A poco más de tres semanas para la interna peronista, prevista para el 17 de noviembre (que por estas horas ingresó en un cono de incertidumbre), en el PJ nadie habla de la disputa entre los dos candidatos a conducir el partido. El tema de discusión es la fuerte pulseada entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof.
El gobernador bonaerense ya aclaró que él no respalda al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, el rival de la expresidenta en la posible elección interna nacional del PJ.
Pero antes, lo urgente. A esta hora (sábado al mediodía), la interna peronista está en dudas. Se trataría de la primera en casi 36 años, ya que la última se dio entre Carlos Menem y Antonio Cafiero en 1988.
Las dudas sobre la realización surgieron luego que la junta electoral del PJ le diera 24 horas al sector que lidera el gobernador Quintela para que presente 14 mil avales que faltarían.
Desde el entorno del riojan aseguran que la junta electoral del partido, hegemonizada por el kirchnerismo, no brinda las condiciones para realizar la elección interna
“Con la cantidad de urnas que está por disponer el PJ nacional, muchos de los votantes en el interior van a tener que viajar más de 100 kilómetros para poder votar. En esa condiciones es imposible una interna. Sólo se votará en el conurbano bonaerense, donde reina Cristina”, describió alguien del equipo de campaña de Quintela.
No obstante, por ahora, la elección interna está confirmada para el tercer domingo del mes próximo. Aunque este sábado será determinante para saber si finalmente se concretará.
Interna bonaerense
Volviendo la disputa que tiene como epicentro la provincia de Buenos Aires, hay una pelea que es pública entre Kicillof y el líder de la agrupación La Cámpora, Máximo Kirchner.
Está claro que en medio de la áspera pelea entre el gobernador bonaerense y el diputado nacional, que viene desde hace tiempo, Cristina Kirchner se inclinó por su hijo.
Hay algunos datos políticos que surgen en esta pulseada bonaerense. Kicillof tiene dos cuestiones centrales para no apoyar a Cristina Kirchner, como nueva presidenta del PJ nacional.
Kicillof aspira a ser candidato presidencial en 2027 y llegaría muy debilitado, creen en su entorno, en caso de no tomar cierta distancia de la expresidenta.
“Luego del fracaso del experimento de Alberto Fernández, si Axel no deja de ser el ahijado político de Cristina, no tendrá chances de ser el próximo presidente”, consideró un dirigente cordobés que está trabajando en el equipo de Kicillof.
Por otro lado, cuando CFK impulsó a Kicillof como gobernador bonaerense, y el año pasado, su reelección, la lista de candidatos a diputados y senadores provinciales quedó en manos de Máximo Kirchner.
Esta situación genera que hoy Kicillof tenga serias dificultades en la Legislatura bonaerense para imponer sus proyectos de leyes.
Además, de los dirigentes camporistas que responden a Máximo Kirchner, la expresidenta también le cedió varios lugares a dirigentes que responden a Sergio Massa.
El excandidato presidencial hoy mantiene una alianza política con Máximo Kirchner y tiene una relación distante con el gobernador bonaerense.
Sin retorno
Más allá que faltan varios días para la interna nacional peronista, en el principal partido de oposición aseguran que “no tiene retorno” la relación entre Cristina Kirchner y el gobernador bonaerense.
La expresidenta siempre consideró a Kicillof como su heredero político natural, pero ahora no le perdona que no la apoye para conducir al partido.
Si bien no lo dijo en público, CFK mandó a sus principales dirigentes para que difundieran lo tratado en una reunión reservada, en la cual la expresidenta calificó directamente de “traidor” a Kicillof.
Esa reunión se realizó el 18 de octubre, el día después del festejo del Día de la Lealtad Peronista, cuando Kicillof encabezó su propio acto, en Berisso, ante más de 30 mil personas.
Cristina Kirchner esperó a último momento que el gobernador bonaerense le brindara en ese acto el respaldo a su aspiración de conducir el PJ nacional. Kicillof no lo hizo. Sólo se pronunció por la unidad del peronismo nacional.
“Axel, que le debe su carrera política, y ser gobernador a Cristina, ahora duda entre ella y Quintela ¿Es lógico eso? No hay dudas de que él (Kicillof) jugará para el riojano en la interna”, aseguran los cristinistas, con sentido común.
Las posiciones parecen irreductibles. Cristina Kirchner cree que Kicillof es un “traidor” y un “desagradecido”.
Mientras que el gobernador bonaerense está convencido que se terminó el ciclo de hegemonía de la expresidenta. De allí, la definición de Kicillof de unos meses atrás, cuando habló de hacer “canciones nuevas”.
“Perón, Evita, Néstor y Cristina son los momentos más gloriosos de nuestro país. Pero hay que darle un carácter de época nuevo al movimiento que condujeron esas figuras centrales del peronismo. No hay que hacer como las bandas de rock que tocan grandes viejos éxitos. Hay que componer una canción nueva, no una que sepamos todos”, dijo Kicillof, tres meses atrás, motivando a la militancia peronista a ver más allá de Cristina Kirchner.
A aquella frase del mandatario bonaerense, que ya está en los manuales de historia política, La Cámpora le respondió en distintos actos, con una estrofa hiriente –sin dudas– dirigida a Kicillof.
“Cristina es la conducción, Vamos a ver si lo entienden / Somos soldados de Perón, Y la Patria no se vende / Yo siempre te voy a seguir, No me importa lo que digan / Y si querés otra canción, Vení te presto la mía…”, cantaron los militantes de La Cámpora en los últimos actos políticos.
La fractura entre Cristina Kirchner y Kicillof es expuesta. Y va más allá de la discusión del liderazgo de la conducción del PJ nacional.
Para el gobernador bonaerense fue la excusa para tratar de salir debajo del brazo de CFK. Mientras que la expresidenta se aferra a su liderazgo en el conurbano bonaerense para seguir siendo la opositora al presidente Javier Milei, con la voz más potente.
