A una semana de las elecciones municipales del próximo domingo en Río Cuarto, el exgobernador Juan Schiaretti se asomó en la campaña con un spot de campaña que compartió con el candidato a intendente por el oficialismo, Guillermo de Rivas.
La primera y única aparición del exgobernador en la campaña riocuartense –no iría al acto de cierre– generó lecturas encontradas. Para los peronistas optimistas, Schiaretti –quien tiene una alta imagen positiva en la capital alterna provincial– podría inclinar la balanza a favor de De Rivas, en una pulseada por el poder municipal que parece muy reñida.
Para un referente radical provincial, el único aporte del exgobernador es una señal de que la cosa no viene bien para el oficialismo. “Es evidente que ‘el Gringo’ sólo cumplió con el candidato peronista. Si estuvieran ganando, hubiera tenido más protagonismo”, concluyó el dirigente boina blanca.
El próximo domingo habrá un nuevo intendente en Río Cuarto y todos los focos –y las lecturas políticas– estarán sobre el palco de festejo del ganador.
Si el oficialismo retiene el poder, estarán el gobernador Martín Llaryora, gran parte del gabinete provincial y, tal vez, el propio Schiaretti. Si gana la peronista disidente Adriana Nazario, celebrará el grueso del delasotismo (sin Natalia de la Sota, quien apoyó a De Rivas). También hay versiones de que podría desembarcar en la capital provincial alterna Sergio Massa, aunque no está confirmado.
Y si quien triunfa es el opositor radical Gonzalo Parodi, seguramente irá toda la oposición provincial, encabezada por Rodrigo de Loredo y Marcos Ferrer y el senador nacional Luis Juez. La de Río Cuarto es la única elección del año.
¿Le pidieron a Quinteros que baje el perfil?
No es novedad que el ministro de Seguridad de la Provincia, Juan Pablo Quinteros, tiene muchos detractores dentro del PJ local. Muchos peronistas no le perdonan al exdirigente juecista su pasado de férreo crítico de las gestiones de José Manuel de la Sota y de Juan Schiaretti.
En este contexto, hay una versión que corre con fuerza en el oficialismo provincial que indica que le “sugirieron” al ministro bajar el alto perfil que muestra desde que ocupa uno de los sillones más sensibles de la gestión del gobernador Martín Llaryora.
Desde el entorno de Quinteros, niegan ese rumor. Pero algunas voces oficialistas admiten que puede ser “contraproducente” mostrarse tanto cuando la inseguridad es un flagelo que golpea todos los días, sobre todo, en los barrios de la Capital.
“En seguridad, el mayor logro es mantenerse en el cargo”, argumentó un funcionario actual que ocupó cargos relevantes en las últimas dos gestiones schiarettistas.
Como había sucedido antes con Liliana Montero, Quinteros se sumó en diciembre pasado al “partido cordobés”. Ambos fueron socios políticos del exlegislador y líder de Encuentro Vecinal Aurelio García Elorrio, quien mantiene su postura opositora al PJ cordobés. Durante años, los tres fueron espadas muy críticas de las gestiones peronistas, desde la Legislatura. Esta oposición incluyó hasta denuncias penales. Por ese pasado no tan lejano, no pocos peronistas le pasan factura al ahora ministro de Seguridad de Llaryora.
Clima caliente en la cúpula del radicalismo
Rodrigo de Loredo preside la bancada radical en la Cámara de Diputados de la Nación. Llegó a ese cargo relevante cuando aún tenía sintonía fina con el senador porteño Martín Lousteau, líder de la corriente interna Evolución, quien llegó a la presidencia del radicalismo nacional.
Sin embargo, esa relación se quebró en el debate por la Ley Bases. De Loredo se convirtió en un aliado del oficialismo para sancionar la primera ley de la gestión libertaria. Lousteau, desde el Senado, es en cambio uno de los más críticos de la norma. Tanto que presentó un dictamen propio en la Cámara Alta y no votó la ley, que finalmente se aprobó por desempate.
Pese a que el senador porteño fue clave para que el oficialismo tuviera el cuórum de 37 senadores para arrancar la sesión el miércoles pasado, De Loredo no le perdona a su exjefe político que haya sido el único radical (de un bloque de 13) que votó en contra la ley en la Cámara Alta.
“Como radical, no soy verticalista como los peronistas. Ahora, si estás en el Senado y 12 correligionarios votan una cosa y vos votas otra en soledad, y encima presidís el partido, te tenés que sumar a esa mayoría. Su postura nos pone en un lugar en el que tenemos que estar explicando. Y la verdad es que el radicalismo es el partido opositor que más votos le aportó a esta ley. Tenemos diferencias con el Gobierno, pero este es un momento para darle herramientas al Presidente, como se las dimos a todos los presidentes anteriores”, dijo De Loredo en la semana que pasó, marcando de manera pública sus diferencias con Lousteau.
Para el diputado cordobés, el senador porteño quedó en una posición “complicada” para seguir presidiendo el radicalismo. Esta novela interna tendrá nuevos capítulos.
