaptarse al nuevo marco macroeconómico para superar las dificultades.
Si ese contexto cambia y se logran superar las principales barreras, el panorama podría mejorar sustancialmente. Así lo cree el 69% de las empresas, que considera que “este es un buen momento para invertir en productos y procesos”.