Manuel García Mansilla, que había asumido su puesto en la Corte Suprema de Justicia el pasado 27 de marzo, presentó este lunes por la mañana la renuncia indeclinable a su cargo.
Lo hizo a través de un extenso escrito, 39 días después de haber jurado en el alto tribunal. En este, remarcó la urgencia de cubrir las vacantes en el máximo tribunal e hizo hincapié en la grave crisis institucional generada por la falta de integración del máximo tribunal y la inacción de ciertos sectores de la política.
El abogado y catedrático había sido nombrado por decreto por el presidente Javier Milei.
Qué dijo Manuel García-Mansilla en su renuncia
En el escrito, García-Mansilla enfatizó que aceptó el nombramiento en comisión con la firme convicción de que la falta de integración de la Corte Suprema constituía un “grave problema institucional que requería una solución urgente”.
El abogado señaló que al momento de su designación, existían dos vacantes en la Corte, que se encontraba reducida a solo tres miembros desde el 29 de diciembre de 2024, una de las cuales llevaba más de tres años sin ser cubierta.
En este marco, advirtió sobre la “errónea creencia” de que la Corte Suprema puede funcionar adecuadamente con solo tres jueces, calificándola como un “espejismo institucional que puede causar un daño incluso mayor”.
A su vez, apuntó que el recurso a conjueces no es la solución ideal, afectando la cantidad, el ritmo y la coherencia técnica de las resoluciones. Esta demora, según García-Mansilla, impacta directamente en la vida de los ciudadanos al dilatar la resolución de sus disputas, contribuyendo a la acumulación de unos 90 mil expedientes pendientes en la Corte.
García-Mansilla criticó la demora del Senado y a la “indolencia olítica”
Un punto central de la renuncia fue la crítica a la actitud del Senado de la Nación. García-Mansilla lamenta que, a pesar de haber sido nominado el 20 de marzo de 2024 y de haber atravesado un “extenso proceso de participación ciudadana y audiencias públicas en el Senado”, su pliego nunca fue tratado ni votado. Así, calificó esta omisión como “mera especulación política” e insistió en que no existía ningún trámite pendiente para que el Senado se pronunciara.
A su vez, García-Mansilla denunció una “actitud de verdadera indolencia e indiferencia de algunos sectores de la política” que, al sostener la creencia errónea de que la Corte puede funcionar incompleta, terminan soslayando un problema institucional muy serio y ocultando la urgencia de la integración.
Corte Suprema: García-Mansilla justificó su designación temporal
El magistrado saliente también dedicó parte de su carta a defender la constitucionalidad de su nombramiento en comisión, amparándose en el artículo 99, inciso 19, de la Constitución Nacional. Recuerda que en la audiencia pública del 28 de agosto de 2024 en la Comisión de Acuerdos del Senado, defendió esta postura, basándose en antecedentes históricos y jurisprudenciales.
García-Mansilla respondió a las acusaciones de haber engañado a los senadores respecto a su postura sobre los nombramientos en comisión.
Afirmó que nunca dijo que jamás aceptaría un nombramiento de este tipo bajo ninguna circunstancia y que sus declaraciones de 2015 fueron una reflexión retrospectiva sobre un contexto diferente al actual. Tras esto, remarcó que la situación en 2025 era diametralmente opuesta a la de 2015, destacando el proceso previo de participación ciudadana y escrutinio público que tuvieron los candidatos antes de su designación.
Tras el rechazo de su nominación por el Senado el 3 de abril, García-Mansilla explicó que, si bien las normas constitucionales y la doctrina de precedentes como “Dura”, “Lastra”, “Montero” y “Venini” le permitirían continuar en el cargo hasta el 30 de noviembre o hasta que se nombre un reemplazo con acuerdo del Senado, consideró que su permanencia “no ayudaría a que los responsables de integrar debidamente el Tribunal tomen consciencia de la seriedad de este problema y actúen en consecuencia”.
En este sentido, su renuncia se presentó como una medida para “facilitar que se agilice el proceso para que se cubran de una buena vez las vacantes que existen en la Corte Suprema”.
Un llamado a la independencia judicial y al compromiso institucional
Hacia el final de su misiva, García-Mansilla expresó su convicción de que la transformación de la República Argentina depende de un Poder Judicial “recto, decente e independiente”, integrado por jueces que apliquen estrictamente la ley. Lamentó la “incomodidad manifiesta de ciertos sectores con la posibilidad de que existan jueces independientes” y denunció la “inacción, la indolencia y el desprecio por la independencia del Poder Judicial” que, a su juicio, favorecen problemas como el narcotráfico y la corrupción.
El abogado cerró su carta como ciudadano, agradeciendo a sus colegas de la Corte y al personal del Tribunal, y reiterando su compromiso de haber desempeñado sus funciones de forma independiente, recta e imparcial.
Según concluyó, espera que su renuncia sirva de “advertencia” para que los poderes políticos dejen de lado las “mezquindades” y asuman su “responsabilidad institucional ineludible” para fortalecer un Poder Judicial independiente.