“Tenés que hablar con Karina. Quedate tranquilo, que yo te gestiono la reunión con ‘el Jefe”, le dijo el presidente Javier Milei a Luis Juez, en el saludo de despedida, luego de la cena a solas que mantuvieron el 15 de mayo pasado, en la quinta presidencial de Olivos.
Se sabe: el Presidente le dice “el Jefe” a su hermana, Karina Milei, la influyente secretaría General de la Presidencia.
El martes 23 de julio, el día antes de que los hermanos Milei viajaran a París para asistir a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, Karina Milei recibió al senador cordobés en su poco visitada oficina en la Casa Rosada.
Según fuentes del juecismo, la reunión duró una hora y media. Juez fue muy escueto con sus íntimos sobre los temas abordados. Pero hay una definición que resonó ante pocos testigos en el estudio jurídico del senador, sobre calle Corro de la capital cordobesa.
“Karina tiene mala prensa. De la charla me fui convencido de que es una mujer muy inteligente y con mucho sentido común. Y tiene muy claro su objetivo, que no es poco en política: sólo trabaja para que a su hermano le vaya bien”, les resumió Juez a sus colaboradores más cercanos.
La reunión tiene una fuerte connotación política, porque más allá de ser uno de los puntales de la gestión libertaria, la hermana del Presidente es la responsable del armado de la estructura de La Libertad Avanza en todas las provincias.
Si el Presidente le gestionó una cumbre a Juez con su hermana, la primera conclusión es que fue para hablar del año electoral que se avecina.
Con sus pocos dirigentes de confianza, Juez fue moderado a la hora de filtrar el contenido de la conversación, sobre todo respecto de Córdoba.
“Karina Milei va a armar La Libertad Avanza en todas las provincias. El Presidente quiere tener una estructura propia en todo el país. Es inteligente esa estrategia. Córdoba no será la excepción, y seguramente será una las prioridades, porque esta provincia sigue siendo donde mejor le va al Gobierno nacional”, habría dicho el senador, dejando claro que, al menos por ahora, no será el referente de Milei en Córdoba.
La otra definición que Juez les transmitió a sus más cercanos es que no hablaron de candidaturas para el año que viene.
“No hablamos de Córdoba, y menos de candidaturas. Los Milei tienen claro que la prioridad es la gestión. Sin buenos resultados en la gestión, será complicado el futuro electoral del Gobierno. A eso lo tienen muy claro”, se fue Juez por la tangente, ante la ansiedad de sus interlocutores juecistas.
El convulsionado escenario cordobés
De cara a los comicios legislativos nacionales del año próximo, en Córdoba el oficialismo y la oposición navegan en la incertidumbre.
Un poco más claro es el panorama en el PJ local que lideran el gobernador Martín Llaryora y su antecesor Juan Schiaretti.
Más allá de la extraña versión que alimentan los llaryoristas sobre una hipotética candidatura porteña de Schiaretti, lo concreto es que el exgobernador es el mejor candidato que el oficialismo provincial tiene para enfrentar a los libertarios,. También a lo que quedó de Juntos por el Cambio, el espacio más convulsionado.
Al margen de especulaciones y operaciones, la mejor fórmula del “partido cordobés” que pregona Llaryora sería Schiaretti-Myrian Prunotto.
Un peronista y una radical disidente serían la mejor representación para el espacio, con aires de hegemonía, que intenta construir el gobernador.
También sería una salida decorosa para la vicegobernadora, ante la inquietud creciente de los peronistas, que se resisten a ser conducidos en la Legislatura por una dirigente radical.
Los libertarios tendrán en Córdoba candidatos propios, los que decidan el Presidente y su hermana. También los hermanos resolverán eventuales alianzas.
La gran incógnita es hoy el principal espacio de oposición local. Juntos por el Cambio dejó de existir a nivel nacional, pero en Córdoba se sostiene, pese a los embates del oficialismo y la inagotable interna radical.
Juez y Rodrigo de Loredo se muestran juntos para las fotos, pero esa alianza depende de cómo se resuelva la interna radical.
Lo más probable es que De Loredo se quede con la conducción de la UCR provincial. Después deberán decidir si mantienen la alianza electoral con Juez, y de qué modo.
De Loredo debe renovar su banca de diputado nacional en 2025, mientras que Juez tiene mandato como senador hasta 2027. El dirigente radical también observa el escenario nacional del radicalismo, conducido por Martín Lousteau.
De Loredo sabe que el senador porteño –de quien se distanció– mantiene diálogos reservados llamativos: con Schiaretti, con Horacio Rodríguez Larreta y hasta con el exalbertista Leonardo Santoro, quien no oculta su admiración por Cristina Kirchner.
Como para complicar más el escenario, Leandro Santoro se mostró el jueves con Natalia de la Sota. “Todos hablan con todos”, coinciden radicales y peronistas no cristinistas. Es el armado moderado del centro que busca construir Schiaretti.
De Loredo y Juez se ven hoy más cerca de Milei y del reaparecido Mauricio Macri que de la “avenida del medio”. Nunca la transitarán si ahí está el PJ cordobés.
La cumbre Karina Milei-Juez tendrá impacto en Córdoba. Las definiciones vendrán después del próximo verano. Todo puede pasar. Es un escenario poco recomendable para ansiosos.
