En un contexto de creciente tensión en Medio Oriente, Argentina intensificó medidas de seguridad en objetivos vinculados a la comunidad israelí en todo el país, incluyendo la provincia de Córdoba.
Esta decisión ocurre tras el ataque de Estados Unidos contra tres sitios de enriquecimiento de uranio iraníes, Fordo, Natanz e Isfahán, lo que escaló el conflicto entre Israel e Irán.
Refuerzo de seguridad a nivel nacional
Como medida preventiva, el pasado 13 de junio Israel ordenó el cierre de sus embajadas en todo el mundo, incluyendo la sede diplomática en Argentina, aunque se aclaró que esta acción no responde a una amenaza específica contra el país, sino a una precaución general.
La decisión coincide con el reciente viaje del presidente argentino, Javier Milei, a Jerusalén, donde reafirmó su apoyo “incondicional” al gobierno de Benjamin Netanyahu y expresó su intención de trasladar la Embajada argentina a Jerusalén. Este fuerte alineamiento con Israel y Estados Unidos genera preocupación en algunos sectores, ante la posibilidad de “eventuales represalias”.
En respuesta a esta escalada, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, instruyó el incremento de la seguridad en la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia) y en diversas instalaciones de la comunidad judía, como colegios, clubes y templos religiosos.

El nivel de alerta se elevó a “intermedio” ante posibles escenarios de riesgo. La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia), a través de su Departamento de Asistencia Comunitaria (DAC), activó un protocolo de seguridad y estableció un plan de acción conjunta con fuerzas de seguridad nacionales y locales, solicitando a la comunidad reportar cualquier situación sospechosa.
La Daia también expresó su respaldo al Estado de Israel “en su misión de resguardar la vida de su pueblo ante una amenaza global”.
Existe una “estrecha coordinación con la inteligencia israelí y estadounidense”, ya que la condición de Argentina como aliada de ambos países la convierte en un “potencial blanco” de ataques.
El Ministerio de Seguridad argentino, informaron, trabaja en conjunto con el Ministerio de Defensa a través de sus direcciones de Inteligencia Criminal y Estratégica Militar. Además, se implementaron refuerzos en las fronteras con Bolivia, Brasil y Paraguay. La preocupación se fundamenta en los antecedentes de los atentados terroristas de 1992 y 1994 contra la Embajada de Israel y la Amia en Buenos Aires, respectivamente, atribuidos al grupo Hezbollah, aliado de Irán.
En Buenos Aires, la Policía de la Ciudad reforzó la seguridad en al menos 19 objetivos israelíes, incluyendo la embajada de Israel y la residencia del embajador, así como la sede de la Amia y las instituciones educativas judías. La seguridad de la embajada de Estados Unidos en la capital argentina también fue reforzada.
El escenario en Córdoba
La provincia de Córdoba también tomó medidas significativas para reforzar la seguridad. El ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, confirmó que “cada situación donde hay conflicto en Medio Oriente, se refuerzan objetivos respecto a todo lo que es la comunidad judía israelí”.
Lo hizo en diálogo con Radio Mitre, este lunes por la mañana. En este sentido, informó que se implementaron “siete puntos reforzados con la policía antiterrorismo” en la provincia.
Además de la capital, Quinteros mencionó que las medidas de seguridad se extienden a otras localidades, con refuerzos específicos en Villa María y Río Cuarto.
Explicó que el aumento de la vigilancia es una “respuesta automática” ante el agravamiento de ciertos escenarios internacionales que puedan tener repercusiones locales, y que el refuerzo fue dispuesto de manera preventiva antes de recibir un requerimiento formal de la Daia, con quienes ya se mantenía contacto. Esto incluye una mayor presencia policial en sinagogas, escuelas y otros espacios vinculados a la colectividad judía en la provincia.