El primer año de gestión del intendente de Córdoba, Daniel Passerini, estuvo signado sin anuncios de obras estridentes debido al contexto económico nacional, en el que la administración municipal se vio impactada por el recorte de los subsidios al transporte, la caída en la recaudación del orden del 20% y el pago de los compromisos de deuda.
Para 2025, el intendente ya tiene la aprobación en primera lectura del paquete presupuestario en sintonía con el Gobierno provincial. Passerini buscará contener el 45% de gasto en sueldos, porcentaje que se registró después de los ajustes que comenzaron en la anterior gestión de Martín Llaryora.
Esta premisa de ahorro en salarios que se impuso en 2024, y que tendrá continuidad el año próximo, es lo que le trajo más de un dolor de cabeza a la gestión passerinista
Al intendente le costó en este último tramo del año más de un mes de asambleas de los empleados municipales, las que finalmente cedieron -no sólo por la intervención de la Secretaría de Trabajo provincial- sino por el reciente acuerdo con el Suoem, con un pago a cuenta de un 10,25% remunerativo, y con la obligación que en enero se retomen las negociaciones.
Tal vez no será un verano calmo, no sólo por la pelea salarial con el Suoem, sino por la puesta en marcha del Ente de Fiscalización y Control. Un órgano que Passerini está dispuesto a que funcione cuanto antes, pero que en febrero pasado para su aprobación, tuvo su primer encontronazo fuerte por el rechazo del gremio de los municipales.
Transporte, al límite
El transporte fue el otro tema que demandó buena parte de la atención del nuevo intendente. El recorte de los subsidios nacionales impactó de lleno e hizo que Passerini se pusiera al frente de una pelea federal con otros intendentes, en contra de la decisión del presidente Javier Milei, en un tono algunas veces más combativo que el propio gobernador Llaryora.
Las quitas en las compensaciones del transporte hicieron que en su administración el boleto pasará de 240 pesos a 340 y después llegara a 700. Luego trepó a 940 y ahora se ubica al final del año en los 1.200 pesos.
En ese primer tiempo, Passerini debió cambiar su plan original y le pidió la renuncia a quien era el secretario de Movilidad, Gabriel Bermúdez, al conocer que se presentó una denuncia por supuesto acoso en contra de su entonces funcionario. Rodrigo Fernández, uno de sus hombres de máxima confianza del intendente, sumó responsabilidades a su rol de secretario de Gobierno.
A este combo, se le sumó el deteriorado estado de la flota de Ersa y la decisión en marzo de la salida de esos corredores. El desafío fue sostener a Tamse, sumar colectivos y continuar con la privada Coniferal.
Su apuesta en 2025 será poner en práctica el transporte metropolitano, que pasará también por una coordinación con otros municipios desde el Ente Metropolitano.
Compromisos de pago
A tres meses de asumir, el intendente resolvió que se concretara una emisión extraordinaria de Letras del Tesoro. Tomó $ 30 mil millones de pesos a 360 días, a una tasa cercana al 78%. La colocación fue a tasa Badlar más 6,99 puntos y las ofertas de financiamiento fueron por más de $ 40 mil millones.
De esa forma, Passerini se preparó para comprar los 25 millones de dólares que necesitaba para pagar el primer vencimiento en dólares. Se trató de la cancelación de la primera cuota de capital del bono por 150 millones dólares emitido en 2016, por el entonces intendente radical Ramón Javier Mestre.
En septiembre, la Municipalidad de Córdoba tuvo que volver al mercado a pedir pesos para pagar la segunda cuota de la deuda externa, que demandará 50 millones de dólares anuales durante los cuatro años de la administración de Passerini.
Este fue también un tema central en el primer año de gestión de Passerini, al tener que afrontar un pago de un endeudamiento de la gestión radical, al que Llaryora, como intendente, reestructuró, pero le quedó el pago al actual intendente peronista.
Para el próximo año, la situación tampoco será fácil porque deberá cumplir con otras dos cuotas, por un valor aproximado de 56 millones de dólares.
En lo que hace a la proyección presupuestaria para 2025, el intendente definió un 63% más de gastos totales, que lo planificado al cierre del ejercicio 2024. En total, estimó un monto de $ 1,39 billones, destinados -según la misma gestión- “a potenciar la competitividad de la ciudad, generar empleo, mejorar el acceso a los servicios básicos e incorporar tecnología”.
Obra, en espera y anuncios en pavimento
La baja en la recaudación, junto con el impacto de recortes de partidas y el contexto nacional hicieron -según la versión de los funcionarios municipales- que se triplicara la asistencia social y la atención en salud. La obra a gran escala no fue la característica de este primer año de Passerini.
En los próximos días, el Gobierno provincial y el municipio capitalino presentarán un plan de 800 cuadras de pavimento y cloacas. Será la inversión más grande para la ciudad en este primer tramo de quien fue el viceintendente de Llaryora.
Esto también forma parte de una demanda sostenida por parte de los barrios por los desbordes cloacales y el mal estado de las calles que no alcanzaron a tener mantenimiento. Algo que también le achaca la oposición, además de cuestionarle la continuidad en la emergencia municipal y la toma de deuda.
Entre las obras, se inició con Provincia la construcción de un viaducto que permitirá la salida del barrio Valle Escondido hacia el centro de la ciudad, en el extremo oeste del ejido municipal; y el ensanche de la avenida Ejército Argentino en el sentido entrante a Córdoba. Y en agosto, Passerini firmó el contrato para la ejecución de un desagüe pluvial en avenida Sagrada Familia, que impactará en ocho barrios de la zona oeste.
Además, se sumó el CPC General Paz en una puesta en valor del entonces centro cultural. En este tema, la ciudad llegó a tener 17 CPC y más cantidad de programas de participación vecinal.
Entre sus promesas de campaña, Passerini logró poner en marcha el programa de salud integral para personas en tratamiento por adicciones, un circuito de salud integral para aquellos que ya se encuentran bajo acompañamiento, y que buscará ser el sello de la gestión del intendente, en un primer año marcado por el impacto del contexto nacional.